jueves, 29 de marzo de 2018

Piero Portaluppi


Piero Portaluppi (1888-1967), fue un gran arquitecto italiano, su creatividad era desbordante.

Fiel representante de la arquitectura fascista, sus planos, sus diseños, su decoración, incluso su vida cotidiana debía constituir, a su criterio, un espectáculo.


 
Palazzo Ras. Via Torino (1935-1938)

Casa Radici di Stefano, Milan 1929-1931

 
 
Construyó mucho y proyectó mucho más. Trabajó principalmente en Milán.

Fue autor del Pabellón de Italia para la Exposición Internacional de Barcelona (1929).

La arquitectura de Portaluppi es desproporcionada, rechazó el historicismo situándose en una posición que iba más allá de las propuestas futuristas. Apostó por un racionalismo exagerado, una exaltación formal que recurre al monumentalismo racionalista y que resultaba muy del agrado de fascio. 
Ciudad del Infierno. Hellytown. 1923

 
Allabanuel. 1920



   
Casa STTS
 
Rascacielos Nueva York

Al final, probablemente gracias a sus colaboraciones con Gio Ponti, Portaluppi recondujo su lenguaje arquitectónico hacia una posición más equilibrada.
                                 
Creo que fue filmando su vida como si fuera un diario en imágenes, más o menos, secretas.

lunes, 26 de marzo de 2018

El animal

Materia. Francesc Cornadó
 
 
Ma l'animale che mi porto dentro
non mi fa vivere felice mai
si prende tutto anche il Caffè
mi rende schiavo delle mie passioni... 

El cantante siciliano nos dice que el animal que lleva dentro, le roba todo, hasta el café. Franco Battiato está convencido de que la bestia interna le hace esclavo de sus pasiones.

Sí, en efecto, hay demonios internos que nos esclavizan, pero cuidado, no dejemos que estos seres malignos que viven en nuestra mente nos confundan la visión y no nos dejen ver el otro animal, el externo, el que acecha constantemente y nos anula la razón y nos hace prisioneros de hecho y de derecho.

El animal externo también nos lo roba todo, hasta el café y pretende hacernos esclavos de la locura de unos gobernantes que no atienden a la razón ni a la ley.

viernes, 23 de marzo de 2018

Fèlicien Rops

“Le bibliothécaire”, 1881 – Félicien Rops

Félicien Rops (1833-1898) quiso emular a los artistas franceses románticos que consideraban la península ibérica como un territorio exótico. Viajó a España en 1880 y quedó fascinado por la tosca bestialidad de un país miserable donde los pobres comían mendrugos mohosos, las mozas eran violadas por los nobles, los monjes rezaban y rezaban y los curas gritaban desde el púlpito. 

Al regresar a París, Félicien Rops comenzó a frecuentar a prostitutas y a los círculos simbolistas, donde los artistas consumían opio. Él, preocupado por la técnica del grabado, se obsesionó por las “máscaras siniestras” y los “placeres brutales” y se dejó llevar por el “instinto de perversidad”.

Fue un grabador maldito, amigo de Baudelaire, que acabó sus días cultivando un jardín de rosas.

domingo, 18 de marzo de 2018

JARDÍ ARDENT


Muy pronto en las librerías

Ya he tenido en mis manos la prueba de imprenta

JARDÍ ARDENT     
publicado por SD Edicions
Prólogo de Pura Salceda
Portada e ilustraciones de Francesc Cornadó

Me ha costado mucho decidirme a publicar estas reflexiones de un caminante que pasea por un jardín imaginado mientras se cuestiona la capacidad de redención de la belleza.

Estuve a punto de romper el manuscrito, pensé que la belleza no redime nada y que el "huerto ameno" solo tiene sentido si produce los frutos sabrosos que alimentan un cuerpo enamorado. Finalmente, animado por algunos amigos que me quieren mucho y por la buena voluntad de la editora, este libro ya es un objeto físico.

jueves, 15 de marzo de 2018

Blade Runner es del pasado



Yo he visto cosas que no creeríais…
naves de combate en llamas más allá de Orión…
he visto rayos C brillar en la oscuridad
cerca de la puerta de Tanhausser…
todos estos momentos se perderán en el tiempo
como lágrimas en la lluvia… Es hora de morir.

Roy-Nexus 6 (Blade Runner)

Blade Runner pertenece al pasado, a una modernidad trasnochada o, como mucho, a una postmodernidad que ya es una ruina. 

Cayó la modernidad y la postmodernidad se hundió como las torres gemelas. Quiebra de los ismos del siglo XX y desolación post moderna convertida en escombros insolventes, este es el panorama del desastre que apenas fue intuido por el cyber-punk.

Blade Runner todavía se sustenta en las dicotomías de los tiempos modernos. Se expresa como una entidad superior certificando la discriminación entre el que sabe y el que no sabe, el que ha visto y el que ni siquiera ha imaginado. Presiente el ataque y la debacle de las lágrimas en la lluvia y depone la razón como el guerrero que deponía la espada y se disponía a morir.

lunes, 12 de marzo de 2018

En la estación del metro

Desde el extremo del andén observo el túnel, tiene un aire espeso.

Respiro el oxígeno comprimido por los trenes que pasan en una y otra dirección.

De tan lleno que iba, no he podido subir al metro que acababa de pasar,

La gente se va acumulando en el andén mientras los altavoces repiten: por su seguridad, esta estación dispone de cámaras de video-vigilancia.

Ahora siento un fuerte olor a metano. Sí, creo que es metano.

Me tranquiliza, sin embargo, saber que cada siete minutos los extractores de humos aseguran una renovación del aire de la estación.

sábado, 10 de marzo de 2018

Drama y comedia

Agustín Ibarrola. Cartón 9

Puedo gozar del aroma de las flores de este jardín o del silencio que se esconde entre sépalos y pétalos. Una belleza imaginada o un espejismo.

La belleza constituyó uno de los ideales de redención de las vilezas del hombre. Creyeron que con estos ideales nos libraríamos de las desgracias de la historia y el drama humano se convertiría en un paseo por el Paraíso.

Los males que sufrimos son drama y a la vez comedia y las desgracias son las de siempre y se regeneran con el paso del tiempo, mientras van creciendo los olmos y los ideales se desvanecen.

martes, 6 de marzo de 2018

La carbonera


Damián tiene una carbonera en las afueras del pueblo.

Cuando pasa por delante de casa nos saludamos y le pregunto: “¿Qué tal Damián?, ¿cómo va la carbonera?”

Y él me contesta: “muy bien, va quemando, va quemando”

En todas partes hay un enigma que persiste.