Lucio Muñoz. 1961
Una teoría de mecánica clásica sobre el
cuerpo humano
El
cuerpo de un individuo sedentario,
por muy
controladas que tenga
sus
emociones, puede soportar
una
carga de compresión,
aplicada
de arriba a abajo,
de unos
seiscientos cincuenta quilos.
Cuando
la prensa aumenta la carga,
el
cuerpo, por más enamorado que esté,
revienta
indefectiblemente.
La
fuerza de aplaste la soportan
la
osamenta, los músculos
y la
caja torácica que contiene
los
pulmones, el corazón y otras vísceras.
Ninguna
sustancia simbólica ayuda
a
soportar el peso que incide sobre el cuerpo.
Conviene
reforzar la carne y los huesos,
también
la vitalidad de la respiración,
para
evitar que todo se aplaste.
Un
cuerpo, con un número determinado
de
grados de libertad, ya esté en reposo
o en
movimiento, sufre el peso constante
de las
cosas de la vida y de la presión
atmosférica
y debe proteger su corporeidad
si no
quiere perecer por aplastamiento.
Las
fuerzas de compresión interesan
la
materia. El espíritu y los sentimientos
sin
átomos no toleran el lastre.
La trascendencia
y la melancolía,
desde
el punto de vista mecánico,
no
tienen la resistencia del esqueleto.
El
miedo y la tristeza, estáticamente hablando,
no
tienen la capacidad de carga de los músculos
y la
ética no tiene el aguante neumático de los pulmones.
Nunca
el alma contribuye a soportar el peso.
Ni el
amor ni el odio son un zuncho resistente
que
refuerce la capacidad mecánica de un cuerpo enamorado.
Del
total de la carga, el esqueleto
solo
soporta una cuarta parte.
Los
otros quinientos quilos los deberemos
aguantar
con la musculatura, los discos
cartilaginosos
que hacen de cojín de las vértebras
y el
neumático bien inflado de los pulmones.
Con
ejercicios gimnásticos adecuados
conseguiremos
aumentar el volumen torácico
y
reforzar huesos, músculos y cartílagos.
Mientras
el amor nos acompaña, conviene reforzar
los
tejidos corporales, ya que tarde o temprano,
el
empuje llega; alguien nos empuja con arresto
y más
de un vecino lo hace con la secreta intención
de reventarnos.
Francesc Cornadó, de "El llibre de les teories" -traducción-
Anatomía y fisiología es asunto de materia orgánica, perecedera y fungible, no hay discusión sobre esta incontestable evidencia.
ResponderEliminarY con tu poema, bien labrado y medido, desaparece la esperanza de que el amor, por más intenso y pasional que sea, pueda reforzar ni el más pequeño músculo de los cuerpos amantes.
Esperemos no coincidir en la escalera con el vecino, y si eso pasa, habrá que pegarse a la pared y cederle el paso, por si las moscas.
Abrazo
Querida Amaltea, tenemos que ser precavidos, huir de los empujes y procurar que no nos alcancen las fuerzas de aplastamiento.
EliminarAbrazos
Tengo muchos números para acabar apisonado.
ResponderEliminarEspeculativamente simbólico y nada dado a las vorágines gimnásticas, me considero sedentario, y lo ejerzo con total impunidad.
Mi esqueleto ya está deformado por los años, y mís pulmones fueron menguados por el sabor del Amsterdamer, un tabaco con aroma a chocolate que sólo lo aprecian los fumadores de pipa.
Habremos de vigilar al audaz vecino.
Salut
Amic Miquel, ten cuidado, las fuerzas de compresión están al acecho.
EliminarSalud
¡Sí señor!, qué maravilloso poema, con ese toque de humor tan especial, me ha encantado.
ResponderEliminarFrancesc, gracias por enseñarlo en tu blog.
Un saludo
Querida, ¡cuánta ilusión verte otra vez por aquí!
EliminarCelebro que te haya gustado. Humor y poesía protegen de los aplastamientos.
Un abrazo
Como diría mi amigo Arquímedes: todo cuerpo sometido a determinada presión -física- experimenta un "despachurramiento" vertical y hacia abajo directamente proporcional a la materia vital que desaloja.
ResponderEliminarPorque la otra presión, la psicológica, a ver quién es el guapo que mide sus efectos.
Saludos, Francesc.
Amigo Cayetano, aun no se han diseñado los instrumentos para medir la presión psicológica ni se ha definido la unidad de medida. Supongo deberemos descartar la prensa hidráulica y los bares, ni siquiera los kilopondios nos sirven.
EliminarSalud
Al igual que a LNJ, me parece un maravilloso poema. Gracias.
ResponderEliminarAbrazo fuerte en este hermoso domingo, querido Francesc.
Muchas gracias querida Andri, celebro que te guste. Se trata de un poema algo jocoso.
EliminarAbrazos