martes, 18 de noviembre de 2025

El kebab

 

El Döner-Kebab es una elaboración culinaria propia de la cocina turca. Consiste en una amalgama de carnes mezcladas de ternera, cordero y pollo ensartadas en una barra metálica vertical formando una masa conglomerada en forma de cono truncado.

Las carnes amalgamadas se asan en un asador vertical que va girando despacio mientras el cocinero turco va untando el cono con aceites.



El giro de las carnes me recuerda la danza mística de los derviches giróvagos de Konya. Es una danza sufí en la que los danzantes entran en trance mientras giran sobre si mismos.

Ladean la cabeza que llevan cubierta con un largo gorro en forma de cono truncado, del mismo tamaño y color que la amalgama de carnes del Kebab.


Todo gira, las carnes pringadas y los derviches giróvagos mevlevi que meditan girando hasta alcanzar el éxtasis místico y entrar en comunión con el giro de las constelaciones mientras el kebab se asa y rezuma.

20 comentarios:

  1. Me ha hecho sonreír la analogía. Prefiero ver a los derviches que entrar en uno de esos locales que tanto han proliferado...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Pedro, una vez asistí a un espectáculo de derviches. Antes de que empezaran a danzar, por los altavoces se pidió que nadie aplaudiera, pues aquello, decían, no era un espectáculo sino una ceremonia.
      Naturalmente yo no aplaudí, pero no por lo que hubiesen dicho por los altavoces, no aplaudí porque aquella ceremonia-rito-espectáculo no me gustó nada, estas cosas místicas giratorias no me gustan.
      El kebab también es una cosa de estas giratorias que pringan.
      Saludos

      Eliminar
  2. Lo más probable,
    que no me guste,
    un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Orlando, este tipo de carne amontonada y pringosa me da bastante asco.
      Saludos

      Eliminar
  3. Buena comparación.
    Si te digo mi opinión... esa cosa de carnes de procedencia desconocida me llama poco la atención. Nunca lo probé y creo que tampoco lo haré en mis próximos cuarenta años.
    Mi hijo mayor se pilló una desconposición de vientre descomunal a las pocas horas de de haber ingerido un kebab de esos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Cayetano, tampoco he probado nunca esta carne giratoria, no me gusta ni el color, ni el olor ni el pringue.
      Salud y buenos alimentos.

      Eliminar
  4. Todo lo que gira sin fin al final marea.
    No me gustan los ritos, por lo que conlleva de obediencia ciega. Ni me gustan las ceremonias, porque provienen de ritos; ni me satisfacen los sombreros largos a modo de tiras de asado, porque sólo acepto las de las tribus comanches, que indican una identidad.

    No me gusta pringarme las manos, como no me gusta aceptar consejos de políticos que hacen oídos sordos a lo mismo que pregonan.
    Y en ocasiones no me gusto yo...pero me soporto.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Miquel, fue en un Festival Grec de hace muchos años, vi a los derviches dando vueltas, no sabía si aquello era un éxtasis o un puro espectáculo. No me fiaba demasiado, desconecté y mentalmente pasé a otra cosa.
      Las carnes amontonadas no me gustan, a veces las veo pasar por la calle, aparto la mirada y mentalmente paso a otra cosa.
      Salud.

      Eliminar
  5. Cayetano:
    interesante comparación.
    He leído el comentario de Cayetano y me identifico.
    Hace lo menos 15 años me sentó fatal un kebab y le eché las cruces. No he vuelto a comerme ninguno.
    Es más, me da asco esa montonera de carne, días y días dando vueltas y con las moscas alrededor. Y, para rematar, una vez vi descargar un cono de esos, transportado en una furgoneta que mismamente parecía la que usan lo albañiles para llevar el material a la obra. Me vino a la cabeza esas películas donde se ve cómo trasladan el cuerpo del asesinado...
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Dyhego, no he probado nunca un döner kebab, me da asco esta carne giratoria y también me dan asco estos locales, desconfío de sus condiciones higiénicas.
      Saludos.

      Eliminar
  6. Recuerdo manifestar -en otro ámbito-, intranquilidad por la pinta del local dónde se preparaban kebabs, y me aseguraron que los rollos de carne eran siempre de elaboración alemana.
    El durum está bueno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Toy, he leído en alguna parte que esta carne proviene de Alemania, venga de donde venga, yo no tengo ningunas ganas de probarla, así como no tengo ningunas ganas de volver a ver a los derviches giróvagos mevlevi.
      Salud.

      Eliminar
  7. A dança deve aguçar o apetite para depois do bailado.
    Continuação de boa semana.
    Abraço de amizade.
    Juvenal Nunes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Juvenal, abre el apetito, pero después hay que tener cuidado con lo que se come.
      Agradezco tu comentario.
      Saludos

      Eliminar
  8. En un ensayo sobre los derviches giróvagos, Juan Goytisolo vinculaba la danza giratoria de los derviches con un ritual místico: para él, el giro no es solo un espectáculo, sino una forma de elevar el alma, de abandonar el ego, de trascender lo mundano. Bueno, bueno, a Goytiso le iba mucho todo lo turco y relacionaba no sé de qué manera esa danza con Capadocia y con Gaudí. Yo no tengo esas manías. Me aburren soberanamente esas danzas, pero en la "isla mágica" se agarran a todas estas cosas con facilidad para atraer a turistas atontolinados. Allí se practican bailes así. Según la Guía de bienestar en Ibiza, el «giro sufí derviche se practica como una meditación en movimiento, promovida por maestros como el Sheikh Ahmad Dede, heredero de la tradición mevlevi. Es una danza sagrada que conecta con la energía universal y el ciclo de la vida». Entre eso y los budas por doquier van servidos.

    En cuanto al Kebab, lo detesto, aunque no lo he probado nunca. Me da asco comer eso. Mira que me gusta Estambul, tiene su estética, su situación, las mezquitas, etc., pero, al caminar por ciertas calles, aparte de ir vigilando para no caerse porque están llenas de baches, en casi cada portal había un local bastante sucio con esos para mí apestosos conos truncados de carne, que aparte de su persistente olor dan mucho calor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Gran Uribe, asistí una vez a un "espectáculo" de los derviches, fue en un Festival Grec, en el teatre Grec de Montjuïc, aquello era una especie de ritual, y yo no estaba para rituales. No entiendo nada de este tipo de cosas de las que habla Juan Goytisolo, sin embargo, es un escritor que me gusta.
      Sé que se ha relacionado Gaudí con el paisaje de Capadocia, he leído varias veces el libro de Goytisolo que trata del asunto "Aproximaciones a Gaudí en Capadocia", estas son cosas que se me escapan.
      Dicen que los derviches, con sus giros, se conectan con el giro de los cuerpos celestes, supongo que en Ibiza, más de uno debe entender estas conexiones.
      Cuando veo aquel tronco de cono de carne que va girando, se me quitan las ganas de comer y me entra mucha repugnancia.
      Salud.

      Eliminar
  9. jaja Confieso que una vez en París, probé el Kebab, no me puse a pensar y la verdad, me supo rico, pero no he vuelto a repetir. Sin embargo lo que no soy capaz de comer son perritos calientes por la calle, ni hamburguesas de franquicias, eso sí que siempre pienso que es carne de rata picada, sabe parecido, como a mortadela ( otra cosa que no pruebo ; ) y conste que no soy escrupulosa, pero si se me dispara la imaginación no puedo ; ) Qué visual tu asociación, son exactos el kebab y esos gorritos de los bailarines místicos, que marea sólo verles dar tanta vuelta, como a los judíos ortodoxos leyendo el torá moviendo la cabeza de forma oscilante.. es agotador verles.. Aunque pensándolo bien, los místicos cristianos eran aun peores, clavándose cilicios y ayunando hasta desmayarse.. los humanos estamos fatal ¿ no te parece? : )

    Un beso FRANCESC! gracias por la sonrisa : )

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida María, no he probado el Kebab y tampoco tengo ganas de hacerlo, a mí todas estas argamasas de carne me dan un poco de asco y me hacen sospechar, prefiero preparar yo mismo la masa -canelones, albóndigas, etc.
      Hay muchas sectas religiosas que hacen cosas raras, algunas se mortifican.
      A mí me parece que hay bastantes humanos que carecen de sentido del humor y de buenas maneras.
      Celebro haber despertado tu sonrisa.
      Abrazos mil.

      Eliminar
  10. Con la descripción de qué contiene y cómo se cocina el kebab, me reafirma en seguir sin probarlo. Siempre he sentido rechazo los alimentos en los que no se distingue de qué están hechos. Manías que tiene una.
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Marga, ni pensarlo, ningunas ganas de comer argamasas de materias desconocidas, vete a saber que cosas ponen dentro y en el caso de Döner-Kebab además aún le van dando vueltas para que todo se maree.
      Nos vamos a conformar con un rodaballo al horno,
      Abrazos.

      Eliminar