viernes, 4 de diciembre de 2020

Extravagancias y manías de artista


Muy a menudo he oído a algún artista que justifica su acción artística diciendo que hace arte como una necesidad personal, que su obra le sirve de terapia. Lo he escuchado casi siempre en boca de algún escritor.

Cuando oigo este argumento me entran ganas de salir corriendo, no vaya a ser que las “neuras” del artista o del escribidor se me contagien al contemplar su obra.

Al espectador o al lector le importan bien poco las situaciones patológicas del artista o sus caprichos personales. Casi siempre todas estas obsesiones se resumen en un único concepto vicioso, esto es: el envanecimiento.

Para complacer su arrogancia el autor se devana los sesos y elabora historias truculentas, elucubraciones fantasmagóricas, formas atildadas, frivolidades inútiles y todo un arsenal de memeces que no sirven para nada. Su obra solo sirve para complacer la petulancia del propio artista. Más que parecerse a una obra de arte, su “creación” se convierte en algo que molesta.

21 comentarios:

  1. Ya se decia de algunos escritores antiguos que escribían con pluma...., de pavo real.
    e todos modos el arte es eso, narcisismo y envanecimiento en la mayoria de los casos, el artista ejecuta su obra sólo para el mismo y la posteridad.

    Salut

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    1. Sí, amic Puigcarbó, se pavoneaban. Parece que, ya de tiempo inmemorial, el artisteo se ha visto afectado por un narcisismo exagerado. Muchos artistas se afanan en contemplarse el ombligo.
      Saludos

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  2. Si que he escuchado este "argumento" en algún "escribidor" poco mediático, también he de decirlo.
    Hay quien tiene un ego muy grande que contrapone a una imaginación poco fluida.
    Un abrazo

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    1. Miquel, tú y yo conocemos a más de uno de estos escribidores que se inflan cuando hablan de su obra.
      Saludos

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  3. Todo el arte contemporáneo está forjado sobre la superchería. Se ha sobredimensionado el papel del artista hasta el punto de que su vida, sus sucesos y su visión del mundo es más importante que su propia obra. Solo hay que ver esos títulos rimbombantes para una obra bastante insignificante como pasa en las artes plásticas.
    Un saludo

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    1. Amigo Doctor Krapp, cada vez me interesa menos el artista y más la obra.
      Algunas veces preferirías no conocer personalmente al autor.
      Saludos

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  4. Cuando se te apodera ese envanecimiento cualquier antagonista te parece pequeño y fácil de vencer pero siempre hay un momento en que la realidad supera el envanecimiento y entonces esos enemigos se vuelven descomunales e invencibles.
    En ocasiones el mismo autor.

    Saludos.

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  5. Cuando se te apodera ese envanecimiento cualquier antagonista te parece pequeño y fácil de vencer pero siempre hay un momento en que la realidad supera el envanecimiento y entonces esos enemigos se vuelven descomunales e invencibles.
    En ocasiones el mismo autor.

    Saludos.

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    1. Amigo Pitt, cuando detrás de la máscara del envanecimiento no hay más que una fantasmada, todo se derrumba muy pronto. El principio de la realidad es un buen maestro.
      Salud

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  6. Sí, mucho mejor no conocer al artista, en cuanto asoma la vanidad y esa soberbia indisimulada de muchos de ellos, la obra queda eclipsada por el recuerdo de quien nos resulta antipático.Y comparto el punto de vista de Doctor Krapp, la impostura y el ansia de famoseo definen hoy al artista mucho mas que su obra. La locura de estar en redes y acumular seguidores y likes se come el espacio que debería estar destinado a la reflexión creativa y al trabajo, sin más pretensión que hacerlo lo mejor posible.

    Abrazos

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    1. Amiga Marga, las redes sociales crean monstruos, cuántos se pirran por ver su nombre impreso en una edición que ellos mismos han pagado.
      Disimulan muy mal.
      Abrazos

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  7. No se mucho, pero creo que escribir un libro, es contar bien una historia. Por lo menos yo busco eso, luego hay valores añadidos, como que cuando lees mucho se amplia tu vocabulario y tu pensamiento. Hay escritores que disponen de más recursos lingüisticos, la elipsis, la personificacion o demas , pero la base y el objetivo, creo yo, es contar bien una historia.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, creo que tanto el artista plástico, como el músico o el escritor han de tener primero una idea clara y después expresarla con la máxima claridad, en el caso de los escritores, se trata de aplicar la fórmula: sujeto+verbo+predicado.
      Saludos

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  8. Muchos son los que pintan, esculpen o escriben para liberar sus demonios. En ese sentido sí se puede hablar de actividad terapéutica. Otra cosa es que nos ponga a todos perdidos con sus neuras y obsesiones. O que nos contagie algo. En todo caso, lo importante es la obra bien hecha. El autor, si está como una cabra o es un rijoso empedernido, nos importa poco.
    Un saludo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, hay tantos demonios liberados que si nos descuidamos nos ocultarán la luz del sol.
      Saludos

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  9. Pues la verdad que estoy contigo no es necesario hacerse tan visible; lo que interesa es lo que se puede aportar como obra ,estamos en una época un poco desquiciada.

    Una parte de este desafío lo aporta la tecnología hoy se puede colar muchas cosas que no son realmente reales...

    EN VEZ DE UNIR A DESUNIDO...

    Abrazos feliz puente

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    1. Amiga Bertha, la vanidad y el afán de notoriedad de muchos artistas ensombrece su obra, a veces tanto que provocan un "desquicie" inaguantable.
      Abrazos.

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  10. El caso es que, por moda o intereses comerciales, de pronto nos ponen las patologías del escritor encima de la mesa, crudas. Qué mala digestión literaria tienen.

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    1. Amigo Pedro están dispuestos a enseñarnos hasta las radiografías o los resultados de una biópsia del autor con el único fin de aumentar las ventas.
      Se digiere muy mal cuando se conocen las interioridades de los artistas.

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  11. No se da solo en la literatura, aunque en ese campo es donde más se produce. En efecto, autores que escriben una novela para verter los sinsabores y traumas que les provocó la conflictiva relación con su padre, con su madre o con algún antiguo (o antigua, ojo) ex-amante (ahora se dice "mi ex") o con la dura vida que pasaron en su infancia. Cosas de esas.

    Muchos pintores de la "pintura gestual", que pintaban un cuadro en cinco minutos pegando brochazos a diestro y siniestro, fruto de su situación anímica, nos transmitían así su angustia, su malestar y, de paso, engrosaban su ego y su cuenta bancaria.

    En el mundo del cine, campo que sé que no transitas en demasía, y haces bien, también encontramos fantasmas: directores que tienen ínfulas como para llevar al cine obras maestras de la literatura, sin cultura, sin complejo alguno, y en general con resultados lamentables. Por si fuera poco, los actores (y actrices, ojo) que intervienen suelen hablar engoladamente ante la prensa el día de la presentación de la película en términos parecidos a éste: "Yo he construido mi personaje en base a...", etc.

    Etc. Te doy la razón. Muchos pavos reales en el mundo del arte.

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    1. Amigo GranUribe, vemos artistas que esparcen traumas personales, autores que sueltan sus fantasmas íntimos, poetas que componen versos con las lágrimas disecadas que un día derramaron, pintores del gesto esquizofrénico que dicen hacer arte de su locura...
      Supongo que en el cine todo esto también ocurre y además nos lo sirven en pantalla iluminada.
      ¡uff, qué espanto!
      Salud

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