sábado, 21 de septiembre de 2013

La fe humana




Datail of Canyon
Robert Rauschemberg (1925-2008)

El ilusionado poeta-filósofo aseguró que la utopía es una razón para luchar. 

La utopía es, pues, un estímulo a la acción, una movilización por un objetivo difícil de conseguir, un objetivo casi siempre inalcanzable. Angustia y desgaste  se ponen al servicio de un “no se qué”. Se necesitan grandes dosis de fe o un anhelo de justificación de la fe y su trascendencia.

Más que mover montañas, lo que hace la fe es erosionar. Desgastar las moles más compactas sin moverlas de sitio. La fe desgasta la razón y el juicio, sirve para contemplar el panorama sin hacer preguntas, para ir admitiendo sin decir ni pío. La fe inhibe toda capacidad de crítica, como si de una ensoñación se tratara.

Con lo dicho me refiero a la fe humana. No hablo de la fe divina ni de las supersticiones, que éstas no las alcanzo a comprender como no alcanzo a comprender el amor de los efebos o la música americana.

Todos tenemos nuestros límites.

13 comentarios:

  1. La fe en la fe es lo que hace decir que mueve montañas, pero la fe a secas es como dices, Francesc, una necesidad humana de algo que no está en ninguna parte y que si no se encuentra puede ocasionar graves trastornos, más valdría ser en esos casos menos creyente y mejor cocinero. En efecto que el tejido epitelial es bien poca cosa a estas alturas. No perdamos el pesimismo, un sano excepticismo.
    Salud

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    1. Sí, Manuel, tener fe es una manera de pasar el rato. Prefiero dedicar el rato a lo tangible, por ejemplo a guisar, Me estoy metiendo en lo de la cocina del vinagre, es algo que concuerda con el pesimismo creativo.
      Salud

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  2. Se suele confundir fe y voluntad, pero que se dejen ya de cuentos, no es la fe la que "mueve montañas", es la voluntad, el trabajo y la pala del bulldozer. La fe es la que, en "El proceso" de Kafka, retiene al campesino en esa eterna sala de espera en la que languidece. Yo diría que no existe una fe laica, que toda fe está impregnada, en mayor o menor medida, de religiosidad, pero claro está, esta es la opinión de alguien que no ha tenido "trato íntimo" con esa señora.

    Salud!

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    1. Amigo Loam, es probable que exista confusión entre fe y voluntad. Asocio esto de la fe humana (fe laica) con la utopía, o con ese "algo" incierto", desconocido y lejano que puede estimular algún movimiento. En cualquier caso tampoco puedo hablar con demasiada propiedad, pues yo tampoco he tenido ningún trato íntimo con la fe.
      Salud

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    2. Loam, crec que ho dius molt bé. És la voluntat, la que mou i fa moure. Per exemple, el bisbe Casaldàliga. Ell sempre ha dit que actua mogut per la fe, però la seva vida és un exemple de la seva voluntat de lluitar al costat dels oprimits, a risc de la seva pròpia vida. És la seva voluntat, la seva tenacitat, l'amor a la humanitat i el sentiment de revolta davant l'opressió dels febles, el que ha guiat els seus fets i els seus escrits. La fe és el seu pretext últim, la coartada interna. Però sense voluntat, seria una fe teòrica. "Cal anar endavant, sense perdre el pas, cal regar la terra amb la suor del dur treball", que deia en Llach. Salut!

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  3. Es un tema complejo, Hay días en los que me levanto con fe, y otros, sin embargo, soy un descreído.
    Salut

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    1. Amigo Miquel, a mí me ocurre que hay días que tengo más ganas que otros de hacer algo o de emprender alguna cosa nueva, es cuestión de voluntad.
      Salud

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  4. Los límites son también una convención -física y psicológica-. La fe individual, la que moviliza nuestros deseos y los pone a trabajar es una fuerza creativa porque necesita la imaginación para materializar lo que aún no existe. Es muy delgada la línea entre la fe que destruye porque nos convierte en adocenados y la fe que estimula para que logremos lo raro, lo que nadie espera.
    Tengo fe, un sentimiento lejos de la razón, en que algún día, como también creía Beethoven y Mozart, la humanidad sea una fraternidad universal.
    Un abrazo.

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    1. Querida Amaltea, esta "fe individual" de la que me hablas debe ser las ganas que uno tiene de movilizarse, de pensar, de emprender alguna actividad creativa o cualquier cosa de esta índole. Supongo que esto obedece al estado de ánimo, a la concentración de alguna enzima o de minerales que tengamos en el organismo, a la secreción de alguna glándula interna, o algo así. Se me escapa y no entiendo demasiado de estas cuestiones psicológicas, en cualquier caso debo decir que admiro a estas personas que han sido capaces de poner su fuerza creativa, su arte y su imaginación al servicio de "fraternidades universales", "concordias entre los pueblos", grandes y entusiastas mentes que han sido faros que iluminan nuestros pasos por este valle sombrío.
      Salud

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    2. Por supuesto que si entendemos por fe el concepto cristiano, la fe es desgaste, inmovilismo, aceptación y sumisión. Todo es muy relativo en la obra humana. Hacemos de un grano de arena una montaña y de una respiración nos creemos Eolo. Bueno, eso es euforia. Yo creo en la euforia, a mí me ha servido la euforia, aunque por sí misma es traidora, porque a la primera de cambio, zas, en cuanto una dificultad que parece insalvable se presenta la euforia pincha y ya has perdido el maillot de tu propia general. Quiero decir que muchas veces es el instinto, los sentidos, los pequeños objetivos marcados anteriormente los que nos hacen ir más lejos. Y claro en ese andar siempre hay un margen personal (y colectivo, claro) de confianza. Me gusta rebajar las palabras que han sido manoseadas y manipuladas, como la de fe, por los que fueron de sacros y pronto acabaron sacrílegos. Se trataría, pues, de tener una visión mínima de lo que queremos perseguir, de los medios a utilizar, de la valoración del esfuerzo y de la aportación de una dosis de voluntad que unifique los anteriores pasos. Eso es lo que mueve, lo que nos permite lograr algo.

      La fe humana de la que hablas está mediatizada conceptualmente por la fe de la religión, aunque no lo reconozcas así, pero objetivamente lo está. Lo que es obvio es que cualquier planteamiento dinámico donde nuestra conciencia actúe debe ser muy relativista, extremadamente cuidadoso y presto a corregir y variar objetivos, y siempre muy tolerante. La tolerancia también empieza por nosotros mismos.

      Bueno, no era negación de tus planteamientos, sino una aportación más a un tema que a veces corre el riesgo de ser solo un sofisma.

      Un abrazo.

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    3. Amigo Fackel, realmente existe el problema de identificación, y la fe religiosa pesa demasiado en las acciones humanas.
      Coincido completamente contigo en lo relativo a la tolerancia. Pero ya sabes que muchas veces la fe de algunos se opone a la tolerancia.
      salud

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  5. Pero es necesaria por lo menos en cuanto a sentirnos un poco logrados en este tunel que es la vida en sí.Tambien en la familia sobre todo en los hijos y lo demas es cuestion de ver lo que quieras ver...cada uno ve con su prisma particular las cosas que nos rodean y sobre todo a las personas.

    Admiro a estas personas que todo en su vida transcurre acerca de su fe y nunca cuestionan nada porqué estan convencidas de que es lo correcto.No es mí caso, que los años me han ido doblegando el caracter; porqué antes era muy dada a cuestionar lo que no me parecía justo.Pero primero tendriamos que saber que es... lo justo?.Una vez me hicieron esta pregunta:¿que es la felicidad?.Para mí una utopía...

    Feliz fin de semana Francesc

    En la mística no me siento

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    1. Amiga Bertha, yo admiro a las personas voluntariosas, las que luchan por un objetivo concreto, pero me cuesta mucho creer en la lucha por una meta etérea que queda más allá de las estrellas; creo que cuando esto ocurre, o se trata de una sinrazón o se trata del seguimiento de alguna causa que puede esconder intereses ajenos. Yo no admiro a las personas que se encebollan en su fe y sin reflexión van admitiendo todo lo que les echen.
      Yo tampoco me siento en la mística.
      Salud

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