Creo que la producción de bienes no puede ser indefinida. En algún momento no determinado habrá de detenerse la fabricación de cosas y más cosas. Es insostenible llenar la bola del mundo con trastos y llegará un momento en que las máquinas de fabricar cachivaches habrán de parar. No podemos crecer indefinidamente.
Estoy convencido de que Jean Tinguely (1925-1991) debía pensar lo mismo y por esta razón se dedicó a proyectar máquinas para no hacer nada. Eran sus máquina-esculturas, que algunos han llamado Metamechanics. Son esculturas cinéticas.
Las Metamechanics fueron realizadas unos cuantos años antes del mayo del 68 cuando las vanguardias artísticas europeas aún proponían soluciones y vías de escape, cuando el arte asumía planteamientos éticos, integrándolos en el lenguaje formal.
Estudio nº 2 para un fin del mundo
Después de producir y de reflexionar sobre tantas máquinas de no hacer nada, Tinguely, en 1960, construyó una máquina-escultura que se autodestruía llamada Homenaje a Nueva York. La máquina-escultura fue presentada en el Museum of Modern Art, de Nueva York y allí, en las salas del MOMA, se autodestruyó, dejando, eso sí, algunos fragmentos para que quedara constancia de su existencia destruida. Dos años más tarde, el artista construyó su Estudio nº 2 para un fin del mundo, esta escultura explotó delante del público que se congregó en un lugar del desierto de las Vegas.
La obra de Tinguely, fue al principio, una sátira contra el dadaísmo y una vuelta de tuerca crítica de las propuestas surrealistas y más tarde, con sus Metamechanics, fue la expresión de un arte que se autodestruía o que se dedicaba a producir artefactos que no servían más que para recordarnos que la acumulación de cachivaches tendrá un final.
Plásticamente, la obra de Tinguely me recuerda el cromatismo de Joan Miró y unas composiciones más o menos parecidas a la obra de Alexander Calder, aunque Tinguely me parece mucho más sutil que el americano Calder. Sus aparatos Metamecánicos son artefactos extraordinarios, máquinas eficaces, para huir de la brutalidad (brutalidad en el sentido "animaloide" del término) y de la ordinariez cotidiana.
Con Tinguely nos encontramos ante un artista que supo alejarse del lenguaje naíf que practicaban algunos artistas de la abstracción geométrica y no se dejó seducir por lo circense como había ocurrido con el mencionado Calder o con Joan Brossa.
Una buena crítica al maquinismo exagerado con esos artefactos que no sirven para fabricar nada.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo comprobamos casi diariamente, hay muchos artefactos que se venden a precios muy caros y no sirven para nada, otros solo sirven para entorpecer. Ocurre también con muchas personas.
EliminarSaludos
Me he enamorado de la imagen de la cara con colores
ResponderEliminargracias
Amiga Recomenzar, no me exttraña que esta cara te haya enamorado, es la expresión de un mundo "aggiornato".
EliminarTinguely fue un avanzado.
Saludos
Gracias por la entrada. Hacía falta la aclaración final, "lo circense".
ResponderEliminarRecuerdo una afirmación similar de la boca de Manolo Reguera, el mejor profesor que tuve en Historia del arte, y lo tuve en el ICE.
Un abrazo
Miquel, el calificativo de "circense" lo he utilizado pensando especialmente en Brossa, él se aproximó a la estética circense.
EliminarA mí particularmente lo que más me interesa de Brossa es su poesía y normalmente eludo todo lo demás.
No sé que me pasa, pero cada vez me gusta menos Brossa, de momento voy aguantando, me ocurre lo mismo con Calder.
Abrazos
Lo qie más me gusta de las esculturas de este hombre es que se autodestruyen. Por dos motivos: porque spn horribles y porque el mensaje se vuelve muy potente.
ResponderEliminarUn gran abrazo y mil gracias por tu comentario en casa. Tienes mucha razón, el contraste de su silencio cobtra el ruido actual es enorme.
Querida Myriam, aquí lo que importa es la destrucción de lo espantoso e inservible. La obra de Tinguely lo expresa perfectamente.
EliminarYa sabes, Myriam, que me encanta visitar tu blog.
Abrazos
Pues si, mucho de todo :pero cada vez habrá más brutalidad animaloide.
ResponderEliminarLa mitad de estos esnobismos son reclamos para gente que solo sabe aparentar, puro humo...
De eso son muy expertos los galeristas...
Un abrazo y una tranquila semana
Amiga Bertha, la brutalidad y el salvajismo nos han acompañado a lo largo de la historia. Opino que la cultura puede ayudar en algo, pero si esta cultura se basa sólo en el espectáculo, creo que el esfuerzo creativo y cultural no sirve para nada.
EliminarLos galeristas tienen otros intereses.
Abrazos
En el fondo, debe ser la exaltación de lo inútil.
ResponderEliminarPedro, es una exaltación y una explosión, los objetos "artísticos" se quemaron o explotaban.
EliminarSaludos
estimado arquitecto le leo por demás utlitarista. El arte es lo que hace al hombre menos bestia. Me encanta Calder. Saludos
ResponderEliminarCoincidimos, Selva, el arte nos aleja de la animalidad.
EliminarSaludos
No sabía de este personaje y su obra; del arte contemporáneo uno sabe poco y le han enseñado al respecto menos; por otro lado dudo que tenga fin la producción de objetos: las cosas nos están sepultando y nos sepultarán del todo; y luego el chantaje: si no se fabrica, si no hay producción de lo que sea, habrá más paro, te dicen; bonito presente y no digo futuro; uno aspira que al menos mi propio fin no venga determinado por los objetos, claro que una tumba, por ejemplo, es otro objeto, y las cenizas serían la alternativa a uno mismo, o dicho de otro modo, la conversión del objeto cuerpo en átomos flotantes. Y al sujeto, entonces, que le den.
ResponderEliminarAmigo Fackel, las obras de Tinguely tuvieron mucho predicamento en los años 60 del siglo XX, algunos lo consideraron un “neo-dada”. En mi opinión su obra es una especulación sobre las cosas artísticas, pero no es un arte. Este artista se cuestionó el exceso de obras de todo tipo.
EliminarPoner fin a la producción supone parar el mundo. Hay una paradoja, el exceso nos puede sepultar, como tú dices, pero detener la producción produce paro económico y social. Creo que la solución está en el punto medio, seguramente se trata de un punto gordo, ya que tiene tantas variables como grande sea el punto. Optar por el equilibrio, o como decía Teognis de Megara "tirar por el camino de en medio".
Ya sabes que los teóricos han especulado sobre el “crecimiento cero”, lo planteaban en cuanto al crecimiento demográfico y en consecuencia un crecimiento cero en lo económico.
Creo que la opción sensata es un crecimiento cualitativo.
Saludos,
Las únicas creaciones realizadas para destruirse son los explosivos, por lo que este arte pudiera clasificarse como "explosivo". No me gusta, no le veo aliciente, ni interés, ni belleza, ni le encuentro ningún mensaje, la verdad. No coincido contigo en "En algún momento no determinado habrá de detenerse la fabricación de cosas y más cosas.", el Hombre esta en desarrollo continuo, una parte de ese aprendizaje es la fabricación de muchas cosas y si el mundo se queda pequeño, buscaremos otros mundos a los que llenar de cosas que no necesitamos y cuya finalidad no es otra que tenernos "entretenidos" en su diseño y fabricación, como es el caso que nos muestras.
ResponderEliminarUn saludo
Amigo Daniel, la obra de Tinguely es, en mi opinión, un happening más conceptual que artístico. Ya he dicho en diversas ocasiones que cuando el concepto o el argumento se superponen a la expresión estética o a la búsqueda formal de la belleza, el arte se sitúa en las puertas de su autodestrucción, algo así ya lo había planteado Hegel.
EliminarCuando Tinguely hacía sus performances explosivas estaba muy en boga la teoría del "crecimiento cero" creo que el artista seguía la tendencia de aquellos años 60 del siglo pasado. Yo coincido contigo en que el Hombre está en continuo desarrollo y creo que se están creando muchos cachivaches que no sirven para casi nada y van llenando el mundo de trastos. Naturalmente que no podemos quedarnos quietos, esto sería anunciar la muerte del mundo, situarnos en las puertas de nuestra autodestrucción.
Te digo lo mismo que le he comentado a nuestro amigo Fackel: creo que lo más sensato es trabajar en la mejora de la calidad y en una justa distribución de bienes, apostar por un progreso cualitativo más que en una producción cuantitativa y todo esto coordinado con el crecimiento demográfico y de equilibrio entre los continentes y países.
Saludos
"Creo que la producción de bienes no puede ser indefinida. En algún momento no determinado habrá de detenerse la fabricación de cosas y más cosas. Es insostenible llenar la bola del mundo con trastos y llegará un momento en que las máquinas de fabricar cachivaches habrán de parar. No podemos crecer indefinidamente."
ResponderEliminarCuanta razón tienes!!
Un saludo***
DaliaNegra, agradezco tu comentario.
EliminarNo encuentro nada que justifique una producción pensada sólo para favorecer unos intereses económicos concentrados en unas pocas manos. No hay argumentación razonable que sostenga una producción indefinida de zapatos, de autopistas, de automóviles... Creo que la producción debe adecuarse al crecimiento demográfico y dirigida a proporcionar el mayor confort posible para todos. Probablemente las leyes de mercado aplicadas de una manera consciente podrían regular la producción y las necesidades, sí, pero me pregunto quién es el guapo o guapa capaz de concretar cuales son las necesidades reales y quién es el otro guapo o guapa capaz de establecer el equilibrio. Sabiendo cómo es ser humano, sabiendo que el hombre es un lobo para el hombre y viendo el mal negocio de la historia, me temo que no encontraremos a estos guapos del equilibrio.
Saludos