lunes, 5 de diciembre de 2022

Un carácter con tópicos románicos

 



Es un tópico recurrente, con frecuerncia se dice que el carácter catalán es austero, seco y duro; algunos añaden que el talante catalán tiene una coloración humorística y es de espesor solemne. 


Naturalmente, como todos los tópicos y generalizaciones, todo esto es una patraña reduccionista.


Cuando oigo este tópico me vienen a la memoria las iglesuelas toscas y rudimentarias del estilo románico catalán. Ese estilo románico, que tanto encandila a quienes viven por estos andurriales, es austero, seco y duro y los muros de sus iglesias tienen un espesor solemne y están coloreados con figuras de manos desproporcionadas y ojos grandes.


Algunos se han empeñado en dulcificar lo tosco y lo rudimentario con alguna cancioncilla infantil o fomentando una educación y un comportamiento pueril que funciona a modo de quitamiedos y que satisface a los maestrillos y maestrillas, a los medios de comunicación y a los gestores culturales.


Sí, pero los muros románicos permanecen aquí, inmóviles, levantados sobre los altos valles del Pirineo, con sus muros gruesos y toscos. Y el carácter también inmovilizado, levantado sobre unas ilusiones que petrifican.


12 comentarios:

  1. Es probable que las iglesias románicas pirenaicas y/o catalanas, producto de una época bastante ancestral respondieran a sociedades rurales más reducidas y encorsetadas por los vientos eclesiales. Y condicionadas por los marcos geográficos y, por lo tanto climáticos, que existen ahí. Pienso que hay que situarse en el tiempo y en el espacio para valorar por qué se hicieron así, y sumar a ello las influencias y corrientes de arquitectos y artistas que seguramente llegarían de Europa, al menos de la más cercana, con ecos de la Marca Hispánica y de las realizaciones carolingias. De todos modos no conozco mayormente el tema y solo dejo la puerta abierta a interpretaciones.

    De ahí a los tópicos sobre catalanes, pues no sé, también soy escéptico de todas las clases de tópicos que cunden ahí y aquí y acullá. Imagino que el carácter de los pobladores de las urbes costeras, tal Barcelona, no sería el mismo que el de los que habitasen territorios de las actuales Girona o Lleida, siquiera también por las relaciones con otros marcos marítimos y mediterráneos.

    Me haces reflexionar en que uno de los problemas con que nos encontramos actualmente es el de la claridad de los conceptos y por lo tantos de los vocablos que los representan. Ahí hay mucha dejadez, mucho uso indebido, mucho triunfo -relativo- del tópico, y me temo que las redes sociales que gobiernan hoy la mente de los individuos no son capaces de poner orden. En fin, que feliz día, o al menos llevadero, Francesc. Aquí pluvioso; de frío ya no hablo, se ha instalado con alevosía de la Meseta. Un abrazo.

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    1. Naturalmente, Fackel, aquellas iglesuelas tan rústicas son producto de una época muy lejana, de los condicionantes climáticos y de la disponibilidad de los materiales propios del lugar. Ahora no entro en un juicio de aquella arquitectura y de las realizaciones de aquellos artesanos que pintaban los muros de colorines planos.
      El caso es que la rusticidad del románico catalán encandila gran parte del personal que hoy anda por las calles con el telefonillo mandando WhatsApps, y por lo que veo se entusiasman con un arte desproporcionado y quieren ver en él (por que así me lo han dicho algunos) una épica nacional de condes que dejaban sus huellas de sangre coagula sobre un escudo o una bandera.
      El carácter de los catalanes es diverso, evidentemente, no es lo mismo el tipo que vive en la costa que el individuo de las tierras del interior, la franja risueña que está junto al mar contrasta con el tradicionalismo de “terra endins”. Pero en todas partes hay de todo, al generalizar se cae en errores. Y hoy, además, las circunstancias cambian constantemente, estamos en tiempos líquidos, sí, pero hay un discurso que arranca de las escuelas y se fomenta desde el poder que insiste en aquella épica nacional y esto va calando y el tópico se sedimenta y la consecuencia es la formación de un carácter tan plano como las imágenes románicas.
      Saludos.

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  2. El Románico castellano, de Carrión de los Condes o de Fromista me entusiasma, en si no difiere mucho de el catalán, salvo que este tiene aromas italianos de influencia de la Lombardía. Para el uso cotidiano, ya sabes que hay quien hace religión y quien la utiliza, prefiero una iglesia pequeña y lejana, sin nadie, salvo Él y yo, y no una llena de personas de ojos rasgados con máquinas automáticas de flasyes al milisegundo.
    Todo es cuestión de gustos, pero si estos se aderezan con política ya tenemos que lo románico catalán es lo signatario e identitario del país, cuando en realidad las influencias, afortunadamente, nos vinieron de todos los lugares de la vieja Europa.
    Un abrazo
    salut

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    1. Amic Miquel, el románico castellano, el catalán, el asturiano y todos los románicos corresponden a un periodo histórico marcado por la escasez y no es extraño que tengan rasgos o trazas comunes (hablo de trazas en el sentido geométrico). El románico francés y sobre todo el italiano son algo más elaborado y complejo, no tienen la rusticidad de las iglesias pirenaicas. Ya sabes que a mí estas iglesias pequeñajas no me gustan, me dan un poco de miedo, pero lo que más miedo me da es la utilización de que un estilo tan simple constituya una seña de identidad de un pueblo.
      Por suerte, los que vivimos en estas tierras, tenemos en general, una mezcla de orígenes.
      Abrazos.

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  3. Tienes razón en la descripción que haces del románico, pero no solo del románico catalán , todos, los espacios donde se construyeron con este estilo... de hecho las iglesias románicas catalanas, recuerdan mucho a las asturianas, La iglesia de San Miguel de Lillo en Asturias, es muy parecida a la iglesia de
    Santa Cruz de la Seros que no sé si está en el Pirineo Aragonés o Catalán, ambas, dos mazacotes de muros estirados y poderosos....pequeñitas, pero impresionantes. Lo que no sabía es esta característica de los brazos lagos jajaja a lo mejor es como lo de los cuellos largos y robustos de las mujeres de Modigliani, se decía que padecían botulismo, estos igual... Respecto de vuestro carácter, no lo sé, como dices tú hay de todo. Tampoco yo creo nada en los tópicos. A mi me está ocurriendo una cosa muy curiosa, en mi anterior etapa aquí en la blogosfera no sé por qué sobre todo frecuentaba blogs de extremeños y andaluces ( en asuntos de política y actualidad ; ) ahora casi todos sois catalanes jaja y desde luego no podéis ser más diferentes unos de otros. Casi te diría que los que compartís un carácter más parecido ( por lo poquito que os veo en letras) sois MIGUEL y tú... sin duda los más risueños, abiertos y nada solemnes, al margen de las obvias diferencias de cada uno, así es que, vosotros no encajáis en el tópico, quizá corra por vuestras venas sangre jamaicana ; )

    Un abrazo muy fuerte y buena semana!!!

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    1. Querida María, el románico catalán es especialmente tosco. A mí particularmente no me gusta, me produce una especie de miedo pueril. Santa Cruz de la Serós está en la provincia de Huesca y también es una arquitectura rústica y pesada.
      Yo creo que los artesanos que pintaban aquellas superficies de piedra románica eran unos individuos que carecían de voluntad de arte, en mi opinión se dedicaban a plasmar en las paredes el dogma cristiano y nada más. Sobre aquellas pinturas desproporcionadas rebotaban los sermones y las amenazas de los castigos eternos. En el caso de Modigliani, a pesar de ser un arte también desproporcionado, sí que encontramos en su obra una voluntad de arte (Kunstwollen).
      Respecto a nuestro carácter, puedo afirmar que por estos andurriales te encuentras todo tipo de personajes: los que ladean la cabeza cuando expresan una opinión, los que dicen que se lo están pensando cuando deberían decir que lo están calculando, los ilusionados, los que no se fían ni un pelo del vecino, los que se creen esta mandanga de que son más que los demás, los canallas, los cándidos, los pánfilos que se chiflan ante lo naif, los irónicos, los que tienen buen humor, los cascarrabias, en fin, nada del otro mundo.
      Miquel y yo somos muy buenos amigos, no es extraño que tengamos en común algunas ideas u opiniones.
      Te aseguro que, por mis venas, que yo sepa, no corre sangre jamaicana. A pesar de mis dieciocho o más apellidos catalanes soy una mezcla de tipejos mediterráneos.

      http://francesccornado.blogspot.com/2020/02/los-cornado.html

      Abrazos.

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  4. Uno que ha ido a Cataluña muchas veces por diferentes cuestiones cuando deja atrás Fraga y llega a Soses ve que las personas son diferentes, es como si cambiase el mundo, es como entrar en otra constelación. la pintura del romanico me recuerda a la pintura egipcia, está pintada en dos dimensiones, o asi la veo yo. Esta falta de dimensión también se puede ver en determinadas personas en casi todos los sitios, creo yo.
    Un saludo

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    1. Amigo Daniel, cuando llego a Fraga y cruzo los Monegros me encuentro lo mismo que en todos los sitios, personas de buena voluntad que conviven con vecinos más o menos mezquinos y con otros que tienen el carácter noble y sincero. Aquí no hay nada especial, nada diferente y nadie es más que los demás, aunque se lo tenga creído.
      La pintura románica es algo simple, colores simples, sin profundidad, imágenes desproporcionadas, carencia de voluntad de arte… en mi opinión es un estilo muy primitivo. Estas características estilísticas también las encontramos en muchos hombres y mujeres que pululan por “todos los sitios”.
      Abrazos.

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  5. Francesc, hay que circunscribir el estilo románico en su momento, su tiempo y en las técnicas arquitectónicas y constructivas de las que se disponía en aquellos momentos.

    Con el colapso del imperio de Occidente, toda la Europa Occidental entró en un periodo oscuro en el que se olvidaron los conocimientos arquitectónicos desarrollados en la Grecia clásica y en Roma.
    Se desconocían los cálculos adecuados para levantar edificios más ligeros y proporcionados. Y no recuperamos ese conocimiento y técnicas hasta más de medio milenio más tarde.

    Y bueno, los tópicos, son eso, tópicos. Es la necesidad de los seres humanos por una explicación a lo que desconocen. Es como tratar de reproducir la belleza de la Gioconda con cuatro trazos de carboncillo en un papel de mala calidad, y que alguien te la compre al precio de un Leonardo.

    Saludos.

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    1. Amigo Rodericus, siempre, cualquier estilo hay que circunscribirlo en su tiempo histórico. Quizá esta sea la única condición necesaria para que lo podamos analizar y entender. Otra cosa es el goce que las obras de arte producen, el goce y disfrute del arte es el percibido en el momento de su contemplación. A mí, personalmente, no me gusta este románico tan primitivo.
      Aquellos artesanos y constructores románicos realizaban sus obras con los materiales, los medios técnicos y el conocimiento de que disponían y nada más. Cabe decir, sin embargo, que todo estilo, además de los condicionantes materiales, está también condicionado por el pensamiento dominante de su época y por exigencias del poder, que no son pocas. En el caso de románico, el Dogma cristiano y el poder feudal.
      En cuanto a los tópicos, ya sabemos que son una banalización y que solemos rechazarlos, pero se van repitiendo y van creando conciencia.
      Salud.

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  6. Por los comentarios he visto que en la crítica al románico de la zona hay también un reproche al uso que se hace de él. Pienso que se aprovecha el arte y lo que sea, para tener a la gente distraída con ismos varios y así no exigimos soluciones a los problemas que de verdad importan y que seguramente no tienen intención de atajar.

    Pero buscando el lado amable y aprovechando que María saco el tema de las iglesias asturianas, voy a presumir de una arquitectura de mi zona un tanto peculiar, el prerrománico asturiano, una rareza para mi muy bella con sus celosías de piedra y sus singulares columnas, arquitectura que se adelanto a su tiempo desafiando en altura a lo que habitualmente se construía en esa época.

    Un abrazo

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    1. Querida Ana, el arte y lo que sea, como tú dices, es aprovechado para desviar la atención. Creo, sin embargo, que la atención y el disfrute del arte educa la sensibilidad y hace que todos los hombres y mujeres que lo contemplan sean más conscientes de los problemas que nos acucian. Creo que la Victoria de Samotracia o una cantata de Bach nos abren la visión y el pensamiento y nos proveen de capacidad crítica.
      Observo que el arte románico del Pirineo catalán encandila a muchos que creen ver en él, una epopeya ilusoria petrificada. No me gusta el románico primitivo y mucho menos la utilización, comercial e ideológica que se está haciendo del mismo.
      Conozco poco el prerrománico asturiano, sólo una vez he visitado Santa María del Naranco y San Tirso del Real, aquellas ventanitas tan pequeñas me impresionaron y me impresionó, también la esbeltez de algunos elementos.
      Un profesor de historia del arte que tuve en segundo curso de carrera, nos decía que con aquellas ventanas se quería evitar que entrara demasiada luz al interior del templo, luego rectificaba y decía que las ventanas eran pequeñas porque los muros gruesos y pesados no permitían la apertura de huecos más grandes.
      Abrazos.

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