Richard Gerstl. Autorretrato (1901)
Cuando Arnold Schoenberg se enteró de que su mujer se interesaba por la
pintura y que tenía una aventura que trascendía más allá de lienzos y óleos, en
un puro arrebato expresionista, compuso su Segundo Cuarteto de Cuerda, tal vez
el más intenso y “expresionista” de sus cuartetos.
Por el pentagrama del cuarteto transitan una colección de sentimientos
encontrados, que fluyen como una ristra de invocaciones y ruegos. No en vano,
Schoenberg añade en los dos últimos movimientos la voz de una soprano que canta
Letanía, un poema de Stefan George.
Así nos encontramos con un primer movimiento que va desde lo sutilmente
lírico a la agitación; en el segundo movimiento encontramos desesperación y
soledad presentados en forma de scherzo, es decir como si fueran una expresión
irónica del desamparo, y en los dos últimos movimientos la Letanía
mencionada, y en el finale unas palabras que dicen
“siento el aire que sopla desde otros planetas”.
El arrebato germánico es intempestivo y oscuro, Shoenberg, al enterarse que
su esposa tenía un amante, compone uno de los más formidables cuartetos del
siglo XX, traslada a la partitura notas revueltas y tambaleantes, hace una
especie de plegaria más o menos laica y al final su música se escapa de la
gravitación de la tierra y se deja llevar por el aire que sopla desde otros
planetas.
Definitivamente la música de las esferas.
Nota: la imagen fue pintada por Richard Gerstl, tal como se indica al pie de la misma. Gerstl fue un pintor expresionista austríaco de vida atormentada que también trascendió de óleos y lienzos.
¿Debo entender que la señora Schoemberg se enamoró de este pintor tan canijo?
ResponderEliminarMi admiración.
J.Aubert
Amigo Aubert, hay pinturas que no favorecen demasiado, supongo que ataviado de otra guisa la cosa cambia.
EliminarSalud.
No es el de la Bajada de La Gloria, en el Coll...donde Cirlot escribió uno de sus más bellos sonetos ?.....
ResponderEliminarNo lo sé Miquel, pero ya sabemos que Cirlot idealizó aquella parte sinuosa de la ciudad, de allí era la Dama de Vallcarca.
EliminarSalud
¿si yo me entero, me volveré virtuoso?
ResponderEliminarun relato para encuadrar
salut amic
Amigo Omar, yo creo que la virtud acaba venciendo. Aunque hay quien piensa que lo que acaba venciendo es el aguante o la resistencia.
EliminarSalud
Estimado Francesc,
ResponderEliminarPor lo que sé, Gerstl no era canijo, sino más bien todo lo contrario: un joven apuesto con una exquisita sensibilidad hacia la música y las artes escénicas, y por supuesto, hacia la pintura.
Y en lo referente a su impecable aspecto, y como único defecto, se podría también mentar que era -quizás- un poco estrábico.
Entre 1907 y 1908 pasó largas temporadas con la familia Schoenberg; tiempo en el que no solo intimó con Mathilde, sino en el que también instruyó a Arnold en los fundamentos de la pintura.
Así, su influencia es muy obvia en temas: retratos y autorretratos, escenas con figuras aisladas, paisajes que simulan escenografías...
Y también en recursos: pincelada larga y fluida, descomposición puntillista...
Y en general en el tono "extraño" de las imágenes simbólicas que ambos crearon, que fluctúan entre el realismo que logran empleando una distancia y un punto de vista objetivos, y el expresionismo que la paleta (deslavada o encendida, pero en general extravagante o poco naturalista) o la iluminación, aportan.
Así, los dos firmaron un capítulo personalísimo en el contexto del expresionismo pictórico vienés, por el que merecerían -especialmente Gerstl- un reconocimiento mayor.
Un cordial saludo y un placer leerte.
Amigo Eduardo, estoy convencido de que Gerstl debía ser apuesto como tu dices y que la señora Mathilde Schoemberg tendría buen gusto y no iba a quedarse prendada de de un canijo como alguien, a la vista de su autorretrato de colores fríos, ha calificado al pintor. Coincido contigo en que Gerstl no ha tenido el reconocimiento que se merece. Sí, en cambio, que ha tenido reconocimiento la obra pictórica de Arnold Schoemberg, seguramente al amparo de su obra musical.
EliminarSalud
En sus inicios se nota la gran influencia de Gustav Klimt.Es una pintura que me inquieta no me relaja observarla.
ResponderEliminarBueno: la señora Mathilde debio de ser muy afortunada: verse rodeada de tantos cerebritos.El marido, el hermano ,el amante etc jejeje.
Saludos Francesc.
Bertha, las estéticas de Schoemberg y de Gerstl forman parte de la columna vertebral del expresionismo alemán, aquí me gustaría añadir la arquitectura de Mendelshon y de Taut.
EliminarSalud
todo queda en familia, jejejeje.
EliminarEnhorabuena por este texto, tan divulgativo y tan pleno de admiración. Un abrazo desde Madrid.
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio, celebro que te guste.
EliminarUn abrazo.
Amigo Francesc, observo que después de la ruptura, el duelo es más creativo que la dicha, de la más honda aflicción nace una obra maestra, como si el abandono fuera el mejor método de inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues no lo sé, querida Loli, hemos visto obras de arte que han nacido bajo las sombras de la tristeza, otras en momentos de optimismo, de vitalidad meridiana, otras que nacen en momentos de desesperación. El caso es que estos grandes artistas recorren los caminos intrincados.
EliminarSalud
Hay que agradecer la infidelidad de la esposa con el pintor- perfecta imagen del lechuguino rompe corazones-.
ResponderEliminarSchönberg era un tipo genial, autodidacta que solo recibió unas cuantas lecciones de su cuñado( hay algunos cuñados buenos) Supersticioso, su obra es interesante y su vida también, algunas de las anécdotas sobre él son asombrosas.
Gracias, Francesc, es un músico que merece nuestra atención.
Abrazos.
Querida Amaltea, con lo de lechuguino me ha dado un ataque de risa vegetariana.
EliminarSchoemberg fue un auténtico expresionista, así compuso y así vivió, me gusta muy especialmente su Erwartung.
Salud