miércoles, 13 de febrero de 2013

Anti - romanticismo

Manuel Cano de Castro
Museu d'Art de Sabadell


Conocida es mi militancia contra el romanticismo y, con esta lucha como compañera, soporto mis contradicciones y con placer escucho con deleite la música de Schubert.

Mi prevención ante el Romanticismo es general. Muchas quimeras nos han decepcionado. El ideal romántico de la redención del hombre por el camino del amor y la belleza ha fracasado, tal como han fracasado casi todos los ideales humanos.

A pesar del fracaso de los ideales a lo largo de la historia, continuamos a la sombra de los mismos, sufriendo por amor y deleitándonos con las melodías edulcoradas de un Mascagni, y con estas sombras creemos en la razón como si fuera un ideal más, para hacernos humanos, más humanos y practicamos la fuga apresurada del romanticismo.

¿Traerá algún provecho la actitud antirromántica? No lo sabemos, ésta es la cuestión. Pero lo que sí sabemos es que la razón ha proporcionado bienestar, ha servido a la higiene pública, a la mejora de las comunicaciones y de la calefacción; hay más pollos y más jamón que antes. En la razón y sobre todo en el razonamiento, se fundamenta la técnica, y gracias a ella ha mejorado la calidad de vida, la cesárea, los antibióticos y la conservación de los alimentos.

Pero aquellas sombras románticas continúan mareando las consciencias y desde las  penumbras lánguidas y bajo los malditos claros de luna, los medios de comunicación y los planes de educación fomentan una sensiblería mezquina donde se da demasiado valor al peso de las emociones. Es un romanticismo cicatero que debilita el discernimiento.

Por otra parte, de forma estentórea, en tanto que hipócrita, se quiere dar carta de rigor a las actitudes subjetivas y a veces sensibleras, y se utilizan estímulos emocionales para dar verosimilitud a actuaciones políticas, económicas y sociales que casi siempre sólo sirven a los intereses de los más poderosos.

Los medios de comunicación son capaces de envasar los sentimientos románticos y las sensiblerías más adocenadas y ponerlas en el mercado para sacar dinero a costa de mucho dolor. Sin ningún miramiento se fomentan pasiones y se montan espectáculos abominables.

Ante las agresiones constantes de irracionalidad sólo nos cabe adoptar una actitud de incredulidad. El escepticismo está servido.

14 comentarios:

  1. Eres un contestatario ¡¡¡¡ Al final te llevarán a la hoguera ¡¡

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    1. Miquel, está muy mal la cosa, ahora a poco que te descuides te llevan a la hoguera. Pero, nada, descuida, nada que temer.
      Salud

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  2. Estinado Francesc, el romanticismo como sentimentalismo barato y "sanvalentiniano" , creo que es la estafa del siglo XX y XXI.
    Yo creo que el romanticismo puro como solución, de alguna manera solapada al neoclasicismo tiena muchos matices interesantes.
    Santo y seña de una epoca compulsiva y aquejada por las rebajas que Napoleon lleva debajo del brazo por toda europa,destiñiendo la Revolucion Francesa y la vuelta a los valores cortesanos, en manos de la banca(Philippe-Egalité)
    La verdad sea dicha que en la pintura encontramos mucha obra de pasteleria, al igual que en arquitectura,( que te voy a contar a ti)
    ese caracter historicista que lleva implicito el romanticismo no le hace ningun bién , supongo que es fruto de una epoca saturada y como bien dices gris. Bueno que comparto y no te doy mas la paliza. VENGA SALUDOS.

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    1. Amigo Dapazzi, supongo que el Romanticismo, llevaba en lo más profundo de "la misericordia de su corazón" algunas muy buenas intenciones pero, salvo en la música y en la poesía de los primeros románticos, produjo un arte pastelero. Pero aquello no fue nada comparado con las lágrimas sentimentaloides que, en aras al romanticismo mal entendido, tenemos que soportar actualmente.
      Salud

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  3. La faceta carrinclona y mercantil de lo que hoy se entiende por romanticismo es un puro asco. Otra cosa es el movimiento del XIX que empujo a algunas artistas románticos a pensar una sociedad más justa. Desde luego, pasado el tiempo se convierte un un nido de fantasías ideas para distraer a una sociedad que gusta de lo banal con disfraz de cosa extraordinaria. Como ahora.
    Racionalismo sí, pero que crezca en un poso de humanismo filosófico, de lo contrario, seremos máquinas antes que personas. Y lo pero es que máquinas productoras y consumistas, no creadoras.
    Difícil es conciliar lo racional con ese espacio necesario, imprescindible, que debe ocupar la imaginación y lo misterioso, fuentes donde bebe el arte.

    Un abrazo

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    1. Querida Amaltea, no dudo que aquellos románticos quisieran crear una sociedad más justa, pero la emoción acabó ahogando a muchos ellos, una soga de sensibleria atada su cuello y su arte se fue apagando (salvo algunos músicos y alguno de los primeros poetas)
      Coincido contigo en que el Racionalismo debe trufarse con un cierto humanismo, o sea con la razón, nada hay tan humano.
      Un abrazo

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  4. uuyy, mi querido amigo, le prefiero de poeta y no tanto de filósofo -con mi mayor respeto-
    es que, aún sabido el epitafio, por bonito que fuere nadie quiere morir
    .
    en la retórica que nos ha introducido es un pantano del que es muy difícil salir, no obstante digamos algo que valga la pena, para quedar finalmente coincidentes:

    creemos sin pensar
    pero pensamos según creemos
    .
    un gran abrazo

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    1. Mi admirado Omar, a ti te gusta la poesía, eres un gran poeta y a mí también me gusta la poesía y el arte, el afán de búsqueda de la belleza, en mi escrito me refiero a los anhelos románticos de de búsqueda de la belleza, pero no hablo de filosofía, yo de eso no entiendo, me embeleso con los logros de la razón.
      Salud

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  5. '...la de cuerno al izquierdo, si creciente,
    la de cuerno al derecho, si menguada.
    La tontona, y la llaman Catalina,
    la que arbitra las noches, tan callada...'

    So pena de que el mismísimo Beethoven sintiera los aguijonazos románticos, hay, cómo no, otros recursos nada sensibleros para perderse en lunas, claras.
    ¿Romanticismo? Uso y abuso del concepto, por desconocimiento o porque los guiones (!) lo exigen. Porque es cómodo plegrse a la blandenguería institucionalizada sin más trascendencia.
    ¡Como si fuera factible solo el sentimentalismo!
    ¿Dónde encajaremos para ser justos el supremo sentimiento de las artes renacentistas y/o barrocas? Por no escarbar en los medievales, pongamos por caso.
    De las inverosimilitudes políticas, casi que ni se hable.
    Igitur,
    abrazos, Francesc

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    1. Amiga PMPilar, los ideales románticos de redención han fracasado como fracasan todos los ideales humanos. Aborrezco la blandenguería como tu dices. Me interesa el arte clásico, la creración artística racional, admiro a Horacio, Dante, Virgilio, Bach, la escultura griega, Mozart, Miguel Ángel, la cocina sencilla, el amor filial y el progreso de la técnica que avanza a medida humana y a disposición de la colectividad.
      Salud

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  6. Pero ahora el romanticismo es puro mercantilismo y, ademas de muy, pero que muy mal gusto.Odio esa maledetta imagen del corazón cómo representación amorosa...pero sí que el día de San Valentin es para celebrarlo.Una vez al año no hace daño...

    Todo con mesura se puede aguantar, los excesos son negativos en todas las formas .Un poquito de endulcorante va bien de vez en cuando mucho dulce empalaga.

    Un saludo feliz día

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    1. Querida Bertha, coincido con lo que tú dices, puro mercantilismo, nos venden paquetitos de emociones a precios de saldo. Pronto van a construir expendedores automáticos de sensiblerías donde introduciendo una moneda nos dispensarán unas lagrimitas de melancolía, o una dosis de pasión desenfrenada.
      Salud

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  7. Lo de los medios te da toda la razón, pero no deja de ser cierto que lo romántico sigue estando ligado a la relación de pareja como si no hubiese otra manera de disfrutar de dichas relaciones y por eso se sigue sacando provecho de ello.
    Un saludo.

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    1. Amigo Dean, el caso es anular la razón y su eficacia. Los medios montan un circo con las relaciones de pareja, con el romanticismo que no saben lo que es, con la sensiblería, con las emociones desmesuradas. Esto va más allá de un verdadero negocio, sirve además como elemento de alienación.
      Salud

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