Son los rostros que
nos convocan al silencio. Las caras de El Fayum, pintadas sobre madera y
algunas sobre lino, nos observan desde los siglos I y III.
Estos rostros de
grandes ojos y boquitas pequeñas son el contrapunto de la pompa y de la
desmadrada difusión de imágenes con que nos inundan los medios.
¡Cuánto ruido a este
lado!, ¡cuánto silencio, detrás de las caras de Al Fayum!
Son rostros que
declaran que la vida es un estado que ellos conocieron y que nosotros
aprendemos a conocer.
Nos miran mientras
se desvanece el ruido y con su mirada parecen decirnos que detrás de su rostro
se esconde la muerte. ¡Ay ahora recuerdo los versos de Pavese!
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
Pues teniendo en cuenta que eran pinturas para colocar sobre las momias yo veo en ellas bastante diálogo interior. Unas facciones que no quieren extraviar la belleza de la vida. Esos labios que se representan cerrados con contundencia son acaso la línea roja que indica que no están ya pero que con los retratos se les recuerda e incluso conmemora. Si los rostros eran más o menos los mismos que tenían a la edad de su muerte da que pensar en lo rápido que se pierde todo, cuando se ha tenido probablemente todo. Siempre me impresionaron estos retratos Anti-Tánatos.
ResponderEliminarSalud.
Amigo Fackel, sí, yo también aprecio este diálogo interior, los interlocutores son lo vivido con lo que no se sabe.
EliminarLabios cerrados y bocas pequeñas son una característica destacada de la pintura paleocristiana, es una forma de expresar el valor del silencio y la virtud de permanecer callado; esto se contrapone al paradigma actual, donde una exuberancia de palabrería se asocia a la posesión de una razón ficticia; la estética actual valora positivamente las facciones grandes, se aprecian las bocas grandes y sobre todo los labios voluminosos. En los retratos de Al Fayum intuimos una ausencia vital, sí, pero también la huella de una vida que aún se expresa.
Siempre personajes jóvenes, ¡qué corta era la vida!, ¡qué pronto se perdía todo!
Son retratos que se oponen al ruido y al roce del filo de la guadaña.
Abrazos
Dios mío, Francesc.
ResponderEliminarCómo llegas de hondo!!!
Un abrazo
Querida Andri, sólo intento mirar con atención.
EliminarAbrazos
Tienen personalidad. Vida.
ResponderEliminarNo las tenía vistas.
Gracias
Amic Miquel, la personalidad que apreciamos en estos retratos es la huella de una vida.
EliminarHay muchos retratos de Al Fayum, no sé cuantos de ellos.
Abrazos
Qué poco hemos cambiado. Personas nada estridentes, con expresiones corrientes y cotidianas.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, hemos cambiado muy poco, ¡total menos de veinte siglos nos separan!, esto es muy poco. Creo que hemos añadido un poco más de mala leche, algunos inventillos que proporcionan confort como el inodoro, envejecemos más gracias a las pastillas. Nuestras expresiones son más o menos como las de las momias y poca cosa más.
EliminarAbrazos
¿Las caras de hoy, dices? La estética actual en los que salen por los media es tipo profidén exagerada, aparente, segura (¿segura?), superficial, pero no por eso denotan sus exhibidores más franqueza ni sinceridad ni empatía ni autenticidad ni efecto de una capacidad reflexiva.
ResponderEliminarSiento tremendo rechazo por esa puesta en escena.
Amigo Fackel, las imágenes que nos inundan proporcionan malestar, nos muestran manipulaciones de los cuerpos: siliconas, taladros en la cara, tatuajes de colores que ocultan la piel y mucho, mucho maquillaje y cosmética industrial, todo esto es muestra de una falta de sinceridad formal.
EliminarAbrazos
Representan un lugar de encuentro entre la pintura griega, la pintura y el arte realista romano y la religión del Antiguo Egipto. Parece que los retratos debían ser de lo más reales para poderse reconocer en su tránsito al más allá.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Pitt Tristán, en efecto estas imágenes son un ejemplo de transición entre el arte helenístico y el arte egipcio, se sitúan en los albores del paleocristiano, la iconografía copta es una evolución de estos retratos. Son de un realismo extraordinario.
EliminarSaludos
Y digo yo.... como se pudo perder este realismo retratista que tras la época de El Fayum tardaríamos en recuperar siglos?.... y ahora me viene a la cabeza los Picassos o los Tapies y creo retroceder a su vez a la época tras El Fayum, y es que no aprendemos, y cuando aprendemos lo soltamos y olvidamos...
ResponderEliminarAmigo Chordi, la historia del arte, como casi todas las formas de manifestación humana es como una noria, sube y baja, dando vueltas alrededor de un eje que permanece siempre en el mismo lugar y muchas veces chirría. En el eje está la voluntad de expresión o la búsqueda de la belleza. Lo malo es que el chirriar puede ser espantoso. Saludos
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