Emilio
Macro fue un poeta romano que escribió poemas sobre mordeduras de serpientes. Fue amigo de Ovidio y
probablemente también amigo de Virgilio.
A pesar
de que sus poemas son exclusivamente didascálicos, los versos de Macro no
persiguen el adoctrinamiento sino más bien proponer una serie instrucciones
prácticas sobre cuestiones materiales. Algo que recordaría Los trabajos y los días de Hesíodo y sobre todo Theriaca de
Nicandro de Colofón.
Fue una
pena que se perdieran los poemas de Emilio Macro, en ellos nos daba
instrucciones sobre los venenos y sus antídotos. Estoy convencido que aquellos
consejos nos vendrían muy bien en la actualidad.
Su
poesía didascálica no es dogmática, no infunde moralina alguna, se limita a
informar sobre las serpientes y da consejos sobre las diversas formas de
protegerse de sus mordeduras, algo que se echa a faltar en la poesía actual.
Con la de alimañas que hay hoy, vendrían muy bien sus consejos para protegerse de ponzoñas y mordeduras.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, necesitamos poetas que vayan al grano y no desgasten sus versos hablando de los surcos que las lágrimas dejan en su cutis.
EliminarNos convienen buenos antídotos.
Salud
Qué lástima que se haya perdido, seguro que alguna información de provecho sacaríamos hoy, como bien apuntas.
ResponderEliminarCualquier forma de versificación y ritmo favorece la memorización, por ejemplo es más fácil recordad: si te muerde la mamba verde come un limón verde. O algo parecido, mucho más memorable que recordar si son los ácidos o alcalinos los que combaten el veneno, que tampoco tengo idea. Quizás Emilio Macro fue mordido por una serpiente en su infancia y de ahí le vino la afición de instruir al personal para evitar males mayores. No es una causa despreciable de muerte, se calculan en 125.000 personas las que fallecen al año por culpa de las serpientes venenosas.
Un abrazo
Querida Amaltea, realmente es una pena que se hayan perdido sus poemas, queda algún verso disperso, tenemos información de Emilio Macro por otros autores. Seguro que sus consejos eran útiles, probablemente más útiles que muchas de las recomendaciones que nos imponen los que mandan.
EliminarDespués de escribir este "post" y pensándolo bien, me he dado cuenta que muchos poetas han continuado hablando de venenos y peligros, por ejemplo del amor y la patria.
Un abrazo
Ahora hay algunos que con tal de ser subvencionados se arrastran como tal, y ante tales casos las abluciones y contravenenos no harán efecto alguno.
ResponderEliminarAmic Miquel, hay muchos subvencionados, incluso algún fabricante de venenos.
EliminarSalud
Hay un libro muy curioso publicado en 1762 "Flora española o historia de las plantas que se crían en España" de un tal doctor Josefh Quer, en el que precisamente hace alusión a los "versos elegantes y dignos de la memoria de Ovidio" que utilizaba el poeta Emilio Macro para hablar de la materia herbácea. Bonita forma de aprender :)
ResponderEliminarSaludos
Amigo eRRe, celebro que hayas citado a Josep Quer, uno de estos sabios del neoclasicismo español, este periodo de la historia tan maltratado por las instituciones de la enseñanza. Sabios como Quer que buscaban el conocimiento empírico y reacional fueron denostados, considerados afrancesados y librepensadores que, según las órdenes religiosas que se ocupaban de la educación de los jóvenes, sólo buscaban echar a perder las almas de los niños y niñas.
EliminarAquellos sabios racionalistas de la pobre ilustración española, crearon jardines botánicos, sociedades de historia natural, la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Lengua, etc. y dieron un impulso a la ciencia incipiente de la edad moderna.
Salud
ah, la poesía llegó a nosotros como un soplo de lucidez a nuestro intelecto, luego la vimos florecer con sensibles metáforas y caer en la decadencia actual en la que se repudia la rima y se ensalza una especie de dadaísmo ingrato y vácuo, huero en sus entrañas...
ResponderEliminaresa es mi opinión, aunque no logre ni siquiera "copiar" a los clásicos
fuerte abrazo
Estos son los autores que deberían estar en la palestra, los que enseñan a pensar con sentido crítico, olvidándose por completo de su beneficio personal: socráticos en suma, servidores de la verdad y del hombre.
ResponderEliminarSalud
Manolo