miércoles, 7 de diciembre de 2022

Otro viaje romántico

 




El viaje romántico es una fuga sin fin. Es la ilusión íntima de un caminante que se entusiasma con los senderos de rosas y con las lágrimas. El romántico busca atajos entre la pasión y los zarzales.


El espíritu romántico suspira y piensa en sí mismo y en una supuesta prolongación de su llanto sobre algún cuerpo enamorado.


El romántico cree que su interior es intrincado y que en algún lugar recóndito de su alma hay una luz arrebatada que ilumina el dolor y la muerte. Elabora una mística egoísta y reza a Santa Margarita de Cortona y le pide que le muestre “lo más profundo de la misericordia de su corazón”.


El enamorado romántico anda desorientado, utiliza una brújula maligna que señala un norte magnético que solo ejerce una atracción desenfrenada.

14 comentarios:

  1. La rosa de los vientos plateada de la segunda fotografía me acompañaba en la infancia. Todos los días se mostraba en el exterior de una tienda de ultramarinos, que se llamaban entonces, y me indicaba de paso la ruta de la escuela.

    Lo romántico es muy dual. Un carácter que estimula la sensorialidad pasional, en cualquier sentido, pero que lo sublima hasta el extremo de que a veces el árbol le impide ver el bosque. Claro que los románticos generaron sus propios bosques, no siempre naturales, y se vencieron a sí mismos en su propia retórica, cuando no demagogia.

    Hay mucho tópico sobre el enamorado romántico, tanto que se le adjudica a cualquier patán con derecho a enamorarse el tal calificativo de romántico y su relación es denominada romance (que es otro tema) Hay mucho cuento, se sigue usando a diestro y siniestro, sobre todo en los programas rosa de despellejar al prójimo (es el negocio televisivo) y la gente lo tiene asumido y lo enarbola a las primeras de cambio. Personalmente nunca fui romántico ni falta que me hace; fui otra cosa para mí más sustancial y efectiva.

    Salud.

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    1. Amigo Fackel, esta caja circular de arenques tornasolados nos indica una diversidad de “nortes”, cada uno toma el camino que le place. Unos se dejan llevar por las pasiones románticas, otros por la introspección, otros la contención y el clasicismo, hay muchas formas de comerse los arenques. Seguro que aquellas visiones tornasoladas de la infancia ya determinaron algunos caminos.
      Yo creo que muchos están interesados en fomentar el tópico romántico, se incrementan las ventas de viajes a paraísos “románticos”. Se provoca la lagrimita fácil, se fomenta la inteligencia emocional (¿inteligencia?), se estimulan las formas más adocenadas de la blandenguería, se incita el arrebato, ya sea con estimulantes o con el engaño. Se impone la exhibición, el desfile de modelos (los militares también desfilan), la gala, la representación y la ceremonia de colorines.
      La emoción hace espectáculo y el espectáculo produce pingües beneficios a quienes lo promueven e indigencia intelectual a quienes lo contemplan embelesados.
      Saludos.

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  2. Me encanta esta composición dadaista que nos regalas.
    Convengo contigo de que el romanticismo es además de todo lo que nos señalas, peligroso. Peligroso porque hace suspirar ensueños, quimeras, itacas, donde todos, menos quienes las promueven, por románticos, claro, saben que las ilusiones, como los sueños calderonianos, ilusiones son.
    Un abrazo

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    1. Miquel, estos arenques metidos dentro de una caja circular es una obra de arte conceptual, expresa una época en la que no se hacían esferificaciones de acelgas con mortadela.
      Los románticos, entre suspiro y suspiro, también están pillados por cosas como estas:
      1) la compra de la vitualla
      2) la visita al médico
      3) los pagos de cada mes
      4) el maldito consumo
      5) las molestias de achaques y colesteroles
      6) la hipoteca y las comisiones bancarias
      7) el incordio de los que mandan
      Un fuerte abrazo.

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  3. Ayyyy! mi querido FRANCESC! jajaja esta gente que describes no son románticos, son más del estilo de los histéricos de Freud que tanto trabajo y ganancias dan a los psicoanalistas ; ) Los románticos arrebatados que tan bien describes, tienes razón, no es que su brújula marque el norte, es que gira enloquecida sin descanso de ahí que los pobres de tanta vuelta, mareo y agotamiento por exceso de sentimiento, necesitaran terminar el viaje antes de tiempo jajaja me ha salido un pareado jajaja ...vamos que el pobre Larra se descerrajó un tiro por el mareo que tenía dentro ; )

    En fin, si de verdad ves a los románticos así, comprendo perfectamente que no te gusten... A mi el exceso de intensidad y las pasiones arrebatadas tampoco me van ; ) Pero tus chicharros en escabeche están riquísimos en tortilla de patata ¿ lo has probado? ...como una tortilla de patata normal y justo cuando la patata y la cebollita estás doradas, le incorporas los chicharros desmigados... lo cuajas y ...voilà!!
    ; )

    Muuchos besos y que tu brújula te dirija a donde desees

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    1. Estos individuos son aquellos que se han creído el topicazo comercial del romanticismo. Derraman lágrimas por cualquier majadería, luego estas lágrimas dejan marcados unos surcos en el cutis y tienen que acudir al “steticien” o dejan huellas en la mente y para remediarlo se someten a terapias de psicólogos que suelen decirles que se desahoguen y que lloren cuanto les venga en gana y les hablan de inteligencia emocional y otras cosas esotéricas.
      En efecto estos románticos blandengues no me gustan. Los otros, los románticos teóricos, los profundos, los pietistas, aquellos que se creen que la belleza reside en la mirada del observador, estos tampoco me gustan. Soy clásico y puedo admitir ciertas contradicciones (Schubert, Debussy…) y me declaro un militante antirromántico. Me gusta Petrarca, Dante, la estatuaria griega, Bach, Miguel Ángel, Couperin, Stockhausen… y los arenques tornasolados, los probaré según tu receta, con tortilla de patatas.
      Abrazos.

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  4. En música sin embargo es otra historia... me rechiflan!!!...por ejemplo ESTE me pone los pelos como escarpias y no solo a mi... fíjate cómo se le ha puesto el pelo al pianista en la siguiente obra que interpreta de Chopin jajajaja

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    1. Sí, María, en música es otra historia. Las contradicciones a mi antirromanticismo están precisamente en la música. Algunas composiciones románticas, a algunos, les pueden poner los pelos como escarpias, a mí, sin embargo esto no me pasa, no tengo ni un pelo que se me pueda poner de punta, soy tan calvo como lo que se ve en la foto.
      Abrazos

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  5. Vaya por Dios! Qué desilusión!
    Toda la vida pensando que un romántico era un tipo estilo Bob Dylan, pero que se pone corbata para ir a misa de 12. A lo mejor es que voy confundido y no distingo bien el romántico del románico y el gótico.

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    1. Amigo Noxeus, yo creo que los románticos son capaces de ponerse la corbata aunque esté manchada de lágrimas y ponersela en los lugares más inesperados. Sí, tienes razón, Bob Dylan me recuerda a algún romántico tardío y protestón.
      Salud.

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  6. En Sevilla,en un jardín hay una estatua de Bécquer, rodeada de jazminez ,sombras y reflejos de agua-luz,que los amantes persiguen.
    La mejor forma de comer una arenque,es envolverla en papel de traza,la golpeas con el puño y salen las escamas con facilidad.Comida de pobres,para degustar los ricos de paladar

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    1. Amigo Car res, lo de perseguir reflejos en el agua tiene un riesgo, en el fragor de la carrera puedes caerte y darte un chapuzón, aunque algunos ya les está bien y se conforman con el chapuzón sólo por ver al otro como se ríe.
      Conozco otra versión del arenque al papel, consiste en envolverlo con papel de estraza, ponerlo en una puerta junto a las bisagras y aplastarlo cerrado la puerta, queda muy bien, se desescama con facilidad, lo desmigas sobre una rebanada de pan con un poquito de aceite y lo acompañas con unos granos de uva de moscatel. El contraste de arenque salado/dulce uva es riquísimo.
      Salud

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  7. Romanticismo y brújula es un oxímoron. El romanticismo no busca guia porque en su desorientación se cree siempre en el buen camino aunque solo de vueltas al mismo sitio. Hay mucho masoquismo en el romanticismo, en mi opinión. Por eso no lo comparto, yo no he venido al mundo a sufrir y a vagar.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, con tu permiso, te voy a dar de alta en la nómina de los antirrománticos. Ya sabes que aquí militamos contra la pasión desatada.
      Saludos.

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