Arco iris. Dorothée Selz
En
estos últimos meses he visto cómo han abierto nuevas librerías en mi barrio.
Suelen ser establecimientos pequeños con una cuidada ambientación que, además,
ofrecen un programa de actividades más o menos relacionadas con los libros. Veo
que sus dueños se esfuerzan y ponen buena voluntad y mucho conocimiento en
lo que traen entre manos. Aplaudo su iniciativa y les deseo que prosperen.
Sin
embargo, cuando contemplo las estanterías de los libros que ofrecen me
encuentro con auténticos bodrios mal escritos, una enorme cantidad de libros
vacíos que no dicen nada. Se publica bazofia y el personal se la lee.
Salgo
de las librerías pensando en el futuro que pueden tener estos pequeños negocios
y me encuentro diversos clubs de consumo de drogas, que últimamente han
proliferado; también me encuentro muchos establecimientos de comida basura,
donde sirven hamburguesas y salchichas hechas con argamasas de materias fecales
y el personal se lo come.
No
estoy en condiciones de asegurar si el comer argamasas fecales y leer porquería
debe ser la misma cosa.
Supongo
que esto expresa el signo de los tiempos.
Veo un poquito de subjetividad en lo descrito. "El personal" como lo llamas tú, come lo que puede y no creo que eso sea argamasa fecal. Algunos no pueden alcanzar a comprar mejores calidades.
ResponderEliminarEn cuanto a los libros, supongo que te ha dado tiempo de leerlos todos como para opinar como opinas. Y volviendo a lo del "personal", así es como solían llamar los patrones a los obreros. Un término un poco burgués, considero.
Esta vez, no sé si hacerte mucho caso. Saludos, Francesc.
Amigo Noxeus, está claro que no debes hacerme mucho caso. Supongo que en vez de decir "el personal" quedaría mejor decir "los ciudadanos y las ciudadanas" o "los votantes y las votantas".
EliminarSaludos
Te lo suelo hacer.
EliminarDiría, Francesc, que lo que se ve en las estanterías, me viene a la memoria una que es una cervecería en Las Rondas, en su sección librería, son libros de tiradas muy cortas, donde prima más la subvención de la Generalitat, y que es segura, por cuestiones obvias, que no el contenido de la obra.
ResponderEliminarAsí han proliferado muchos escritores de tema banal y fugaz, pero se hacen un hueco en el nomenclátor de escritores del país.
Creo que todos sabemos a lo que me refiero.
Estos son los que denomino escritores con-rédito, nada que ver con los escritores recónditos.
Un abrazo
Miquel, creo que en ese establecimiento al que te refieres, ahora, sólo tienen libros sobre la cerveza. Supongo que creen que esta es una forma de cultura que beneficia a su negocio.
EliminarEl nomenclátor de escritores del país es cada vez más diminuto y prolifera la mala calidad.
Abrazos.
A mi me gusta cocinar y me gusta leer. Creo que se puede cocinar bien si se emplea la imaginación y se trabaja en ello. Esa comida preparada siempre es más cara que coger el producto y transformarlo tu, más cara y sensiblemente peor.
ResponderEliminarCon la lectura me pasa igual, obras muy buenas se pueden comprar después de su lanzamiento a precios asequibles, yo lo hago.
Yo soy de comprar libros "de moda" busco autores y busco contenido, mi proxima adquisicion sera "La Revolución francesa contada para escépticos" y será mi autoregalo para mi cumpleaños.
El personal nos estamos acostumbrando a que nos lo den todo hecho y hay mucha gente que ni sabe freírse unos huevos, hacerse una tortilla o guisar un poco de carne con verdura.
Pues con el leer, lo mismo.
Un saludo.
Amigo Daniel, cocinar y leer son dos actividades que enriquecen el cuerpo y la mente.
EliminarLa comida basura y la literatura mala actúan en sentido contrario.
La pereza y los malos modales abundan, observo que hay una gandulería supina que aparta al personal de la cocina.
Salud
Acabo de visitar
ResponderEliminarel blog de Miquel,
y el de Francesc
(Después les
escribo algo),
y mira, ahora
llego aquí, y
entre tanta
desgracia,
y siendo
lunes, lo
que
me acaban
de alegrar
las imágenes
que he visto
en cada uno
de los tres,
que bonito
arco iris .
Gracias Orlando, celebro que te haya gustado este "arco iris".
EliminarEl panorama es desgraciado y ya va bien que entre todos le pongamos un poco de concordia y amistad.
Salud.
Hola, Fransec:
ResponderEliminarInteresantes las reflexiones que nos brindas.
Ahora es muy fácil autoeditarse, lo puede hacer cualquiera sin grandes conocimientos (literarios o tecnológicos). Tengo autoeditadas 13 obras –por puro entretenimiento–; ninguna en su “versión definitiva”, ya que siempre confío en que alguien que las lea me proponga editar alguna de ellas de manera revisada o adaptarla a otro medio (historieta, video, teatro…) No marco beneficio económico sobre mis obras ya que no sabría valorar el tiempo que les dedico (el que no estén acabadas, no implica que no estén trabajadas).
Nunca me había planteado el efecto de saturación del mercado –ni de degradación del nivel literario– con los que estaba colaborando al sumarme al proceso de autoedición caprichosa.
Leerte me ha dado qué pensar.
Gracias, Francesc.
Amigo Nino, tal como dices, actualmente es fácil autoeditarse. Hay programas en internet que facilitan la compaginación de textos y hay imprentas que también lo ofrecen y además, hacen un producto acabado –el libro- de calidad.
EliminarEl autor nunca ve sus textos como algo definitivo, siempre retocaríamos alguna cosa. Sabemos el esfuerzo que cuesta llegar al resultado final y que nunca acaba de ser final.
Qué nadie piense que las horas dedicadas a la escritura vayan a ser pagadas como es debido.
La saturación del mercado editorial es algo que preocupa a los libreros que no tienen suficiente espacio donde exponer las novedades editoriales.
Creo que el escritor debe escribir bien y esta debe ser su preocupación, lo demás: edición, ventas, número de lectores, promoción, presentación de las obras, etc. son importantes, pero no son el meollo de la cuestión ni el objetivo del autor.
Celebro que mi escrito te haya interesado. Creo que podríamos hablar muchas horas acerca del proceso y formas de edición.
Saludos.
Hoy he hecho unas alubias con chorizo estofadas, con agua de botella, asustándolas de vez en cuando y a fuego lento.
ResponderEliminarA mi me gustan las salchichas, las hay de calidad, como las llamadas de Pedralbes, donde hacen cola. Todo está en la calidad del producto, lástima que no se puedan fabricar en casa .Sin embargo ,no ocurre con las hamburguesas, elijes la ternera y te la pican a tu gusto, lo demás en casa a tu capricho, un disfrute.
Saludos.
Amigo Car res, con la comida elaborada en casa siempre tienes la calidad asegurada. Hay que saber elegir las salchichas, no conozco las de Pedralbes que mencionas.
EliminarSalud y buen provecho.
Bienvenidas sean las librerías sean unos u otros los libros que exhiben. Lo importan te es fomentar la lectura. Con el tiempo y la experiencia uno se vuelve más selectivo...
ResponderEliminarSaludos cordiales
Amigo Luis Antonio, aplaudo la iniciativa, creo que la apertura de nuevas librerías de barrio es algo positivo. Cerca de mi casa han abierto algunas que me parecen muy buenas. Luego, poco a poco, vamos seleccionando.
EliminarSaludos.
El bar Pedralbes,con sus famosas salchichas de todos los colores y formas,se hizo famoso en los ochenta,está cerca del cuartel(en forma de castillo),cerca de la Rosaleda.Hoy día es una marca.
ResponderEliminarSaludos
¡Ah, sí!, ya sé, ahora lo recuerdo, había ido varias veces. no recuerdo, sin embargo las salchichas. Me acercaré un día de estos para probarlas.
EliminarGracias
Las librerías de calle versus las de Amazon et alii las apoyo. El género que tenga...allá cada cliente. Soy un escéptico del fomento de la lectura. ¿Acaso hoy se habla de libros, o lecturas, como en nuestros tiempos juveniles, aunque en estos hubiera también mucha pose?
ResponderEliminarSí, Fackel, estas iniciativas se aprueban. Luego está la opción de cada cliente. Las campañas de fomento de la lectura están muy bien subvencionadas, conozco el tema y te puedo asegurar que en estas subvenciones subyace también mucha ideología.
EliminarSaludos
No me gusta la comida basura, de hecho se llama así por algo, pero vivimos en la sociedad de la inmediatez, todo rápido y corriendo con la única finalidad de generar beneficio y satisfacción inmediata. En el mundo de las editoriales ocurre algo parecido, de hecho el premio Planeta que este año se lo han dado a Sonsoles Onega, parece ser que es un encargo previo de la editorial a esta periodista, obviamente trata sobre mujeres… como tiene tirón en los medios audiovisuales, pues le regalan el premio y así la difusión del libro se hace por partida triple, la autora, el tema y el premio… es una pena que todo esté contaminado por el vil negocio de algunos, la calidad culinaria, como la literaria no interesa a casi nadie. La clientela de libros se mueve como la del resto de las ofertas, por modas, publicidad y marketing … fuera de esto, las obras que realmente merecerían la pena, pasan desapercibidas y no las lee nadie, pero es lo que hay.
ResponderEliminarMuchos besos entristecidos porque me temo que esta deriva no tiene solución.
Querida María, justamente alguna de estas nuevas librerías que han abierto en mi barrio están al lado de establecimientos de comida basura. Salgo de la librería donde tienen expuestos algunos títulos de autores mediáticos o libros de autoayuda o que tratan sobre temas esotéricos, y al pasar por delante de estos restaurantes vecinos no he podido evitar la comparación entre la basura espiritual y la basura alimenticia.
EliminarNo he leído el libro de Sonsoles Onega, así que no puedo opinar, de momento, por el espectáculo mediático con que se presenta ya me echa para atrás.
Ando con tiento, y como he dicho algunas veces, yo no suelo leer literatura de ficción posterior al siglo XVIII.
Muchos besos alegres, que todo esto son modas eternas y que nos las saltamos alegremente.
Abrazos mil.
Entre autores (y autoras, que son mayoría) que no he oído nombrar en mi vida, graciosillos de TV3 y presentadores diversos —que todos escriben, se ve que es fácil—, el habitual Quim Monzó, el premio y 2º clasificado del Planeta, libros de pseudohistoria, ciencias ocultas y autoayuda, algo de novela negra de medio pelo (también la escriben todos, todas y todes), etc. llego a la librería y, mareado, me vuelvo a casa con las manos vacías y muy cansado, ya que la vista no me ayuda y el estar de pie tampoco.
ResponderEliminarSi tienes apuntado un libro que te interesa y el librero se ve motivado o sabe algo del asunto (por si no apuntaste la reseña exacta), te lo pide y asunto liquidado, pero para ese viaaje a la librería no hacen falta alforjas, para eso está internet, aunque no siempre te llevan el libro cuando estás en casa.
De drogas no entiendo, y de salchichas tampoco. Fui a veces, cuando estudiaba en la ETSAB, al Bar Pedralbes que comentáis, aunque me solía conformar con ingerir el bocata que llamaban "país con tomate" en el bar de la escuela, el que estaba en el ático y del que hablaba Margarit (del bar, no del bocata).
De autores de los que te interesan del S.XVIII no hay noticia: Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Diderot, el abate Prévost, el marqués de Sade, d´Alembert, Kant, De Foe, Swift, etc. O en plan hispano, Jerónimo Feijoo (no sé si es antepasado del no se sabe si sube o baja la escalera) , Cadalso, Jovellanos. Meléndez Valdés, Moratín, Samaniego, Iriarte, Ramón de la Cruz, etc.
Un abrazo.
Ya sabes, amigo GranUribe, que he comentado muchas veces que no leo literatura de ficción posterior al siglo XVIII.
EliminarEn el Siglo de las Luces encontramos a muchos autores extraordinarios, como los que tú citas, y añadamos los de siglos anteriores; entre españoles, franceses, italianos y demás europeos y ya tenemos la oferta bien servida. Naturalmente que he leído los autores de la generación del 98, son extraordinarios, pero de narrativa actual ya hace tiempo que me he apeado. Eso sí, de la literatura posterior al siglo XVIII me interesa el ensayo y la poesía.
Además de las compras por Internet, la red de bibliotecas públicas ofrece también una gran cantidad de títulos.
Sé de ese bar Pedralbes, pero no recuerdo las salchichas. Lo que sí recuerdo muy bien el bar de la escuela de la ETSAB.
Abrazos