lunes, 23 de junio de 2025

180 zapatas para unos cimientos

 


He conocido varios gitanos que trabajaban en el sector de la construcción. La mayoría de ellos estaban en el ramo de las estructuras de hormigón. El trato con ellos siempre fue excelente y de alguno de ellos aprendí mucho.

Recuerdo el caso de Rafael, el jefe de obra que conocí en una de mis primeras obras que dirigí como arquitecto. Aquel gitano era un tipo listo, trabajador y con mucha experiencia.

Se trataba de una obra de construcción de un edificio industrial, una fábrica de cables de acero. Tuve que dirigir el replanteo de los cimientos y luego continuar con todo el resto de la construcción, es decir desde los cimientos hasta la cubierta. 

Uf, tremendo y fue ¡al principio de mi carrera!

La cimentación del edificio constaba de 180 zapatas cuadrangulares donde se habían de apoyar las máquinas del trenzado de los cables.

El replanteo consistía en dibujar sobre el terreno los pozos de cimentación que se tendrían que excavar y llenar con hormigón al día siguiente.

Rafael me ayudó muchísimo. Para trazar las perpendiculares aplicamos la regla del        3-4-5, que como todos sabemos, con estas dimensiones conseguimos el triángulo pitagórico que nos permite el trazado de las líneas en ángulo recto. 

El gitano me decía, "hagámoslo con las estacas y una cuerda embadurnada con yeso, así me lo enseñó un compadre de Lérida que era muy listo y que había aprendido muchas cosas de un cura".

Lo difícil era situar el eje de la primera zapata, referenciarlo respecto a algo existente. Me valí de unos aparatos topográficos muy viejos, los que tenía la empresa constructora. 

Utilicé un teodolito Cicorg Butenschon y un nivel de latón sin marca que, según me dijeron, había sido usado por agrimensores del ejército de Napoleón, ambos, teodolito y nivel. montados sobre trípode de patas de palo. 

Lo de los agrimensores de Napoleón no me lo creí, casi nunca me creo nada y mi compañero el gitano Rafael tampoco se creía muchas cosas, así era de listo.

2 comentarios:

  1. Francesc:
    ¡y el edificio sigue en pie, evidentemente! Hay cosas y técnicas que nunca fallan. No por antiguos, dejan de tener validez determinados instrumentos.
    Salu2.

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  2. Sin embargo, hoy, estamos dispuestos a caérnoslo todo, siempre que la fuente la consideremos por nosotros mismos, fiable, y siempre, claro está, que lo que estemos dispuestos a creer nos guste.
    No admitimos que los afines a nuestras ideas sean los malos, y si por esas se descubre que los son, lo admitimos diciendo que al menos no son tan malos como los otros, que son peor.
    Salut

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