domingo, 20 de septiembre de 2015

Un desierto de dunas cambiantes

Veo las propuestas más avanzadas del arte actual y me desconcierta el desconcierto, la ausencia de ideas claras, la falta de objetivos, el abandono y el vacío estético.

El arte siempre ha reflejado el signo de los tiempos y ahora no puede hacer otra cosa que expresar el desarreglo de las ideas y la turbación estética que sufrimos.

Si la ética de una sociedad se ve reflejada en su estética, no me extraña la pobreza del arte actual.

Los edificios son hologramas que reflejan la cara criminal del poder, los museos almacenes asépticos o aulas para escolares ociosos, los auditorios son contenedores de bambalinas y vanidades, y el arte es baldío en manos de unos gestores culturales que brillan por su ñoñez y frivolidad.

Perdido Occidente en indeterminaciones políticas, a merced del mercadeo de las multinacionales y contemplando como se eliminan los logros sociales conseguidos con tanto esfuerzo y sacrificio, no espero nada más que la preservación de la belleza.

Una proeza alejandrina de preservación, o mejor, el deseo de una heroica revolución ilustrada, pueden ser los espejismos que nos ayuden a atravesar el desierto de dunas cambiantes. 

Auguro que la travesía será larga, unos setecientos años más o menos.

11 comentarios:

  1. Mi gozo en un pozo.
    Tan siquiera podré atisbar nuevos signos de adelanto.
    Salut

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  2. Tú lo has dicho: el arte es el reflejo de su tiempo. Y una era que no valora la cultura y que solo la zafiedad y el dios mercado tienen su altar en el templo de gente devota cuya única meta es el consumismo desaforado, es todo lo que puede dar de sí. Hace falta, en efecto, un cambio.
    Un saludo.

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    1. Amigo Cayetano, yo también creo que hace falta un cambio, de hecho siempre el arte ha propiciado y expresado el cambio. Ahora, sin embargo no creo que el arte esté en condiciones de propiciar algo, tengo pocas esperanzas, creo que nos espera una temporada larguísima -siglos- de miseria creativa, quizás no nos queda otra alternativa que preservar, como hicieron aquellos sabios de Alejandría que intentaron guardar lo que pudieron del arte antiguo, a pesar de los intolerantes, que con las teas en ristre incendiaban todo lo que encontraban por delante.
      Salud

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  3. Por una parte, si expresa el tiempo confuso que vivimos ya sería algo, pero solo es vil reflejo. El asunto es exterior, que ética y estética se separaron hace tiempo (si alguna vez fueron de la mano) Si aporto algo con una impresión te diré que hace muchos años me mataba por ver un museo en una ciudad, o una iglesia o un espacio donde creía ver arte. Ahora me cuesta y, aunque reconozco que en algunos de ellos se ha hecho una labor superior a la existente en una época anterior esa sensación de bien de consumo pasajero me apabulla. Quién sabe si algún demente Ejército musulmán o talibán no pondrá su orden sumando más desconcierto al desconcierto.

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    1. Amigo Fackel, no sé cuando se separaron ética y estética. Nulla esthetica sine ethica, atendiendo a esta máxima debo pensar que cuando desapareció la ética del panorama social se debió llevar con ella a la estética. Los artistas continuaron escudriñando en el mundo de las formas y expresaron dolor más que melancolía y sufrieron con el pincel y el escoplo. Ahora poco espero.
      Salud

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  4. Setecientos y...La verdad que todo esta hombro por manga y la inspiración, el talento,la creatividad no esta en sus mejores momentos.El mercado de las multinacionales y perdiendo los logros sociales;ahí lo dices todo en dos frases.

    Me adelanto un poco pero te deseo un feliz inicio de otoño.

    Un abrazo.

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    1. Amiga Bertha, setecientos años es una cifra calculada, no está dicha al azar. Es una cifra que he mencionado en otras ocasiones, creo que el erial creativo no va a ser mucho más corto.
      También te deseo un feliz otoño, hoy empezamos y con mucha actividad, espero llegar a fin de año con el buen humor y la rabia que me caracteriza.
      Un abrazo

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  5. Es usted un optimista, yo diría que, por lo menos, ochocientos años.

    El arte, sin embargo, no son solamente las convencionales y clásicas artes plásticas que terminan en los museos y forman parte del comercio de las galerías, casas de subastas y coleccionistas, al igual que aquellas que reciben subvenciones de los correspondientes Ministerios de Cultura. El arte son muchas cosas más y los despistados no son únicamente tampoco los artistas, sino también los críticos y supuestos espectadores. En las mismas artes gráficas y visuales en general hay todo un universo riquísimo que bulle como nunca lo ha hecho de ideas y propuestas.

    Las ideas del y sobre el mundo siempre han estado desarregladas y ahora también lo están cuando la famosa vanguardia se ha convertido ya en una clamorosa retaguardia que pretende seguir estando en primera línea no siendo más que objetos de compra y venta.

    La línea del frente, allí donde están emplazadas las trincheras, ha cambiado, como tantas cosas, sólo hace falta mirar en la dirección adecuada para encontrarla.

    Saludos

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    1. Amigo El Peletero. Sí, ya sé que a veces peco de optimista y probablemente quedé corto en mis cálculos, puede ser que la miseria estética se alargue más allá. Hice los cálculos pensando en la oscuridad de la Edad Media cuyo erial estético duró siglos y siglos.
      Creo que se avecinan malos tiempos para el arte. Sí, ya sabemos que existe un acción creativa al margen del arte oficial de los museos y subvenciones institucionales y de los circuitos comerciales de las galerías, que hay unos artistas cuya mirada es profunda y producen un arte doliente, pero es así, doliente más que transgresor, son unas creaciones de lamento y esto es una marcha hacia el bosque embarrado donde la luz es poca. Siempre las cosas han estado desarregladas, como usted dice, y el arte está ahí para expresarlo y espolear, pero ahora el caballo está famélico y no puedea aguantar el pincho de la espuela.
      Han cambiado las cosas, ya me gustaría encontrar el emplazamiento de las trincheras.
      Salud

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  6. Las trincheras casi nunca son evidentes o explícitas, Francesc, y tal vez la palabra no sea la más adecuada porque connota elementos de combate y de guerra que siempre son desagradables.

    Todo el mundo del diseño, gráfico e industrial, el de las artes aplicadas incluida la arquitectura contemporánea que no necesariamente es la de las grandes estrellas exclusivamente. En el CCCB hacen una buenísima exposición sobre Medellín y Barcelona.

    El mundo de la ilustración, tanto la infantil (en la que podemos encontrar joyas de muchos kilates), yo me maravillo de las obras de arte que hay en la ilustración infantil, como la ilustración adulta, en los cómics o, simplemente, en las revistas de cualquier tema que desarrollan grandes y extraordinarios dibujantes, auténticos profesionales sin ínfulas.

    La fotografía, la cinematografía de documentales, esta sí beligerante y con una gran carga política que desarrolla de una manera muy novedosa el lenguaje cinematográfico i visual. Los miles de cineastas que llevan a cabo extraordinarias y modestas producciones que cuelgan en Youtube. El mismo mundo de la publicidad y sus imágenes que hay que saber mirar fuera de los convencionalismos y prejuicios mercantiles.

    El arte callejero.

    Y el mundo de Internet, todo un nuevo universo visual y de contenidos. Y mil cosas más.

    Como yo tengo una tienda siempre me fijo también en la decoración de los escaparates y en algunos casos me quedo embobado. Igual que con la moda, tanto la popular como la de la alta costura.

    En fin, y eso solamente es en relación a las artes visuales.

    Por cierto, la Edad Media no fue eso que dices, en absoluto, no fue ningún erial estético.

    Saludos.

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