Remota itaque iustitia, quid sunt regna nisi magna
latrocinia?
Sin justicia, ¿en qué se
convierte un Estado sino en una gran banda de ladrones?
San Agustín
San Agustín
Cuando San Agustín
pronunció estas palabras el arte paleocristiano representaba imágenes de vírgenes
y santos, todos con la boca pequeña.
Ahora, con la modernidad,
se representan imágenes con las facciones muy grandes, tanto que parecen no caber
en la cara.
Además, siguiendo los
cánones estéticos que difunden los medios de comunicación, prolifera una gran
cantidad de especialistas en cirugía estética que se dedican a agrandar labios
con el fin de que nadie pueda parecer una dama paleocristiana o que nadie pueda
decir frases como aquellas que dijo del santo.
Parece ser que la discreción no es precisamente lo que caracteriza a esas damas de belfos tan opulentos, no es lo que buscan. La discreción suena a estar a la sombra, a huida del "mundanal ruido", y eso no es lo que ellas pretenden, pobres.
ResponderEliminarSalud, Francesc
(Ya se ve que te cuesta dejar el blog para ordenar tus estanterías, dada el panorama que nos rodea, y empieza a apretar el cuello, o tal vez quede mejor decir aquí "el pescuezo")
Amigo Pedro, en eso de dejar el blog, lo que más cuesta es perder la comunicación con los amigos.
EliminarSalud
Ahh¡¡¡ el principio rector ¡¡¡ salut
ResponderEliminarMiquel, ja, ja, ja. tienes mucha razón "el principo rector"
EliminarSalud
hay que ver como estaba el patio ya en tiempos de San Agustin. Si és que no hemos avanzado nada.
ResponderEliminarsalut
Amic Puigcarbó, el patio es el de siempre, todo sigue igual, en todo caso un proceso de caída hacia el abismo.
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Sutil y refinada conclusión Francesc, metáfora primorosa de todo lo que sufre un innatural engorde o burbuja artificial.
ResponderEliminarA mi estas puñetas surrealistas me dan calorías, porque tienen la sabia ironía de los antiguos con una puntada de lacerante ingenio siempre.
Enhorabuena, mi buen amigo.
Salud
Manuel Marcos
Gracias Manuel, esto de las puñetas surrealistas me ha gustado mucho. Lo de los labios engordados me exaspera, porqué yo sé que la silicona no tiene sentimientos.
EliminarSalud
Amigo Francesc, miro a la mujer paleocristiana y pienso si su mirada no estará diciendo lo que sus labios callan. En la etapa de la historia en que vivimos se dice que labios tan finos no son sensuales. Quizás nos falta la imagen de Nefertiti y de Cleopatra, a quienes nunca faltó carmín en los labios.
ResponderEliminarEn cuanto a la frase, muy acertada a pesar de que nunca me gustó San Agustín ni su concepto de las mujeres.
Buen día amigo y mucha salud.
Mi querida Loli, hay silencios elocuentes, y labios finos y discretos en esto reside otro aspecto de la sensualidad, en la discreción, todo esto va de modas, ya sabes, pero mucho me temo también que con esto del inflamiento de los labios muchos hacen el gran negocio. En cuanto al Santo te diré que tampoco es "santo" de mi devoción.
EliminarSalud
Tal vez venga bien aquí la frase del abad Dinouart: "sólo se debe dejar de callar cuando se tiene que decir algo más valioso que el silencio."
ResponderEliminar¡Cuántas tonterías nos ahorraríamos de escuchar!
Salud.
Muy bien Carlos, y también recordar aquello que dijo creo que Hazaña, de qui si en España cada uno hablara de lo que sabe, se produciría un silencio extraordinario que nos permitiría estudiar.
EliminarSalud
No me extrañaría nada que esa imagen u otra muy parecida hubiese inspirado a doña Cecilia para repintar el Ecce Homo en Borja.
ResponderEliminarCorre por mi librería un volumen poche en francés con Les Confessions de S. Agustín. He hecho muchos esfuerzos para ir leyéndolo, pero no consigo fumármelo.
Sí, Sani, todavía hay quien que sigue inspirándose en el paleocristiano.
EliminarSalut