domingo, 31 de mayo de 2015

Un erial donde plantar un jardín



 
Trazaron caminos y parterres sobre planos, el orden y la medida se impuso a los zarzales y cambronales desdibujados que recortaban el azul del cielo.

Los más escépticos contemplaron los jardines de la historia y se resignaron ante la grave enfermedad del tiempo.

La perfección del acanto se petrificó en los capiteles y el conocimiento fue un campo de salvación.

¿Fue la belleza un campo de salvación?

jueves, 28 de mayo de 2015

Los cuartetos Razunovsky de Beethoven



Jakub Nepras (República Checa), Spirit of the place, 2010, video escultura.

Lo que más se parece a un buen diálogo es la interpretación de una pieza de música de cámara.

El diálogo se produce cuando se armonizan las ideas y la melodía del pensamiento va fluyendo.

En los cuartetos de cuerda, op. 59, “Razunovsky” de Beethoven encontramos unos cambios constantes de atmósfera sonora que discurren como si se tratara de un diálogo, se mezcla lo frenético con lo pausado, fluyendo todo con la tensión precisa para el entendimiento entre las partes.

Beethoven utiliza una economía de medios que roza con el minimalismo más conceptual. El tercer cuarteto comienza con el desarrollo de un tiempo lento, éste puede llegar a exasperar al oyente pero finalmente, si atiende a la precisión del diálogo que establecen los instrumentos, acaba fascinado por la belleza.

El primer cuarteto presenta en su primer movimiento una complejidad que luego, en el scherzo que le sigue adquiere un vertiginoso dramatismo, también esto fluye como un diálogo: reflexión y expresión.

Ciertamente el diálogo se produce.

martes, 26 de mayo de 2015

Logotipos y literatura



Tengo poca esperanza en que se recupere el placer por la lectura. 

Los editores y libreros se lamentan de la pérdida de ventas y ésta no lo atribuyen a la crisis, ni siquiera al precio del libro o al elevado gravamen del IVA cultural. Están convencidos de que la pérdida de ventas es consecuencia directa de la pérdida de lectores. Cada día se lee menos. De esta circunstancia no hago un juicio de valor, sólo me limito a constatar.

Estoy convencido de que poco a poco nos tendremos que ir instalando en el erial de incultura lectora.
Ante este panorama no sería extraño que alguien propusiera la sustitución del mensaje textual por el logotipo, por el slogan, por el anagrama, por la imagen más o menos simplona e inmediata o por otros inventillos apresurados. Algo que no requiera el esfuerzo ni la concentración del receptor, algo fácil, muy fácil de captar.

De hecho, la utilización de logotipos no es cosa nueva, es habitual en la publicidad, en las instituciones, en los partidos políticos y en las competiciones deportivas, pero ahora quizás necesitemos darle un impulso definitivo. Se podrían crear logotipos para expresar “prima de riesgo”  o  “derecho a decidir”, diseñar muñecos o anagramas de colores para decir “límite de deuda” o “encausado por corrupción”.

Con la creación de logos se iría dando trabajo al diseñador gráfico que iría suplantando al escritor.

A pesar de todo, tampoco creo que con el cambio se pierda demasiado, pues, a la vista de la calidad literaria de lo que se publica, el salto al slogan o al logotipo no supone un tránsito muy brusco.  

viernes, 22 de mayo de 2015

El tamaño de la virtud y el pecado.



Hércules en la encrucijada, llamado también Hércules entre la Virtud y el Vicio (1596)
 Annibale Carracci


El infortunio, que es el mejor maestro de todos, nos enseñó que hay virtudes contrarias al hombre. Grandes virtudes. Virtudes capitales e incluso virtudes contra natura.

Las grandes virtudes, como los grandes pecados sólo son tolerables en soledad, jamás en sociedad.

Parece ser que en la dimensión del vicio y de la estrenuidad determinan la inspiración artística.

Los Carracci, los Incamminati y en general los artistas de la escuela de Bolonia se empeñaron en expresar las dimensiones del vicio y de la virtud. Naturalmente medían la moralidad con el metro de su pincel.

lunes, 18 de mayo de 2015

El camino es largo y escarpado


Arte rupestre de la Cueva de Altamira, Santillana del Mar, Cantabria. Imagen del Banco de imágenes y sonidos del INTEF. 


El camino es largo y escarpado,
unas amapolas efímeras
tiñen de rojo las escarpas.

Al comienzo de la senda
Cronos juega con el hijo de Caos
y Eros se escabulle entre las pitas.

En el fondo del valle insondable
se encuentra el desengaño del pan
y un obstinado anhelo de luz.

Quizás al amanecer un viento del norte
nos traerá perfumes de lavanda
y en el ocaso las lágrimas sólo serán
un deseo de belleza.

F.C.


sábado, 16 de mayo de 2015

Realismos

 
Entre el realismo hierático y el realismo ideal se sitúa la única patria que he comprendido.

martes, 12 de mayo de 2015

La arquitectura francesa siempre ha sido un griterío





Un profesor de proyectos arquitectónicos que tuve, prestigioso arquitecto reconocido mundialmente, en una de sus clases nos dijo que los arquitectos franceses son aparejadores aficionados a la ciencia ficción.

¿Una boutade o una provocación lanzada sobre nuestros corazones jóvenes? No lo sé, el caso es que algunos de nosotros sentíamos una gran admiración por Rafael Moneo. Con un poco de incredulidad me sonreí entonces y ahora al recordarlo pienso que algo hay de ciencia ficción en la arquitectura francesa, pero sobre todo lo que hay es un grito constante. Hoy yo diría que los arquitectos franceses son unos gritones.

 
Cenotafio de Newton. Étienne-Louis Boullée

Gritaron los arquitectos del iluminismo. La arquitectura de la ilustración fue un griterío. Jean Nicolas Durand (1760-1834) vociferaba con su orden encuadrado y sus modelos de yuxtaposición, Étienne-Louis Boullée (1728-1769) y Claude Nicolas Ledoux (1736-1806), exageradamente neoclásicos los dos, gritaron con sus geometrías puras y salidas de escala. Aquellos ilustrados tenían unas ganas locas de mejorar el mundo a gritos. Las proclamas se confundían con el chirriar de la guillotina.
 
Projet Viollet-le-duc pour grande chapelle avec destruction des voûtes de la Grande Audience - Palais des Papes, Avignon, Vaucluse, France

Pasado el clamor de la Revolución, ya metidos en ensoñaciones románticas, los arquitectos franceses volvieron otra vez a la algazara. Eugène Violett-le-Duc (1814-1879) quiso construir catedrales góticas de hierro, levantó la voz con sus estructuras metálicas y su exclamación inundó toda Europa. El Art Nouveau fue sensible al ruido y el Modernisme catalán gritó por simpatía.
 
Le Modulor. Le Corbusier

¿Cómo iban a callar con las vanguardias del siglo XX? Los arquitectos del Movimiento Moderno también levantaron la voz. Con Le Corbusier (1887-1965) a la cabeza, arquitecto gritón por antonomasia, continuó la murga. Su Modulor no es más que un personaje que grita y sus escritos son textos en voz alta.

Puede comprenderse el grito del arquitecto, sobre todo cuando lleva la dirección de una obra, muchas veces nos toca decir: ¡mírese usted los planos, que para ser consultados se han dibujado!, pero no puede admitirse el grito cuando su voz sirve para imponer una idea determinada de arquitectura. Boullée, Violett y Le Corbusier querían imponer y para ello dictaban a gritos.
 
Torre Agbar. Plaça de les Glòries. Jean Nouvel

La última vez que he visto a un arquitecto francés gritando ha sido en Barcelona. Monsieur Jean Nouvel que es algo más viejo que yo, ha gritado en la plaza de Les Glòries con su pirulí de colores. Su grito, además de ser una expresión de engreimiento, me ha recordado la afirmación de Rafael Moneo. Ciertamente hay mucho aficionado a la ciencia ficción.
 

domingo, 10 de mayo de 2015

Cortes en la piel

Fantasma azul. 1951. Alfred Otto Wolfgang Schulze (Wols)


Te has tenido que tragar más de una palabra,
como te obligan a hacerlo a menudo,
es un aceite amargo o un membrillo verde de mala digestión
que deja señales evidentes en la lengua.

No has podido gritar ni escupir su hiel
y te has mordido el labio, gesticulando.
Los dientes son interjecciones que marcan los labios
que se resienten del mordisco y llegan a agrietarse.

Con la lengua señalada y con el labio cortado
se te altera el libre flujo de las palabras
y tienes que tragar más y más palabras, hasta callar.

Llegará el día en que para protestar levantarás océanos
                                                                     [de silencio
y para evitar las grietas sangrantes en las axilas
será necesario que los levantes con un cuchillo en la mano.

F.C.

viernes, 8 de mayo de 2015

Miquel de Palol guanya els Jocs Florals de Barcelona 2015

Miquel de Palol. Foto Robert Ramos

Enguany el jurat que decideix el guanyador dels Jocs Florals de Barcelona ho ha tingut difícil. Es presentaven al premi més de vuitanta poemaris i finalment, després d’una selecció de deu finalistes, han atorgat el premi a
Miquel de Palol per el seu poemari Dos cors per una bèstia.

Miquel de Palol és arquitecte i escriptor. Autor de més d’una vintena de llibres de poesia i una altra vintena de llibres de narrativa, també autor d’assaig. La seva obra ha estat traduïda al castellà, holandes, italià i alemany. És membre de L’Associació d’Escriptors en Llengua Catalana, del Pen Club i president de l’ACEC, Associació Col·legial d’Escriptors de Catalunya.

Admiro Miquel de Palol amb qui comparteixo, de bon grat, algunes preocupacions.

Una mostra de la seva poesia:


La casa ja és un arbre

A la casa del avis hi havia més recorreguts
dels estrictament necessaris.
Cada cambra tenia més d'una entrada,
i les que estaven de costat
comunicaven l'una amb l'altra.
Envans y panyis de paret eren illes
de perfil capritxós, i diverses les perspectives,
boscos i roques les lleixes i els mobles.
De pertot a pertot la casa era tota una,
sense cap cul-de-sac.

Després hi hem fet obres, i hem tancat portes.
La que anava de la cuina al quarto de la tia està tapada,
a la que unia l'alcova dels avis
amb la petita del costat hi ha un armari,
deu ser que ja no ens fa cap gràcia
que un pugui entrar per 'quí quan l'altre surt per 'llà,
ni trobem divertit buscar-se i no trabar-se,
les portes ja no són més per jugar.

Només hi hem deixat les que calen.
Cada cambra en té una, i així ja ens està bé.

lunes, 4 de mayo de 2015

El sentido del ridículo en la poesía

 
El poeta pone en verso su acción vital y su percepción sensible del mundo. Expresa su sentimiento mediante la palabra. Es una expresión directa que debe ofrecerse con precisión, utilizando el vocablo exacto, adjetivando con rigor y veracidad sin caer en lo sobrecargado o en lo superfluo.

La poesía es el arte de la palabra: la exposición estética de un contenido. Es expresión y belleza. Lo más alejado de esto es lo grotesco, la sensiblería y la expresión ridícula.

Cuando se pierde el sentido del ridículo y el poeta o el aprendiz de brujo nos dicen sin pudor cual es la dimensión de un sentimiento lacrimógeno, cuando esto ocurre, podemos afirmar que la poesía se convierte en algo anodino que solo sirve para satisfacer a un lector pazguato.

sábado, 2 de mayo de 2015

Agotamiento y reacción artística



En el curso de la historia del arte se alternan unos periodos de agotamiento formal y estilístico coincidentes, naturalmente, con el agotamiento del patrón filosófico que está en auge en aquel momento.

El arte siempre ha sido la expresión más fidedigna del sistema de pensamiento imperante, y si un paradigma social, económico o epistemológico muestra una debilidad, el arte lo expresa.

En estos periodos de cansancio, algunos artistas sacan fuerzas de flaqueza y afirman una reacción contra un presagio. Temen que un posible vendaval acabe barriendo todo el sistema formal que sustentó su arte. Un arte que ven cómo se agota.

La sensibilidad del artista siempre ha presentido cualquier brisa que soplara,  por más leve que ésta fuera.

Especialmente virulentas han sido las reacciones contra los periodos de racionalismo. Cuando la razón se acercaba, unos artistas se aferraban a la tradición, al pintoresquismo, al sentimentalismo o a una épica nacional inventada. Con estas adargas defensivas o con armas de ataque se oponían al arte racional.

 
 Goethe en la campiña romana, Johann Heinrich Tischbein, 1787

Sturm und Drang (tormenta e ímpetu) se opuso a la Ilustración que se avecinaba. En la segunda mitad del siglo XVIII, en Alemania, un grupo de artistas reaccionaron ante el racionalismo creando unas obras extraordinarias -sobre todo musicales- que se aferraban a la tradición contrapuntística y a un barroco por entonces trasnochado. Sus magníficas obras, fueron un lamento, fueron un grito desesperado contra la razón. 

Aquellos teóricos como Johann Georg Hamann y Johann Gottfried von Herder, aquellos músicos como Carl Philipp  Emanuel Bach y Joseph Haydn Joseph Hyden y aquellos poetas sabios como Friedrich Schiller, Johann Wolfgang von Goethe, fueron precursores del Romanticismo gritando contra todo lo que suponía Ilustración.

Sturm und Drang tuvo un recorrido más o menos paralelo al Neoclasicismo, pues partiendo de un barroco alicaído fue inyectando dosis de arrebato -de tormenta y de ímpetu- sobre el músculo del racionalismo de la segunda mitad del siglo XVIII.
 
Detalle del ticket de la exposición de la The Arts & Crafts Exhibition Society, diseñado por Walter Crane

Más tarde, cuando el Romanticismo se agotaba, un grupo de artistas anglosajones reaccionó airadamente contra todo lo que supusiera progreso racional. Un movimiento mesiánico, denominado Arts & Crafts, encabezado por el artesano y activista William Morris, gritó contra todo lo suponía adelanto técnico. Fue un grupo de diseñadores exaltados. Eran puritanos que se apoyaban en un romanticismo que ya se acababa. Bailaban al aire victoriano y tenían el dinero y la influencia global que les proporcionaba el imperio británico colonizador. Fue un arte tradicionalista y carca que llegó a exaltar los valores sociales y artísticos del sistema feudal, ¡hasta ahí podía llegar!

Las obras de arquitectos como Charles Rennie Mackintosh, pintores como Walter Crane diseñadores como Charles Robert Ashbee y Christopher Dresser, además de ser cuidadas y de gran calidad, fueron el grito de unos artistas conservadores.
 
Tragaluz, linterna del Palau de la Música Catalana. Lluís Domènech i Muntaner

Aquí también hemos tenido agotamientos y reacciones. En efecto, el Modernisme catalán supuso una reacción contra el racionalismo que se avecinaba. Los artistas del Modernisme cimentaron su estética en un pasado medieval y se empecinaron en buscar una épica nacional que diera sentido a su obra. Fue una pena que dieran la espalda al Mediterráneo y al mundo clásico de Grecia y Roma y miraran las brumas del norte. Su mirada fue reaccionaria.

El coup de fouet, el trencadís, el panteísmo gaudiniano, el Orfeó Català fueron la expresión de una burguesía acomodada que no conocía otra razón que no fuera la de sus fábricas y no quería oír hablar de una razón artística o social.