Estuve hablando con el misántropo de la ciudad abierta, el pobre se está quedando más solo que la una.
Como él, yo también creo que lo que no sirve para resolver problemas, lo único que hace es crearlos.
Sirve la ciencia básica, la técnica, el método científico, la agricultura, el comercio, la industria y la navegación y añado algunas formas de diversión y, desde luego, el arte y la amistad. Naturalmente, y dada la condición humana que el misántropo tanto aborrece, todo esto puede pervertirse.
Para que la misantropía no nos amargue la vida disponemos de algunas pocas cosas que justifican nuestra existencia:
la música de Bach,
la estatuaria griega,
cuatro o cinco versos de la Divina Comedia,
el amor filial
y el rodaballo al horno.
El misántropo de la ciudad abierta cree que la única ciencia considerable es la teórica, la que no tiene utilidad directa y llama ciencias brujas a todos aquellos conocimientos que solo sirven para pasar el rato pero que no sirven para resolver los problemas. Además, muchas ciencias brujas son practicadas por embaucadores que se sirven de ellas para engañar.
Algunas de las ciencias brujas que atribulan al misántropo son:
La antropología recreativa
El psicoanálisis
La homeopatía
La parapsicología
La psicología de salón
La acupuntura
La astrología
La hipnosis
La radiestesia (zahories)
La adivinación
El misántropo de la ciudad abierta cree que hay demasiadas cosas inútiles que entorpecen, entre ellas:
El diálogo interecuménico
Las juntas de arbitraje
Las comisiones parlamentarias de investigación de delitos económicos
El exceso de políticos, de organismos oficiales y de burocracia.
Comenzando por el exceso de políticos y sus políticas zafias...
ResponderEliminarY, en cuanto a esta característica de individuo será que pase por un período de adaptación o sino puerta.
Que con esto de tanto analizar se pierde mucho tiempo y nos hace falta soluciones a corto plazo.
Un abrazo
Sí, Bertha, se pierde demasiado tiempo en majaderías y discusiones estériles.
EliminarAbrazos
El misántropo de la ciudad abierta es, sin duda, un compendio de experiencia. Leyendo las cosas que le parecen inútiles y que entorpecen, no me cabe duda de que es persona observadora y preparada.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Amic Miquel, has adivinado que "el misántropo de la ciudad abierta" es un personaje colectivo, sin embargo cabe decir que un miembro de este colectivo tiene la costumbre de aglutinar y sintetizar.
EliminarSalud
Y las reuniones de vecinos de la comunidad de propietarios.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, cuantas más reuniones más aumentan los gastos de administración de la comunidad de propietarios. Es un horror.
EliminarSalud
Si yo fuese el misántropo de la ciudad abierta me cuidaría del lenguaje que huye de la definición en pos de la confusión. Tendría cuidado con los propagadores de mensajes vacíos con palabras artificiosas o inventadas.
ResponderEliminarEcuménico me suena a contrario a Razón, a propagador de creencia para suplantar la Ciencia. No lo se, me huele a hisopo, a incienso, a señores de rodillas rezando a un dios injusto. Ecuménico es el olor del libro quemado en hogueras de "creyentes".
Y Comisión Parlamentaria me suena a falsedad, a sobresueldo, a inutilidad, a escaparate a falsedad, a Junta de "Arbitraje".
El exceso de políticos, organismos oficiales y burocracia es el principio de la perdida de los más elementales Derechos Individuales, el triunfo del gris triste sobre la Inteligencia y la Libertad. Suena a gasto sin reprocidad, a despilfarro a barroco excesivo y decadente..
Yo seguiré preguntándome sobre las causas y los efectos o como un colibrí puede mantener ese aleteo, no se, me parece más interesante.
Una entrada para pensar, la que nos has puesto.
Un saludo.
Amigo Daniel, en esta entrada he reunido varias opiniones y conceptos del amigo “misántropo de la ciudad abierta”. Seguramente por ser un compendio de distintos argumentos puede incitarnos a reflexionar sobre diferentes aspectos. Lo que parece claro es que hay unas disciplinas o tareas que son positivas y otras que nos hacen perder el tiempo, Hay actividades que hacen un daño evidente, otras que entorpecen, otras que fomentan la trampa y muchas que esconden corrupción.
EliminarSaludos
A lo mejor era sólo para impresionar, pero Einstein decía que su sueño dorado era vivir en un faro, esos edenes míticos de los misántropos, ya que un faro es una ciudad amurallada donde nada más cabe uno.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Pitt, a Einstein le entusiasmaban los destellos de luz, a este sabio la luz le llevaba loco, además sabemos que le gustaba mucho el mar y el aislamiento.
EliminarSalud
Yo me quedo con todo lo que propones para que la Misantropía no nos amargue la existencia, Francesc, añadiría el mero a la sal y el arroz a banda, en lo culinario...
ResponderEliminarTodos los libros que me han trastornado, las esculturas de Miguel Ángel, la Callas, Freddie Mercury y las risas de mis nietas.
Un abrazo,
Amiga Tesa, hay que andar con cuidado, protegernos y procurar que no nos amarguen la existencia con cualquier bagatela insignificante.
EliminarPropones unos guisos que son una delicia, ese mero a la sal me parece una excelencia neoplatónica, similar a la lubina a la sal, también exquisita:
http://francesccornado.blogspot.com/2012/03/la-lubina-la-sal-o-el-concepto.html
Las listas que he puesto solo son un apunte, se pueden ampliar.
Un abrazo
Siempre hay algunas pocas cosas que dan sentido a la vida, menos mal.
ResponderEliminarBesos.
Amiga Ana, afortunadamente, hay algunas pocas -muy pocas- cosas que nos acompañan en la misantropía y por las que vale la pena vivir, la amistad es una de ellas.
EliminarBesos