jueves, 2 de noviembre de 2017

Olivier Messiaen. Sinfonía turangalîla



Olivier Messiaen (1908-1992) fue intérprete de órgano, compositor y un gran ornitólogo, compuso varias obras inspiradas en el canto de los pájaros, tenía una fascinación especial por los mirlos y las oropéndolas, y por la vida toda. Aseguraba que la música es el lenguaje sin palabras concebido por seres humanos para comunicarse con todos los seres humanos.  

Tomaba sonidos de la naturaleza, de los materiales en movimiento, del canto de los pájaros, todo podía convertirse en música. En su sinfonía turangalîla utilizó el timbre mineral de las maracas, el vegetal de las maderas del “Wood-block” y el animal de la piel de la caja grande.

Tan humano como era, probablemente también tuvo en consideración las observaciones que hacía de Luys de Narváez (1500-1558?) respecto a las cuerdas de la vihuela y de otros instrumentos de pulso, en Los seys libros del Delphin decía Narváez:
…una de las mayores excelencias que la vihuela tiene sobre todos los ynstrumentos… que es más perfecta por semejanza y conformidad que el sonido de la cuerda tiene con el sentido humano, por ser de carne las cuerdas de la vihuela.

En su sinfonía turangalîla, Messiaen utiliza una riqueza tímbrica tan extraordinaria como exótica. Esta obra tiene una duración aproximada de 75 minutos y está compuesta para piano, ondas Martenot y una orquesta muy numerosa. Es una expresión incontenible de las ganas de vivir.

Messiaen tenía previsto componer una sinfonía convencional de cuatro tiempos, añadió a continuación tres tiempos más y seguidamente la aumentó con un Chant d’amour y un Développement d’amour y para acabarlo de redondear incorporó un “moto perpetuo”, el famoso Joie du sang des étoiles, muy libre.

La sinfonía turangalîla es un exponente clarísimo de vitalidad y de energía compositiva.

Ante la energía sonora de esta sinfonía y dado el panorama actual característico del arte contemporáneo, que se significa, precisamente, por su tremenda inmediatez formal, me pregunto si esta obra de Messiaen no representa un sentimiento religioso cuyo dios no es más que un demiurgo optimista.



11 comentarios:

  1. Confieso que soy un profano.
    Voy a spotiffy . Miraré obras suyas.
    Gracias
    Un abrazote

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    1. Vale la pena Miquel, en este caso, con la sinfonía turangalîla, si la quieres escuchar entera, prepárate para prestar atención más de una hora.
      Salud

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  2. Aquí ¡¡¡¡

    https://www.youtube.com/watch?v=8PjyCpRKDrk

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  3. Para poder opinar, no me queda otra opción que escucharla. Veo que Miquel hasta ha puesto un enlace.
    Saludos.

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    1. Amigo Cayetano, la sinfonia turangalîla es muy larga, prepárate para una audición de más de una hora. La interpretación que hay en el enlace que ha puesto Miquel es muy buena.
      Saludos

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    2. Es muy interesante escuchar el fragmento "Joie du sang des étoiles"
      Saludos

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    3. Qué interesante composición, aunque mi oído no esté acaso preparado para lo nuevo.

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    4. Sí, amigo Fackel es una obra interesante.
      Ya sabes que siempre me ha interesado la música del siglo XX, la llamada música contemporánea. He seguido las obras y he conocido compositores muy interesantes que han hecho música avanzada y con un lenguaje experimental muy comprometido. Para mí, la audición de estas obras, es la misma que ante cualquier obra de arte del Movimiento Moderno. En la música es donde encontramos la máxima abstracción.
      Un abrazo

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  4. Durante un tiempo escuché mucho Quatur pour la fin du temps, también Turangalila. Y ahora desde hace muchos años no he vuelto a escucharlo, pasa que la música enlaza con un estado mental, volveré a escucharlo. Tienes razón, Messiaen tiene un punto de trascendencia espiritual más que religiosa.

    Abrazos

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    1. Ah, Amaltea! el Quatuor pour la fin du temps!, esta es también una obra muy larga, creo que casi de una hora de duración. La música de cámara del siglo XX, especialmente la de cámara, es inquietante. En general la música de cámara del siglo XX tiene una cierta conmoción trágica, no en balde es la expresión de unos tiempos trágicos y precisamente este cuarteto, Quatuor pour la fin du temps, que se estrenó en un campo de concentración según tengo entendido.
      Messiaen fue un hombre de fuerte espiritualidad, creo que fue esta espiritualidad o quizás los pájaros lo que le iba inspirando. Su música a veces me parece un pelín efectista, pero no tanto como la de Penderecki.
      Abrazos

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