Es un tópico y es también un juego
esotérico. Al acabar el año, cuando suenan las doce campanadas, tenemos la
costumbre de formular algún deseo con la esperanza de que se cumpla, y
al empezar un nuevo año, nos planteamos buenos propósitos y mentalmente hacemos un
repaso de nuestras aspiraciones.
Por un momento, en nuestro pensamiento, se
enciende la lucecita de la voluntad. Sí, todo esto es muy humano y, aunque nos situemos en los límites entre la
razón y el misterio, podríamos decir que es higiénico.
Saludable o higiénico, tampoco está de
más dar un repaso a las dudas que
nos embargan, a sabiendas que muchas de ellas quedarán sin resolver, pero
nuestro afán por solucionarlas puede ser un acicate para la acción, ya
sea personal o colectiva. La duda es la madre de la invención, decía Galileo
Galilei.
Dudas personales, dudas científicas,
dudas sociales, dudas políticas, dudas técnicas, dudas existenciales. Un mar de
dudas.
Ahí van algunas para el 2017:
En lo personal
¿Qué es
mejor, cumplir con el deber o buscar el placer?
¿Cómo debemos
vivir?
¿Qué sentido
tiene expresar una emoción privada?
¿Debo
conceder más crédito a la ética que a la estética?
En lo colectivo
¿Cuáles son
los límites de la tolerancia y de la expresión?
¿Qué valor
político tiene el porvenir de una ilusión?
¿Sabemos,
racionalmente, cuál es la mejor forma de gobierno?
¿Es correcto
pensar que la opinión de la mayoría es la mejor?
Científicas
¿Existe la
materia oscura, y de existir de qué está compuesta?
¿Cuáles son
las bases biológicas de la conciencia?
¿Cuánto puede
extenderse la expectativa de vida?
¿Estamos
solos en el Universo?
¿Podremos
seguir evadiendo las catástrofes si adoptamos nuevos patrones de consumo y
desarrollo?
¿Cuál es la
explicación biológica del llanto?
¿Por qué se
expande el universo?
Dudamos y continuamos preguntando. Hay
muchas más preguntas, unas jocosas y otras trascendentes, seguro que cada uno
de vosotros añadiría un buen número de ellas a la lista. Cómo es lógico, terminada
la lista, dudaría de todo lo que dice en ella. No hay nada más higiénico.
La
duda es la escuela de la verdad (Francis Bacon)
Mientras
tanto, os deseo que el 2017 sea mucho mejor de lo que podáis imaginar.