Cada uno
de estos rostros fue considerado bello en su día, las modas pasan y los gustos
cambian.
La moda
es el motor eficaz para un rápido recambio de los productos de consumo. Es un
agente catalizador que se autofagocita. La moda se consume a sí misma de forma
inapelable, condenando al ridículo el lenguaje formal que le antecede, para
dejar paso a otra moda y todo esto lo hace sin crítica previa.
Después
de zamparse las formas anteriores, la moda excreta, un producto maloliente
llamado “lo kitsch”. La fealdad es cíclica. La moda arrincona las formas
inmediatamente anteriores y deja tranquilas aquellas otras que son más lejanas
en el tiempo. En esta selección de periodos, la moda pasa a cualificar unas cosas
de viejas y otras de antiguas, detesta las primeras y llega a admirar las
segundas.
A pesar
de su fealdad, no podemos negar que “lo kitsch” carezca de intencionalidad
artística. Se trata de un discurso formal antiestético que sacrifica el factor
cualitativo en beneficio del cuantitativo. Con esta subversión de los valores
artísticos se pone de manifiesto que no siempre el artista ha perseguido la
belleza. Ésta ha dejado de ser el eje vertebrador de la obra de arte y el
creador artístico se ha interesado más por una expresión, más o menos estética.
Puedo
admitir formas artísticas que no persigan la belleza como único fin, como
ocurrió en el Renacimiento. Puedo admitir que la expresión formal sea el
objetivo del artista, como ocurrió en el Expresionismo alemán, pero me costará
admitir el carácter de una expresión artística vinculada a la producción
industrial, un arte tecnológico-productivo como el kitsch, destinado a un
consumo inmediato, de usar y tirar a un vertedero autorizado.
Puedo
admitir las boquitas pequeñas paleocristianas, puedo admitir las boquitas de
piñón románticas, puedo admitir las bocas grandes con los labios perfilados de
las actrices de Hollywood, pero me costará admitir los labios de mortadela que
los cirujanos estéticos producen de forma industrial.
Y donde el botox es el valor añadido, por cierto
ResponderEliminarsalut ¡
Ah Miquel, si es valor añadido habrá que cargarle el IVA
EliminarSalud
El tiempo ese maravilloso escultor como decía M. Yourcenar se encarga de poner cada moda en el lugar que le corresponde.
ResponderEliminarVoy a ver esos lindos tomates que estoy intrigada.
SALUD Y ABRAZOS.
Querida Isabel, el tiempo deja una pátina sobre las obras bellas y sobre las malas extiende una capa de oxido
EliminarSalud
Francesc, en esto he pensado más de una vez, igual que las modas de los vestidos. Por supuesto tu sabes llegar al fondo con más inteligencia que yo. En este caso pienso que no pasa nada porque siendo una moda industrial, y de temporada, no le damos importancia. Solo dura cuatro dias.
ResponderEliminarUn post muy bueno.
Una abraçada.
Sí Josep, podemos entretenernos con la moda, igual que con el billar o con los trabajos manuales. Una moda pasa y llega otra "e la nave va" pero en este trasiego de formas van quedando unos residuos cochambrosos que nos pueden hacer perder el verdadero sentido del arte.
EliminarSalud
¡Por Dios, no diga usted que la belleza de Rita Hayworth está pasada de moda! ¡Sigue siendo un bellezón!
ResponderEliminarEs cierto que todas las actrices actuales parecen sacadas de serie. ¡Que se lo digan a Meg Ryan! Con la carita tan bonita que tenía y la han dejado como el Jocker de Batman...
Sr. Anónimo, ¿He dicho yo que Rita Hayworth está pasada de moda?
EliminarTienes mucha razón mi buen amigo. Lo "bello" es un algo indefinido y subjetivo que se puede manipular y cambiar según tendencias y mucho más en una sociedad mercantilista, pero creo que el clasicismo, lo auténtico, nunca pasa de moda. Siempre se termina por volver a él, incluso como fuente de inspiración.
ResponderEliminarSalud.
Amigo Carlos. Coincido contigo en la relatividad de "lo bello" pero cada vez menos, me voy esforzando en saparar el grano de la paja y me quedo con lo clásico en el sentido más estricto de la palabra.
EliminarSalud
Existe una belleza que remonta cualquier obstáculo y moda efímera. Es la belleza que conmueve a personas de diferentes contextos culturales.
ResponderEliminarUna luna menguante, o creciente, en un cielo claro, con el lucero del alba de compañía, emociona tanto a un Inuit como a una funcionaria de correos. Y luego está la belleza manufacturada, y en tal caso, solo resiste aquella que trasciende de su época y lleva consigo un mensaje estético y ético que se proyecta en el tiempo futuro.
Abrazo
Sí, claro que sí, querida Amaltea, esa belleza -natural o manufacturada- es la materia del arte, no tiene nada que ver con las modas, es atemporal y no se desgasta.
EliminarSalud
Como ha dicho usted a pie de foto: "Cada uno de estos rostros fue considerado bello en su día, las modas pasan y los gustos cambian,",he creído que las metía usted a todas en el mismo saco...
ResponderEliminarDisculpe usted el malentendido.
Y...hablando de labios de mortadella la que me acaba de impactar es, Donatella Versace una experta en moda que mueve un imperio( para muestra un botón) que luzca el careto que lleva pues no me daría ninguna fe .La moda no deja de ser un movimiento cultural y como todo; un día se queda obsoleta y después se vuelve a reciclar con sus pequeñas imnovaciones.Un negocio que mueve mucho dinero para unos pocos y somete a muchas personas a vivir sin sosiego y esclaviza a otras(mano de obra barata).
ResponderEliminarPero someterse a estos cambios de persona y personalidad a fuerza de rellenos...a lo que llega el ser humano por ser perfecto(...) en su vanidad : es una forma de trastorno que nos puede hacer mucho daño si no se sabe parar a tiempo.
Un abrazo.
.
Querida Bertha, la silicona no tiene sentimientos y los cirujanos plásticos deben tener unos sentimiento muy concretos.
EliminarSalud
Las modas afortunadamente son efímeras pero por ejemplo, un corte de pelo a lo garçon antes estaba muy mal visto en una mujer, igual pasaba en las connotaciones del vestuario, digamos que la expresión se mantenía encorsetada dentro de unas parámetros morales motivados por unos dogmas religiosos y sociales que limitaban la creatividad del modisto o del peluquero...los abanicos eran el contrapunto de una conversación encorsetada, ahora el corsé es la industria y los hilos que lo aprietan ya no son de raso son de oro líquido, las máquinas no duermen y las modas no descansan...pero con esto hay un cúmulo de expresiones que son lanzadas al vacío, y resulta que son comerciales que venden, y si venden es porque conocen nuestros gustos, necesidades, frustraciones o miedos... muchos identificamos nuestro estilo como clásico pero hay modas que perduran, que proliferan, que no son tan efímeras y que los jóvenes en busca de identidad prueban con la misma rapidez que las desaprueban con la nueva producción, en otra escala, hay un temor a envejecer brutal porque como dices una cosa es ser antiguo y la otra es ser viejo...y ves estas mujeres liberadas de todo entrar a la consulta de un "profesional de la medicina" y al salir piden hora para financiarse un tratamiento estético una remodelación surconasogeniana aderezada con medio kilo de mortadela que tu marido mirará con empacho,...para contentarlo más todavía porque estamos en la era de la felicidad decides subir la fuerza de la gravedad pectoral, colocarte unas extensiones en el pelo y unas uñas y pestañas postizas y no saltarte los cincuenta abdominales ni el complemento vitamínico ni el antioxidante....mientras tanto la psicología va en auge, otros se sumergen en los móviles y una tarde sin querer pillas al jefe una tarde chateando con una mujer anónima, de rostro inconcreto y sin labios imprecisos, él ni sabe ni quiere saberlo prefiere imaginar... los laboratorios médicos no paran de producir somníferos los tatuajes son borrables, el amor de madre es borrable...pero hoy todavía muchas mujeres no pueden olvidar la próxima moda desde que Demie More rejuveneció veinte años al lado de un chico veinte años más joven que ella...y esto va en auge, ya está traspasando el océano...los cirujanos han encargado a Eliseu un archivador emocional de lo más Kistch....shhhh :D
ResponderEliminarQuerida Gemma, me estás hablando de moda y coincido contigo en que ésta es un catalizador del consumo y esto produce sus réditos. Añado que es un entretenimiento para los que la pueden seguir y para los que la contemplan en las revistas especializadas.
EliminarLa cuestión está en saber si el trasiego comercial de formas y el recambio constante que la industria va fabricando producen alguna forma que tenga un valor artístico imperecedero, esto que podríamos llamar clásico en el sentido más restrictivo de la palabra. O será solamente un producto kitsch
Salud