Caballos Salvajes (1954). Karel Appel
Después de tirar más de mil libros que se me habían estropeado debido a una inundación, he tenido que ordenar mi biblioteca y me encontrado que:
Rilke
lanzaba su mirada desde Duino y en el mar no veía más que unas olas a veces
encrespadas. Es un gran poeta que no sabe mirar el mar.
Baudelaire excava en el vacío.
Rimbaud
bajó al infierno para injuriar a la belleza. Después de su tropelía inútil, volvió a la tierra.
Proust se deleita con el olor polvoriento de los armarios.
Giacomo Casanova recorrió caminos embarrados para enamorarse de la hija de un zapatero y aprender a bailar fandango.
Leopardi acumuló lecturas en la mente y libros en la espalda. ¡Cuánto me gusta su poesía!
La princesa Anna Elisabeth Bibesco-Bassaraba de Brancovan, condesa Mathieu de Noailles escribía versos de vitrina, vitrinas de madera de caoba cuyos interiores guardaban truchas.
Ludovico Ariosto escribe y se ríe de todo con una precisión absoluta. Creo que fue el papa Julio III que preguntó al signor Ludovico: ma caro signor Ludovico, dove avete pigliato tante coglionerie?
Francesc Rierola Masferrer en vez de escribir gritaba y decía cosas inútiles. En su Manlleu natal, tierra de carlistas, Rierola iba de un lado para otro opinando sobre todo. Era más reaccionario y romántico que el obispo de Vic.
Dostoievski
escribió grandes libros. Es un gran escritor que dedicó demasiadas páginas a
describir las vicisitudes y peripecias de maleantes, borrachos, degenerados, gentes
desquiciadas y manicomiales. Un buen catálogo.
Frederic Mistral es un aprendiz de místico que no sabe esconder su simpleza. Creo que le hubiese gustado ser un eclesiástico petulante.
Filippo Tommaso Marinetti es un retórico antiveneciano y a mí esto no me gusta. El futurismo es retórico y contrario a la calma de las aguas de la laguna.
Thomas Mann tenía siempre la cabeza ocupada. Un excelente escritor, sabio conocedor de la cultura clásica griega y volteriano, como a mí me gustan.
Ordenar
libros es un trabajo ímprobo, tienes que releer muchas páginas y volúmenes
enteros antes de deshacerte de ellos. Han sido exactamente 1087 los libros que
he tirado, estaban empapados de agua, y me he preguntado si debería haber tirado muchos más. Hay muchos libros que están empapados y no solo de agua.
Pues una buena cantidad de conocimiento porqué 1087 libros se dice pronto...
ResponderEliminar-Lo que no sirve para la vida práctica carece de sentido .
Pero seguro que te lo has tomado con sentido práctico deshacerte de algunos...
No me extraña que te guste Voltaire y su sátira.
Un abrazo
Amiga Bertha. Voltaire es imprescindible, afortunadamente no se me estropeó ningún libro de Voltaire.
EliminarAbrazos
Pues me duele. Cierto que hay muchos libros prescindibles, eso depende de cada uno, claro, pero en lineas generales, uno no se desprende de ellos sino es por una causa justificada.
ResponderEliminarEn este caso , mira si ha sido curioso, ha dado pie para que te reencontraras con viejos autores que tenías amagados por los recovecos de la biblioteca.
Me alegro que de Voltaire no se haya humedecido ninguno.
Salut
Miquel, se han perdido muchos libros técnicos, afortunadamente ahora casi todo es consultable en Internet.
EliminarVeo la parte positiva: ha servido para expurgar la biblioteca.
Los libros de Voltaire estaban en dos alacenas no afectadas.
Salut
Qué lástima. Los intolerantes queman los libros. El agua los anega y los ahoga... Siempre hay un libro adecuado para cada lector. Aunque no siempre nos agradan todos. Con cierta edad he llegado a un punto en el que si lo que leo no me atrapa en la primera lectura, lo dejo sin remordimiento alguno; máxime cuando en estos tiempos tiro más de biblioteca pública que de compra en librerías, aunque siempre hay algún título que me apetece guardar entre mis libros.
ResponderEliminarVaya faena lo de la inundación, ya sea por causas de la meteorología o por avería.
Un saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, ha sido una inundación tremenda provocada por un reventón de una tubería de un vecino, él no estaba en casa y durante la noche fue saliendo agua hasta que acudieron los bombreos.
EliminarAquí no ha habido quema, las aguas lavan y estropean.
Salud
El peor enemigo del papel junto con los hongos, el agua y las humedades.
ResponderEliminarSer selectivo con una buena biblioteca, es un trabajo lleno de dudas, incertezas y arrepentimientos tardíos.
Sí Rodericus, no me hables de los hongos, he tenido que eliminarlos con una solución de lejía y muchos días funcionando un deshumidificador ininterrumpidamente.
EliminarEl agua ha ayudado a seleccionar.
Abrazos
... y por qué no les diste la oportunidad secar?
ResponderEliminarPorque mientras se van secando aparecen los hongos y huele que apesta. Esta es la razón.
EliminarLa inundación fue en julio y a los pocos días el olor a humedad era terrible.
Saludos
Hay quienes dicen que lector no es el que lee, sino el que relee. Flaubert, Un coer simple, no le tire.
ResponderEliminarSelva, ahora el "re" parece que está de moda, muchos políticos reformulan, algún ocioso dice que se reinventa, los finolis culturales jamás leen sólo releen, los sociologos modernos reinterpretan, los presupuestos se renegocian, las sentencias jucidiales se reconsideran, los partidos políticos se refundan, los gestores culturales rediseñan eventos, los metafísicos repiensan, los historiadores de gabinete reescriben, etc.
EliminarSaludos
¡Cielos, qué entrada más brutal! Eres grande.
ResponderEliminarImposible no recordar al leerte dietarios o breviarios célebres. Pensamos en Lichtenberg y sus cuadernos o en Pla; rememoramos a Canetti y 'La provincia del hombre' o a Cioran y su 'Breviario de podedumbre'.
Quedas para mi acervo equiparados a ellos.
Fuerte abrazo.
Gracias Pitt, tus palabras son halagadoras -halago inmerecido, naturalmente. Celebro que te haya gustado este escrito. Exageras cuando me pones en el mismo saco que estos autores que has citado. Todos ellos admirados, no me he deshecho de ninguno de sus libros.
EliminarUn abrazo
¡Lamento muchísimo lo de la inundación!. Así perdí mi primer biblioteca en la bodega de un barco transatlántico. Ahora que en unos meses traeré mi bliblioteca de Tel Aviv a Montevideo, creo que me cuestionaré la selección que hasta ahora me he negado a hacer.
ResponderEliminarUn abrazo y ánimo
Querida Myriam, agradezco tus palabras. Ciertamente, al ver todo aquello inundado me causó una desazón, sin embargo, he relativizado bastante, al fin y al cabo, lo que se moja se seca y lo estropeado se tira y ya está.
EliminarLo tuyo con tu biblioteca es de auténtica novela, imagino unos libros inundándose en el Atlántico y esto es una imagen de gran potencia pictórica. Ahora, de Tel Aviv a Montevideo ya sería el segundo capítulo de esa novela que te exhorto a escribir.
Abrazos
Ahora comprendo por qué dejaste el blog de lado en verano. Creí que estabas en un lugar tranquilo zampándote unas anchoas al atardecer y te envidiaba, la verdad, aquí encerraditos.
ResponderEliminarPues no, nada de eso; estabas deshumidificando libros, seleccionándolos y decidiendo de cuáles te desharías: una tarea dura y tirando a dolorosa. Supongo que harías algo parecido con libros y revistas de arquitectura.
Lo cierto en que en ninguna parte quieren saber nada de nada de todas esas cosas, ni bibliotecas ni instituciones varias ni mercachifles diversos de la calle Aribau. No queda más remedio que el container, a mí también me sucede, aunque no haya padecido inundación alguna.
Como dice Rodericus, «ser selectivo con una buena biblioteca es un trabajo lleno de dudas, incertezas y arrepentimientos tardíos».
Amigo GranUribe. En verano hubo tiempo para todo, anchoas y lectura de libros mojados. Me lo tomé con calma, lo que más rabia me daba era que no encontraba ningún industrial para reparar los daños, ninguna casa de limpiezas, ningún industrial de pavimentos, ningún pintor…, todos decían que después de los meses de confinamiento empezaban las vacaciones y nadie me atendía ni estaba dispuesto a trabajar. Solo los de la casa trabajábamos retirando papeles, planos, dibujos, revistas, libros… leyendo y leyendo, seleccionando y ordenando. Libros y revistas al container, cargábamos los libros a un carrito y directos al contenedor. Me he deshecho de TODAS las revistas de arquitectura.
EliminarVarias veces he intentado donar libros y nadie los quiere, los echo al contenedor azul y ya está.
Rodericus, tiene razón, es un amigo inteligente.
Abrazos
Bueno Myriam en Montevideo encontrarás a esta señora!, el mundo es redondo y pequeño.
ResponderEliminarVolviendo al re, no el que sigue al do, quien dijo lo de releer fue Borges. También que aquellos libros que no soportan un relectura, no son merecen la primera. Es en esa alta estima que el argentino que no fue nobel tenía esto del volver. Quizás cuando le decía pensaba en los clásicos, absolutamente vigentes en cualquier tiempo.
Hace muchos años leí El teorema del loro. Le recomiendo fervientemente. Trata de una biblioteca muy especial, también como la de Myrian enviada por barco. En este caso de Manaos a Paris. Allí iba la historia de las matemáticas. El tema subyacente de la novela es cómo ordenarle, si cronológicamente o tema o autor o ... Le escribió Denis Guedj, matemático e historiador francés.
Pienso en la acción de resignar, es otro re.
Pasarla bien, en su lugar no hubiera tirado absolutamente nada, si la cosa (libro, revista, cuaderno, servilleta de papel garabateada) mereció ser guardada alguna razón habría, no le perdería vaya uno a reencontrarse.
Mi lema es no toquen nada, salut
Los libros ocupan mucho espacio y acumulan polvo, en este aspecto tengo bastante cuidado, mi biblioteca es de vitrinas, todos mis libros están a resguardo del polvo pero no resistieron el agua. Prefiero tirar un libro mojado que guardarlo infestado de hongos.
EliminarSalud
A veces deseo una inundación en mi biblioteca.
ResponderEliminarAmigo Pedro, una inundación de este tipo es toda una experiencia, ves como se moja un tratado sobre los órdenes arquitectónicos, como Truman Capote, con sus camaleones se llena de agua, como Neruda chorrea...
EliminarSi Ud. dice, la biblioteca es como un gran laberinto, cada ejemplar hace a la construcción. Qué hubiera sido de la humanidad si Guillermo de Baskerville hubiere perdido una de las salidas. Cautelarmente, hongos o no, no hubiese reciclado (tirado) nada, sí el tapete por la humedad y por los ácaros con o sin humedad.
ResponderEliminarPasarla bien.
Es que yo no digo estas cosas, se lo dejo para que lo digan los que se entusiasman con los laberintos.
EliminarContinúo pensando que uns libros mojados o con hongos o con ácaros son una guarrada. Huyo de toda suciedad.
Saludos
Me imagino tu dolor al perder tantos libros.
ResponderEliminarUn abrazo
Amigo Luis Antonio, al principio un poco de rabia y luego, enseguida, relativicé. Ciertamente tampoco es tan grave.
EliminarAbrazos
Pues sí, me parece una catástrofe, no le quites importancia. Otra cosa es que luego, en función de los contenidos, relativices y hagas el ejercicio razonable. Creo que Octavio Paz perdió una parte considerable de su biblioteca en un incendio, y en la desgracia no solo libros sino material diversos, correspondencia, por ejemplo. Pero, ea, ya lo tienes superado y corregido y si te apetece seguir comprando libros hasta aumentado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Fackel, se me han estropeado no sólo libros, también, dibujos, planos, documentos y bastante información técnica. Es una pequeña adversidad que he superado muy pronto.
EliminarSaludos
Algo pasa con mi conexión a internet, te dejé un comentario que ha desaparecido.
ResponderEliminarA veces un accidente provoca un cambio necesario, en este caso tu criterio actual en lo referente a las lecturas, alumbra otro canon personal donde algunos nombres encumbrados sobran. Te felicito porque no todo el mundo es capaz de reconocer que estaba equivocado.
Abrazos
Marga, con internet y con la informática pasan cosas que no entendemos. A mí me ocurren cosas parecidas.
EliminarEl paso del tiempo determina cambios de criterio, los accidentes actúan como catalizadores de estos cambios. Ahora los libros y los dibujos ya no están, el olor a humedad ha desaparecido y los desperfectos se han arreglado. Ha quedado todo más despejado, lo miras hoy y te das cuenta que sobraban muchos libros.
Abrazos