martes, 14 de agosto de 2018

Ostern


El Patio Herreriano –Museo de Arte Contemporáneo Español– de Valladolid se encuentra en uno de los claustros renacentistas del Monasterio de San Benito de Valladolid, obra de Juan de Ribero Rada (1540-1600).

En esta arquitectura renacentista que alberga una importante colección de arte contemporáneo, se celebran, además, exposiciones temporales de gran interés que constituyen un referente para el estudio de las nuevas tendencias artísticas.

Hasta el 26 de agosto de este año se expone en el Patio Herreriano, la obra Indeterminación de Ostern (Jesús Martínez OSTERN). La obra de este artista vallisoletano parece destilar el orden y la mesura de la arquitectura herreriana. La seriación de su obra replica la seriación de los arcos del claustro del monasterio, su disposición en el espacio expositivo es una reflexión sobre el concepto de perspectiva renacentista. El orden geométrico de sus elementos es la expresión actualizada de aquella seducción por la geometría que padecieron los artistas del renacimiento.

Indeterminación es una determinación decidida que integra los elementos artísticos de Ostern con el cromatismo de una iluminación cambiante y con la música Morton Feldman.

Triadic Memories de Feldman es un minimalismo que se funde en el cartón, el esmalte y los leds de Ostern. Las luces dispuestas en las paredes de la sala, bajo los cuerpos indeterminados de Ostern, dibujan una perspectiva central que recuerda las especulaciones geométricas de Piero della Francesca.


En definitiva, Indeterminación supone una superación formal de las geometrías cubistas y un paso más hacia la determinación analítica de los cuerpos indeterminados.


Nota del Museo Patio Herreriano sobre la exposición "Indeterminación" de Ostern:

El proyecto expositivo consta de catorce obras dispuestas en la Sala 0 del Museo Patio Herreriano en cuatro trípticos, rodeando al espectador desde los muros de la sala y formando parte indisociable de éstos merced a sus grandes dimensiones. Cada obra, excepto las del muro sur y norte, consiste en un gran rectángulo horizontal, vivificado por texturas densas y sutilmente variadas. La gama de colores utilizados a lo largo del conjunto se ciñe a tonos acromáticos y primarios desaturados.

Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, Jesús Martínez OSTER (Valladolid 1961) realizó la especialidad de Pintura, dirigida por el artista vasco Agustín Ibarrola, en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao (1980-1985), cursando estudios de Doctorado en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid (1988-1990). Ha obtenido, entre otros, el XIII Premio Blanco y Negro (Madrid, 1994), la Medalla de Honor en el Premio BMW de pintura (Madrid, 1995, 1997, 1999), el Premio de Pintura en la II Bienal Internacional de Arte Contemporáneo Ciudad de Florencia (Italia, 1999) y el Premio Provincia de Valladolid de Artes Plásticas (1992).

6 comentarios:

  1. Yo las veo como formas en disolución. Todo tipo de materia existente, sea natural o inventada por el hombre, lleva consigo un proceso evolutivo. En ese sentido la naturaleza per se es más explícita, incluso más ejemplar, y basta ver la formación de las montañas o la acumulación de rocas graníticas que se expanden en amplias áreas y provincias de sierras del Sistema Central, por ejemplo, para imaginar que lo actual no fue lo que hubo hace millones de años. Esto parece de Perogrullo pero conviene recordarlo para advertir que en la mentalidad conceptual del Arte caben procesos de formas que se disgregan, se retuercen, retroceden y avanzan multiplicando sus rostros. En ese sentido entiendo lo de Indeterminación. ¿Quién puede prefijar en el continuo cambio de la naturaleza lo que es estático en apariencia y lo que no? Algo parecido es posible en la expresión artística. Incluso el arte figurativo posee también ese toque de hacerse y disolverse, aunque esta perspectiva la veamos a través de las expresiones corporales de las figuras o de los rostros o simplemente el movimiento.

    Sobre el contenido del Museo Patio Herreriano se podría comentar y discutir, pero no me cabe ninguna duda de que el Patio y el claustro interior son la verdadera obra. Lástima que los políticos de hace unas décadas impusieran la figura de los Reyes Eméritos en una parte del patio, con esa monumentalidad fuera de tono y de ámbito, por la que se pagaría seguramente una buena pasta gansa a los hermanos López, acendrados exponentes de un realismo que a veces es hiper, y que no siempre está logrado.

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    1. Amigo Fackel. Se disgregan las formaciones de basalto y los granitos más duros, con el tiempo quedan reducidos a áridos que luego se aprovechan para hacer hormigón inmobiliario. Los cuerpos humanos, en pocos años llegan a la decrepitud y todos los materiales acaban podridos o desmenuzados, se acaban incluso los ideales humanos y las construcciones más sólidas, pirámides incluidas, se degradan.
      Es acción artística la transformación de la naturaleza y la manipulación de la decrepitud. Hoy que parece que nos esperan setecientos años de miseria creativa, hoy, digo, una opción noble puede ser la preservación de los restos estéticos.
      El arte es artificio y con este artificio nos expresamos. Admiro la naturaleza, sobre todo aquella que preserva la huella humana: un paisaje con una ermita al fondo, un acantilado con un faro, y campo sembrado, etc. y quiero leer en los estratos rocosos la historia indeterminada del paso del tiempo.
      Además de la justificada preservación del patrimonio artístico, admiro el cálculo, el esfuerzo por determinar la indeterminación y la acción del artista que sabe ver en la naturaleza el orden del tiempo y del drama humano y sabe expresarlo haciendo de la forma el argumento.
      La experimentación sobre la forma, la delimitación del espacio con nuevos volúmenes, la integración de lo espacial con lo temporal, el análisis artístico y la renovación constante, etc. todo esto es el territorio del artista que debe continuar expresando el mundo sensible. Encontraremos esta expresión tanto en lo abstracto como en lo figurativo, ya sabes se soy un rendido admirador del quattrocento que admira también la condensación de la mirada realista y aquella sorpresa que puede producir la realidad, su expresión puede ser la abstracción. Particularmente mi fruición por lo abstracto es rigurosa, vuelvo al cálculo, a la mesura más que al gesto, mientras me rindo ante la contemplación de la realidad tan profunda como la piel humana o la sutil fragilidad de una amapola.
      Abrazos

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  2. Desde hace tiempo, Valladolid se está consolidando como capital cultural.
    He tenido la suerte de pisar la ciudad en varias ocasiones, y siempre me he encontrado con exposiciones de primer orden.
    Sin ir más lejos la de Centelles, el fotógrafo de nuestra ciudad que aquí no se pudo ver, y allí gratuitamente, sus fotos, su historia, sus cámaras...
    Me alegro que hayas puesto esta entrada, de verdad.
    Un abrazo a los vallisoletanos, de todo corazón, y un recuerdo a su ciudad.

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    1. Amic Miquel, la arquitectura renacentista de Valladolid es impresionante y la labor cultural que están llevando a cabo las instituciones (Ayuntamiento, Ministerio, museos…) es encomiable.
      En Valladolid tenemos grandes amigos que he podido saludar y compartir con ellos unos momentos interesantísimos para recordar. A alguno de ellos llevé tu recuerdo.
      Abrazos

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  3. La indeterminación tiene mucho de propuesta, de asunto inacabado, de proyecto inconcluso, de titubeo, de duda... Sin embargo, me da la sensación de que en el caso que nos ocupa, el autor tomó una determinación clara en su decisión.
    Saludos, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano. La obra de Ostern es una reflexión muy interesante sobre lo indeterminado de la forma, a su vez, sin embargo, con la seriación determina un espacio concreto y hace del conjunto una obra compresiva.
      Salud

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