domingo, 28 de febrero de 2016

La creación poética del caos




El último día de febrero, el día 29, en una mesa redonda y caótica se presentará la influencia del caos en la poesía.

Hablaremos sobre la obra de aquellos autores que asumiendo lo indeterminado, lo azaroso, lo aleatorio y la incertidumbre, intentan trazar una línea entre dos puntos del caos.

Intervendrán

Francesc Cornadó que nos introducirá en el caos

Jaime D. Parra que nos sumergirá en la fragmentación

Raúl Herrero que nos hablará de la confusión

Sílvia Rins discurrirá sobre la convulsión

José Florencio Martínez que nos hablará del transcurso



La sesión tendrá lugar el próximo 29 de febrero a las 19 horas, en el Aula de Escritores de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña, en el Ateneu Barcelonés, calle Canuda 6 planta 5 (Barcelona)

Se pueden ver unas fotos y leer la reseña de la sesión en la web de la ACEC
http://www.acec-web.org/spa/oo.asp?ORIGEN=SPA&art=1768 


miércoles, 24 de febrero de 2016

El nacionalismo musical. Un cóctel



Pintura polaca de 1892 exaltando la defensa de la bandera durante la histórica batalla de Chocim. Juliusz Kossak

El nacionalismo musical es una de las manifestaciones tardías del romanticismo. Reconocemos la música nacionalista por el uso de melodías y armonías procedentes de la música folclórica.

Amalgamando materiales populares, los compositores parecen querer recuperar unos orígenes más o menos heroicos de un pueblo que casi nunca es heroico.

El patriotismo y la tradición se unen formando un cierto pintoresquismo que muchas veces deriva en unas partituras simplonas donde predominan las escalas de tonos enteros.

Utilizan el folclore como un fundamento conceptual sobre el que construyen un entramado musical a veces exaltado y a veces doliente.

En la obra de muchos compositores de los llamados nacionalistas encontramos unas connotaciones políticas e ideológicas que resultan cargantes o cuando menos molestas, irritantes, chinchorreras, inoportunas, pesadas, insoportables, fastidiosas o enojosas.

En las partituras de la música nacionalistas hallamos un amasijo formado por sentimientos patrióticos y propuestas estéticas. En ellas el frangollo del folclore
se confunde con la armonía canónica.

Sin que sus partituras se vieran afectadas por sentimientos patrióticos, parte de la obra de algunos grandes compositores románticos de la talla de Chopin o de Tchaikovsky puede calificarse como música nacionalista, estos músicos no cayeron en la red pegajosa de la exaltación chovinista. Quizás por esta razón, sus obras alcanzan la categoría de excepcionalidad. En estos casos va para ellos mi admiración.

Y vaya también mi admiración por las obras de Bèdrich Smétana, Antonín Dvořák, Isaac Albéniz, Enric Granados e incluso Jean Sibelius, que muchas veces es demasiado programático.

Son admirables también otros compositores como el checo Leoš Janáček (1854-1928) que abusó de las escalas pentatónicas o el húngaro Béla Bartók (1881-1945) que arrancando del folclorismo más exacerbado alcanzó unas cotas de abstracción musical notables.

Pero, aparte de los compositores citados hay otros que según mi opinión y gusto personal, -repito, siempre según mi opinión estrictamente personal-  los considero maluchos. En sus partituras encuentro un batiburrillo nacionalista exagerado y una ensalada de ritmos populares se embarulla con las armonías canónicas, este cóctel compositivo de armonía e ideología lo encuentro en la obra de los siguientes músicos:

Los rusos Mili Balákirev (1837-1910) y Rimsky-Korsakof (1844-1908).
El polaco Stanisław Moniuszko (1819-1872)
Los británcos Joseph Parry (1841-1903), Charles Villiers Stanford (1852-1924) y Alexander Mackenzie (1847-1935)
El español Joaquín Turina (1882-1949)
Los estadounidenses Arthur Farwell (1872-1952) y Charles Cadman (1881-1946)
Los mejicanos José Pablo Moncayo (1912-1958), Manuel M.Ponce (1882-1948) y Carlos Chávez (1899-1978)
Y el chileno Pedro Humberto Allende Sarón (1885-1959) 

domingo, 21 de febrero de 2016

Barcarola, revista de creación literaria, número doble 83/84



En el último número doble -83/84- correspondiente al mes diciembre de 2015 la revista BARCAROLA se publican mis textos:


Tubérculos -prosa poética-

El bolso de Gina -microrelato-

El librero solícito -microrelato- 


El dossier está dedicado a la II parte del Quijote y al escritor Roberto Bolaño.

En este número de 350 páginas también colaboran Clara Janés, Fernando Arrabal, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas, Juan Carlos Mestre, Virgilio Liante, José Florencio Martínez, Dionisia García, Luis Mateo Díez, Mauricio Wiesenthal y Andrés Trapiello  entre otros.

Se puede encontrar más información en el siguiente enlace
http://barcaroladigital.com/numero-doble-de-la-revista-barcarola-8384/

 

Los textos se puede encontrar en los siguientes enlaces:


Tubérculos

http://francesccornado.blogspot.com.es/2010/06/tuberculos.html


El bolso de Gina

http://francesccornado.blogspot.com.es/2011/09/el-bolso-de-gina.html 


El librero solícito

http://francesccornado.blogspot.com.es/2010/11/el-librero-solicito.html  

sábado, 20 de febrero de 2016

Las sombras y las horas

Clepsidra. Escultura de basalto. Época tolemaica, Tolomeo el Filadelfo (285-246 a.J.C.)

Todo aquello que verás estando en la cueva, serán sólo unas sombras. Te encontrarás encadenado con los grilletes que lastimaran tus tobillos y verás cómo pasan unas sombras. Será un movimiento constante.

Clepsidra eterna.

Las sombras suaves de los árboles y las flores con sus aromas serán las imágenes de algo real que se mueve en un espacio sin huellas.

No pisarás la realidad, sólo oirás el chirriar del eje de la noria, mientras las sombras te mostrarán el camino incierto de la belleza.

Frondi tenere, e belle del mio platano amato.

Las Horas te observarán mientras mueven la rueda del tiempo.

-¿Qué ganarás desconfiando?
¡Cómo pasa el tiempo!, parece que fue ayer y tú sigues con los grilletes.
Seguirás contemplando el paso de las sombras mientras envejeces
.

-Maldito seas, tú y maldita la historia que seguirás escribiendo.
No te tapes los oídos, aquí no hay palabras locas. En esta cueva todo es verdad
.

Nota: tengo una vecina poeta, reconocida y extraordinaria poeta, que quiere matar a Platón.

martes, 16 de febrero de 2016

La escultura románica


El arte románico no tiene voluntad estética, sólo se interesa por la salvación del alma, no le importa lo humano, ni la naturaleza, ni la realidad de la materia.

El arte románico y en especial la escultura es ajeno a la constitución humana. A pesar de su dureza levita sobre los problemas del hombre, no le interesa su dolor ni el drama del vivir. La única vida que le importa es la que desconoce, la que supone que existe en el más allá.

Las esculturas románicas son hieráticas, son la expresión de un cansancio sordo, o mejor dicho, de una fatiga producida por la inacción vital. Es aquel desfallecimiento persistente que entumece los miembros como en una duermevela, cuando la mente vaga  por los desiertos del sueño cuando aún no hay sueño.

El escultor románico (artesano del formón y del cincel) trabaja el madero o la piedra mientras un “daimon” le sujeta las manos, es el infortunio, el miedo al fuego eterno. La inacción y el miedo producen una escultura átona y extremadamente dura.

Cuando las manos están sometidas por el terror del fuego eterno no puede haber creación artística.  El arte no tiene cabida en el territorio del miedo, en todo caso, una cierta artesanía más o menos apreciable.

Sin embargo, en los siglos oscuros del medievo encontramos algunas esculturas refinadas. Jamás desapareció el recuerdo del Ática, pero a la vista de las tallas de leño o de granito, contemplamos cómo aquel recuerdo está en las manos del artesano, no en su mente, ésta discurre por las cavernas del Infierno, escalando las esferas del Purgatorio o ansiando los círculos de los ángeles del Paraíso.

viernes, 12 de febrero de 2016

La diosa que todo lo mide


 Giardino Giusti. Verona


dedicado a Don Jorge Disdier

La Geometría, esa diosa que todo lo mide, sonrió al hacedor de jardines.

Para resolver el caos, el jardinero se valió del cartabón y de las leyes que la diosa le imponía.

Las nueve hijas del dios olímpico y la diosa de la Memoria iluminaban las terrazas mientras el jardinero trazaba los parterres.

Con la sonrisa de Geometría y con el arte de las Musas, el jardinero nos permitió recobrar el paraíso que surgió del caos.

miércoles, 10 de febrero de 2016

El frío y la razón

Acontece, especialmente en invierno, que uno entra en un estado de ensimismamiento tal, que llega a perder la noción del tedio. El pensamiento se hace abstracto como una ecuación y los sentidos adquieren la consistencia de un cartón, o mejor aún, la consistencia de una piedra pómez.

Así, con el frío, parece que el pensamiento fluye con más facilidad que con los calores del estío, diríamos que la razón encuentra menos impedimentos; los suspiros son intelectuales y generosos, lejos de toda bestialidad, no esperan nada.

En este estado, podemos relativizar hasta los arrebatamientos más sutiles, aquellos que pasan haciendo mucho ruido o a la inversa, como el hálito de un ángel. Vientos o brisas que producen en el cerebro un barrido de pelusas. Queda la mente limpia de polvo y paja; entonces, por la influencia de un rayo de luz fría, nos entra la necesidad de saber quien somos o simplemente encontrar el límite de la duermevela y reaccionamos pinchándonos con un alfiler. Un puro y simple estímulo intelectual, ya sea un canto de Dante o el Stabat Mater de Pergolesi.

domingo, 7 de febrero de 2016

La cantata Alexander Nevsky

Prokofiev trabaja como un reloj que nunca se adelanta ni se retrasa. Su trabajo es de una gran exactitud cuando se trata de traducir las imágenes musicales en mecanismos matemáticos de expresión.

Estas fueron las palabras de admiración que el director de cine Serguéi Einsenstein dedicó a su amigo el compositor Serguéi Prokofiev.

En 1939 Prokofiev compuso la cantata Alexander Nevsky, banda sonora de la película del mismo título dirigida por Einsenstein, utilizando formas elegíacas e himnos que se entrelazan de forma extraordinaria con el folclore vital e indolente del pueblo ruso.

El compositor huye de los tópicos y de la espectacularidad de las bandas sonoras del cine de su tiempo y escribe una partitura musicalmente autónoma. 
Para ello se vale de un clima orquestal tenebroso, una aceleración progresiva del tempo, que poco a poco van acumulando tensión sonora y densificación de los timbres. De esta manera tan magistral, el músico fusiona los elementos sonoros con las imágenes cinematográficas creando un ambiente angustioso.

¿Será la expresión eslava del existencialismo? ¿Podemos afirmar que Prokofiev es un músico existencialista?

Ahí quedan las preguntas.

viernes, 5 de febrero de 2016

El herrín de los siglos

En el herrín de los siglos permanece
incólume al estallido
de los bronces aleados
con miedo y belleza.

Los artistas forjaban el metal
en la fragua de la ciencia
y colocaban aureolas sobre las imágenes,
fijaban el rigor de las perspectivas
y ponían paisajes rocosos en la memoria.

F.C.

jueves, 4 de febrero de 2016

Ramon Calsina



tres obras de Ramón Calsina

Ramon Calsina (Barcelona 1901-1992) decía que había nacido dibujando como podía haber nacido jorobado.
Las atmósferas que nos presenta en sus óleos son oníricas y sus personajes parecen estar descolgados de la realidad, absortos en una meditación rara y solitaria.

El mundo onírico de Calsina discurre por una órbita distinta de los surrealistas al uso. Es un pintor original que conoce el surrealismo de París pero él va por otros derroteros.

La obra de Ramon Calsina  puede recordarnos a Edward Hopper (1882-1967). Aunque el discurso formal de ambos presenta una cierta similitud, sus argumentos se asientan en cimientos muy distintos. El catalán Calsina ha sido considerado el “surrealista del pueblo” y en cambio, yo calificaría al americano Hopper de "realista del espacio despoblado".


tres obras de Edward Hopper

Podéis encontrar más información sobre Ramon Calsina en la web de la Fundació Calsina
http://www.fundaciocalsina.org/2_documents/pag_inici.html