La germinación y
crecimiento de la materia orgánica se produce siguiendo un orden riguroso,
cumpliendo unas leyes matemáticas precisas que la ciencia nos ha ido descubriendo.
Todo en el crecimiento de
los seres vivos es orden y las estructuras de los organismos están jerarquizadas
y organizadas según un orden inmutable.
También la ciencia nos ha
mostrado el orden geométrico y exacto que rige la formación de la materia
inanimada, lo comprobamos en la cristalización de los minerales y en la
estructura del átomo.
Los procesos de formación
y crecimiento son rigurosos y siguen un orden armónico susceptible de ser
representado con una ecuación matemática.
No sucede así en los
procesos de desintegración, de podredumbre y degradación de los cuerpos. La
materia se deshace sin orden ni concierto, el caos impera en la desintegración,
parece que cada partícula vaya a su aire, sin que exista una ley de
descomposición. Se trata de la degradación sin ley. Algo así parece ocurrir en
los pueblos y en el arte.
sigo leyendole...salut
ResponderEliminarNos leemos, amic Miquel.
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Una ley que tiene aversión por la armonía, una de las manifestaciones de la belleza, a la fuerza ha tenido que ser promulgada por los legisladores del subsuelo, todos horripilantes y malcarados.¡Pues anda que no estarán disfrutando ahora!
ResponderEliminarUn abrazo y regreso al consuelo de la poesía.
Querida Amaltea, estos legisladores incultos que tanto disfrutan no saben nada de armonía ni de belleza, son bichos que habitan en el subsuelo de la corrupción y la fealdad. Ahora lo digo sin sentimiento de culpa, me refugio en la poesía y en la belleza.
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si, algo así...salut
ResponderEliminarMiquel, parece que el caos acompaña a todo proceso de desintegración
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luego vuelven a germinar otra vez, los pueblos y el arte,
ResponderEliminarFrancesc, me pregunto si "perdem un llençol a cada bugada"
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Un orden como el de su texto!
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Ursus Polaris, aspiro a la monotonía del orden, al dulce y aburrido avance de lo germinativo.
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No sé...el ejemplo de los homínidos viendo una puesta de sol me parece elocuente.
ResponderEliminarLamarée, ¿te refieres a la elocuencia del silencio?
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Una armonía análoga a la de tu texto. Gracias!
ResponderEliminarAmigo Ursus Polaris, quizás en el proceso de germinación, orden y armonía sean sinónimos.
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e se non è vero, è ben trovato!
ResponderEliminarsí señor.
salud.
Amigo Kynikos, "vero o trovato" el caso es que el orden y el caos intervienen en la vida y en la muerte.
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interesante reflexión!
ResponderEliminarCòssima, seguramente en el proceso de deterioro de la fachadas también impera el caos, con toda probabilidad una grieta aquí y otra allá, modifican el estado de cargas y esto hace que en ciertos elementos se modifique la solicitación y puedan pasar de compresión a flexión o tracción, entonces aparecen nuevas e inesperadas lesiones y finalmente el colapso. A todo esto añadamos la aceleración del deterioro producida por los cambios térmicos, la humedad, la agresión química, el mal de la piedra, la lluvia ácida, los excrementos de las palomas, la acción vandálica, etc.
EliminarPetonets
...todo será un dia lecho marino...
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