Prokofiev trabaja como un reloj que nunca se adelanta ni se retrasa. Su
trabajo es de una gran exactitud cuando se trata de traducir las imágenes
musicales en mecanismos matemáticos de expresión.
Estas fueron las palabras de admiración que el director de
cine Serguéi Einsenstein dedicó a su amigo el compositor Serguéi Prokofiev.
En 1939 Prokofiev compuso la cantata Alexander Nevsky, banda
sonora de la película del mismo título dirigida por Einsenstein, utilizando
formas elegíacas e himnos que se entrelazan de forma extraordinaria con el
folclore vital e indolente del pueblo ruso.
El compositor huye de los tópicos y de la espectacularidad de
las bandas sonoras del cine de su tiempo y escribe una partitura musicalmente
autónoma.
Para ello se vale de un clima orquestal tenebroso, una aceleración progresiva del tempo, que poco a poco van acumulando tensión sonora y densificación de los timbres. De esta manera tan magistral, el músico fusiona los elementos sonoros con las imágenes cinematográficas creando un ambiente angustioso.
Para ello se vale de un clima orquestal tenebroso, una aceleración progresiva del tempo, que poco a poco van acumulando tensión sonora y densificación de los timbres. De esta manera tan magistral, el músico fusiona los elementos sonoros con las imágenes cinematográficas creando un ambiente angustioso.
¿Será la expresión eslava del existencialismo? ¿Podemos afirmar que Prokofiev es un músico existencialista?
Ahí quedan las preguntas.
Ahí quedan las preguntas.
Una frase de Heidegger nos debería hacer pensar en que el término "existencialismo" en ocasiones no se ajusta a la respuesta que buscamos.
ResponderEliminar"Sólo el hombre existe, las demás cosas son", nos dice el máximo representante de la corriente expuesta aquí, y, teniendo en cuenta que EXISTIR es encontrarse fuera (EX/ISTERE), podríamos decir que Prokofiev es un músico que aplica un "lenguaje que revela la existencia del ser", o sea, es uno de los representantes en el que encontramos que nos hace sentir el "ahora y aquí".
Y ahora si podemos decir que su lenguaje nos revela el "fenómeno" del "ser", y por ende la "existencia" de este.
Salut
Sí Miquel, tienes razón, nos hace sentir "aquí y ahora". Prokofiev expresa lo heroico de un momento dado y el dolor de una existencia, pero cuando escucho su sonata Op. 115 para violines al unísono o su scherzo para cuatro fagots creo que sus imágenes musicales son un puro mecanismo intelectual matemático, que por otra parte no deja de ser un fenómeno de "ser", pero como construcción intelectual, no como experiencia.
EliminarSalud
No sé si existencialista, pero sí fue capaz de exprimir las convulsiones sociales para reflejarlas en su música.
ResponderEliminarLa primera mitad del siglo XX fue feroz -poco nos acordamos hoy- y muchos compositores de esa época fueron arrastrados por la angustia de aquellos tiempos de horror y desesperanza.
Abrazo
Querida Amaltea, no cabe duda que Prokofiev expresó estas convulsiones en muchas de sus obras, pero en otras, por ejemplo su sinfonía clásica Op. 25 -extraordinaria- parece hacer un punto y aparte, que luego recupera en la Obertura sobre Temas Judíos, Op. 34b.
EliminarFue terrible, el realismo soviético aplicó una represión brutal contra los compositores y contra el arte en general. Mucho dolor, el siglo XX fue el siglo de las grandes masacres, dejó un rastro de "maldad insolente" que perdura.
Salud
La música es matemáticas. Solo que, en este caso, hay además pasión y arrebato. Conjugar las dos cosas es realmente difícil.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, coincido. Las leyes de la armonía musical siguen generalmente una estructura matemática, series, proporciones, identidades similitudes, analogías, todo configurado según un orden estricto de composición. El arrebato y la pasión pueden alterar este orden, muchas veces crean tensión y las armonías quedan suspendidas para aparecer luego con con una fuerza inesperada, buenos ejemplos de esto lo encontramos en Strum un Drang (segunda mitad del siglo XVIII).
EliminarSalud
¡Buen debate, Francesc! Durante un tiempo estuve buscando equivalentes de la retórica lingüística en la música. Los encontré fácilmente (metáforas musicales, metonimias, etc). Sólo la ironía se resistía como una suerte retórica inaplicable en la música. Entonces recordé a Prokofiev, y ¡voilà! Al menos Prokofiev y Shostakovich consiguen musicar con ironía (al menos en mi escucha).
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, existencialismo e ironía tienen difícil casa; aunque irónica o trágicamente, parezca lo contrario.
Amigo Abraham, siempre agradezco mucho las opiniones de los amigos, cuando se crea un debate ya veo que el blog queda justificado.
EliminarLa retórica en la música es constante, creo que un musicólogo alemán de principios de XX afirmaba que la retórica es el ingrediente más importante de la música, yo creo que exageraba un poco, pero sí, que elementos metafóricos, metonimias, a veces exageraciones o compases "inter-textuales" son indispensables.
En cuanto a la ironía opino que es en el Movimiento Moderno donde se hace más evidente, a Prokofiev y a Shostakovich, deberíamos añadir Stravinski, también irónico en El pájaro de fuego o en Petruschka, pero también veo elementos irónicos en Ravel y en Debussy y más atrás en Corelli, Couperin y Rameau.
Creo que al existencialismo le faltaron artistas, hubo alguna cantante y creo que algún pintor pero fue una corriente filosófica en la que escasearon los artistas; y le faltó sobretodo ironía y sentido del humor.
Salud
Yo creo que Prokofiev más Einsenstein fueron una amalgama estética sólida que saltó por encima de las consignas de Stalin. Sin renunciar a la historia pasada e incluso con un grado obvio de concesión al canto de la fe en la madre Rusia, como una premonición de lo que iba a llegar en breve, el film y la música logran tal grado de unidad que desborda. ¿O acaso es la composición musical la que marca la pauta del film?
ResponderEliminarSiempre fue una de mis películas preferidas del realizador soviético. Prokofiev se puede escuchar independientemente del film y su entidad es tan profunda que nos lleva a su vórtice.
Me dejo llevar, sin entrar en existencialismos ni en matemáticas, por emociones y sensaciones.
Amigo Fackel, apenas conozco la obra de Einsenstein, siempre he seguido mucho más la música que el cine, soy un auténtico analfabeto del cine.
EliminarProkofiev es para mí un faro del siglo XX. Se lo pusieron difícil, el realismo soviético hizo mucho daño al arte, cabe recordar a Malevitch y a Shostakovitch.
En cuanto a las emociones te diría que algunos músicos rusos del movimiento moderno hicieron grandes esfuerzos para zafarse de la emoción romántica, por lo menos la romántica. La Consagración de la Primavera de Stravinsky y la magnífica Sinfonía Clásica de Prokofiev son ejemplo de ello.
Salud