viernes, 2 de mayo de 2014

Restauración del patrimonio arquitectónico



 
A lo largo del siglo XX se ha intervenido en el patrimonio arquitectónico eligiendo, en cada caso, la técnica innovadora o tradicional que en aquel caso concreto se creía conveniente.

Muchos errores, pocas correcciones. A veces las técnicas de restauración arquitectónica han sido demasiado agresivas: formación de estructuras de hormigón desproporcionadas para soportar bóvedas delicadas, introducción de atirantamientos metálicos que se oxidan para afianzar sillares bien labrados, protagonismo de los elementos restauradores, etc.

Estas soluciones, proyectadas por técnicos carentes de sensibilidad, han ocultado el valor arquitectónico o han echado a perder una construcción histórica bien resuelta.

Siempre deberían adoptarse medidas reversibles, de manera que pudiera restituirse el valor del patrimonio manipulado. Véase la "Carta de Venecia" 1964 de ICOMOS.

Las características de los sistemas que se utilicen en la restauración arquitectónica deben ser tales que no atenten a la estabilidad de lo construido y que no provoquen tensiones o efectos secundarios a la obra que queremos restaurar.

Nota 1.- Donde dice arquitectónico puede sustituirse por democrático, el texto también sirve.

Nota 2.- Deberíamos analizar un hipotético texto resultante si substituyéramos “patrimonio arquitectónico” por “cuerpo enamorado”

12 comentarios:

  1. Cuántas chapuzas hemos visto a lo largo de este tiempo..
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Miquel muchas de estas chapuzas las hemos pagado entre todos y lo peor ya no es haberlas pagado sino que queda ahí ancladas en la vergüenza y en la incultura.
      Salud

      Eliminar
  2. Jajaja... muy bueno. Lo único que no hay necesidad de restaurar es el franquismo, ahí sigue, maquillado eso sí, pero intacto.

    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Loam, hay muchas obras que no merecen ninguna restauración, pues su valor histórico o artístico es nefasto.
      Salud

      Eliminar
  3. Es como una mala cirugía estética. Se debe denunciar algo así con el fin de que no se repita.

    Salut!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Gemma hay muchos ejemplos de restauraciones que son una chapuza, y muchos ejemplos de restauraciones de edificios que son una auténtica chapuza. Se han gastado los cuartos para restaurar construcciones que reclamaban su derribo y se han gastado los cuartos en restaurar de forma chapucera monumentos o edificios que requerían sensibilidad, buen gusto y cultura arquitectónica.
      Salud

      Eliminar
  4. Las tres eses: sensibilidad, sentido y saber. De lo que carecen muchos"comisarios" "curadores" politico culturales, gente que mide sus actuaciones según la satisfacción que procuran a quienes les han nombrado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Amaltea, podemos poner nombres y apellidos a muchos "comisarios" y gestores culturales insensibles al valor del patrimonio arquitectónico y podemos poner nombres y apellidos a muchos técnicos que han llevado a cabo restauraciones chapuceras.
      Salud

      Eliminar
  5. Muchos intereses creados; porque no nos olvidemos que en la mayoría de asentamientos arquitectónicos hay buenas catas de agua: que era una constante en esos pueblos que llamamos primitivos y en cambio hoy por desgracia hay mucho necio con mucho titulitis y poca materia grís.-Lo dicho intereses creados para engrosar bolsillos a unos pocos.

    Un abrazo feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí querida Bertha, tienes razón. Añado a los intereses creados una falta de sensibilidad, una incultura supina y un desconocimiento del valor artístico e histórico del patrimonio arquitectónico.
      Han hecho muchas barbaridades.
      Un abrazo

      Eliminar
  6. Y en el país de "Pepe Gotera y Otilio" las chapuzas se cuentan por millares. Y encima hacen gracia, como la que protagonizó la gran "restauradora" Cecilia.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Cayetano, es una pena la cantidad de desaguisados que no son más que una expresión de la incultura y falta de sensibilidad. Estas restauraciones chapuceras, luego, permanecen décadas y décadas.
      Además de los casos flagrantes como el que citas, casos de chiste e incultura tosca, nos encontramos con restauraciones llevadas a cabo por profesionales "cualificados" que actúan con demasiada agresividad e intervienen inyectando hormigón en bóvedas de crucero, o arremeten contra elementos arquitectónicos sumamente delicados colocando materiales inadecuados y elementos de una inercia formal exagerada.
      Salud

      Eliminar