lunes, 23 de septiembre de 2019

Encuentros de Pamplona 72



Unas semanas antes de los Sanfermines de 1972 tuvieron lugar los “Encuentros de Pamplona 72”, una especie de certamen internacional que tenía por objeto reunir la vanguardia más conspicua del panorama artístico mundial. Aquello fue quizás el festival más amplio y significativo de los celebrados en España.

Se trataba de llevar el arte en todas sus manifestaciones a la ciudad: distribuir escultura, pintura, música, performances, instalaciones y happenings por las calles y plazas de la ciudad y dejar que la expresión artística se disolviera en la vida urbana.
 
En aquel año de finales de la dictadura, la apuesta de los organizadores fue arriesgada. Poniendo el arte entre los transeúntes, pretendían subvertir el orden establecido durante las décadas negras de un totalitarismo ideológico que había relegado la vanguardia artística a unos cenáculos muy reducidos; en un país que había sufrido y en el que todo hecho artístico era interpretado de manera inmediata como hecho ideológico, casi siempre hostil y susceptible de represión institucional.
 
Fueron ocho días de acciones artísticas, de instalaciones efímeras, de conciertos y de todo tipo de manifestaciones que reunían los más avanzado de las últimas poéticas artísticas, asumiendo contradicciones formales y de contenido, por qué no decirlo, riesgos de orden público y represión.
 
Se reunieron más de 350 artistas de vanguardia procedentes de los cuatro continentes que mostraron las manifestaciones más avanzadas de la poesía visual, experimentación sonora, arte conceptual, arte plástico, videoarte, arte informático, música aleatoria, atonal, electrónica, minimalista y de acción, así como cine experimental y los ismos y vanguardias históricas.

Los Encuentros de Pamplona 72 fueron organizados por Luis de Pablo (compositor) al frente del Grupo Alea de Madrid y José Luis Alexanco (artista plástico). La financiación de los “encuentros” fue totalmente privada y corrió a cargo de la familia Huarte -principalmente Félix Huarte Goñi y su hijo Juan Huarte Beaumont- familia de constructores de origen navarro. Este mecenazgo privado permitió un desarrollo de las actividades al margen de las instituciones públicas y, gracias al entusiasmo de organizadores y patrocinadores, se consiguió que todo quedara al margen, también, del pestilente mercado del arte.

Tuve el placer de asistir a los Encuentros de Pamplona 72 y el honor de participar en algunas acciones y happenings musicales junto con los músicos de Madrid, especialmente con el compositor Francisco Guerrero. También en alguna acción con los artistas conceptuales que habían acudido desde Cataluña.

8 comentarios:

  1. Buena y necesaria reseña para los faltos de memoria. Gracias por ella.

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    1. Gracias Pedro, se han publicado algunas cosas de aquellos Encuentros de Pamplona. Fue un hito importante para la recuperación de la modernidad en España.
      Abrazos

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  2. No recordaba yo este evento. A la dictadura, poco amiga de la cultura, le saldría un sarpullido; porque, aunque ya le quedaba poco recorrido, esos años fueron duros y represores.
    Un saludo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, han pasado años. Fueron unas acciones artísticas que molestaron al poder, hubo algunas trifulcas desagradables, al final, sin embargo, quedaron las acciones artísticas y la presentación de muchas obras que apostaban por la modernidad.
      Abrazos

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  3. En la última foto, la de la escoba, sale un titular (Francisco Guerrero, Francesc Cornadó)...¿Se te puede situar en la foto?
    Un abrazote

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    1. Sí Miquel en la foto aparezco junto al compositor Francisco Guerrero, él es quien porta el teclado de donde sale un cable, yo soy el calvito de la foto, en 1972 la calva ya apuntaba su tersura.
      Salud

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  4. Seguro que esa experiencia señaló la dirección de tu camino posterior en la creación poética.
    Qué antiguo se ve, me parece raro que en esa época se pudiera celebrar un acontecimiento de esas características. Hoy nos hemos adocenado y todo parece más de lo mismo y ya visto.

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    1. Sí, Marga, se ve muy antiguo, pero entonces, en aquellos tiempos difíciles ya había unos artistas que expresaban su modernidad. Los Encuentros de Pamplona fue un entusiasmo.
      Abrazos

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