jueves, 28 de abril de 2011
Entre fronteras
Desde este límite al otro se extiende un territorio más o menos vasto. Crecen en él abedules o encinas, pero a su sombra, una inquina que nos es familiar produce los mismos errores, de generación en generación, y las mismas bestialidades de siempre.
- Chac, chac, chac, chac, chac.
- No te esfuerces, urraca querida. Nada se aprende de la historia, ésta es, no en vano, una mala pasada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Quizá tenga más razones la urraca para parlotear su graznido que el caminante para hablar sus palabras. Pero las urracas carecen de Historia, ¿o no?
ResponderEliminarUn abrazo.
la història no és més que una reiterada iteració d'errors (sempre els mateixos), reiteració ad infinitum.
ResponderEliminarSí, Javier, las urracas y otros pajarracos carecen de historia, el hombre la tiene y, a la vista de lo que ha habido, ahí está el mal, una sucesión de barbaridades.
ResponderEliminarSalud
Amic Puigcarbó, reiterant i sempre ensopegant en la mateixa pedra y mentrestant anant perfeccionant la barbàrie.
ResponderEliminarSalut
la historia es una mala pasada. me quedo con eso. lo has clavado hondo, en la tierra.
ResponderEliminarfelicitaciones.
saludos.
Sí, Kynikos, una mala pasada constante y que continua.
ResponderEliminarSalud