miércoles, 31 de octubre de 2012

Ángeles de piedra



Los ángeles de piedra
se desprenden de las fachadas,
caen de noche,
y forman un mosaico
de anatomías seráficas
sobre la acera húmeda.

No es inocuo
el flash del turista
que deslumbra el cristalino
de los putti
que caen de noche
para no lastimar a nadie.

lunes, 29 de octubre de 2012

La salsa picada de almendras y el buen humor


La felicidad asoma por una rendija y desaparece. Sólo un breve instante, un paso fugaz, y luego la huída.

Si la felicidad llega, lo hace por el sendero de mi circunstancia y ésta es para mí incontrolable. No domino los senderos que configuran el mapa por donde ando metido.

Ya nos lo advirtieron: yo soy yo y mi circunstancia.

El yo lo tengo muy cerca, parece algo más controlado que la circunstancia y, con ciertas dosis de voluntad, puedo dotarlo de buen humor.  Basta con echarle la picada de almendras al guiso de merluza y el conjunto adquiere una calidad notable.

El buen humor provee de goce cercano, de satisfacción controlada, de ventura inmediata, de dicha íntima, de bonanza y de bienestar.

La circunstancia es otra cosa, es externa y envolvente, casi siempre es difícil de controlar y con poca posibilidad de ser sometida. De ella soy un simple inspector.

Otros, controlan los caminos y los peajes, determinan el tránsito. Si estos controladores lo permiten, y sólo si lo permiten, la felicidad puede pasar como un halo cercano.

Así las cosas, prefiero hablar de buen humor más que de felicidad. Ésta desaparece con el soplo de un angelote, pero mi buen humor, si yo quiero, no se lo salta ni un torero. Mi buen humor es controlable.

viernes, 26 de octubre de 2012

Melancolía en el Mediterráneo



Damas de azul
1500 a.C. Creta



Ya sabemos que casi siempre los tópicos no expresan la realidad tal como es. Suelen ser caricaturas o simplificaciones burdas que no tienen en cuenta los matices y acaban convirtiéndose en afirmaciones que expresan precisamente lo contrario de lo que es verdadero.

Frente al tópico comúnmente aceptado de que el arte nacido en las riberas del Mediterráneo es ligero, vital y risueño, cabe decir que es precisamente aquí, en las costas de este mar clásico, donde nos encontramos con las obras más mesuradas, contenidas y apolíneas que la mente humana ha producido.

A la luminosidad meridional, los artistas mediterráneos han añadido la proporción clásica y la componente trágica, expresando de esta manera lo que su espíritu humano ha percibido cuando ha contemplado el rostro terrible de la Medusa reflejado en el escudo de Perseo.

Hay en el arte mediterráneo tanto patetismo como el que podemos encontrar en un movimiento de la sinfonía número 6 de Tchaikovsky, tanto abatimiento como en una pintura de Cranach y más melancolía y más tristeza que en los versos de Hördenlin.
No en vano el temperamento melancólico nace con la recuperación de los textos clásicos. En el Renacimiento italiano resurge la idea que Aristóteles planteaba en su Problema XXX: los hombres de genio, los grandes creadores —se pregunta—, ¿no se encuentran precisamente entre los depresivos y los melancólicos?

El hombre renacentista otorga a la melancolía un valor creativo, de forma que llega a considerarse que un espíritu melancólico bien templado es el representante más acreditado del genio artístico.

Bajo la amenaza de los dioses inclementes del Olimpo, ninguna expresión artística se regocija en la frivolidad. El arte mediterráneo es grave y riguroso y su sistema de armonía y proporciones es calculado y circunspecto. En la expresión de los artistas de estas costas del mar antiguo encontramos grandes dosis de ironía y humor pero jamás risitas inútiles o ligerezas inconvenientes.

jueves, 25 de octubre de 2012

Lágrima



Lágrima disecada de un poeta romántico extranjero

miércoles, 24 de octubre de 2012

La balanza




El presente en el fiel de la balanza,
efímero y con equilibrio indiferente.

El cielo y la tierra, ilusiones
y recuerdos en ambos platos.

Observo el balanceo indeciso
de la memoria y los sueños.

domingo, 21 de octubre de 2012

El lado oscuro de un estoico



El lado oscuro de la vida de un estoico es su sensibilidad religiosa, lo digo por Séneca, a quien echo a faltar una carencia de ironía y alguna página de buen humor.

Una cosa es hacer de la moral una profesión y otra, es su práctica; pues si ésta no la aromatizamos con el humor debido, corremos el riesgo de caer en el más pesado y amargo de los aburrimientos vitales.

sábado, 20 de octubre de 2012

Tríptico de Oporto (3)



III


Sentado al pie del muro del Castelo de Queijo,       
a resguardo del creso viento de la mañana,             
contemplo hoy la muerte del río Douro,      
que con un rumor callado mezcla sus aguas
con la sal oceánica y con la luz tardía.

La niebla desvanece el confín del horizonte,
el cielo y las aguas mezclan también
sus colores de plomo y de infinitud.
Los sillares húmedos del Forte calan
mi espalda y ante mí, sólo el mar perenne.

¿A dónde van estas naves que surcan
la desembocadura? Un placer
imaginado es la respuesta,
un lugar de soledades infinitas
a resguardo del sol de poniente.

Con la brisa de piedra en mi rostro
la incógnita me atrae y lanzo al mar
la esperanza y una mirada sobre el velamen
de estas barcas que transportan en sus toneles
el dolor de la experiencia y no sé a donde van.

Tríptico de Oporto (2)



II

Por las rúas.
Una algarabía de capas,
de cucharas demasiado largas
y de un convencimiento,
en cuna o aulas adquirido
de que jamás comerán la sopa boba,
recorre la avenida Dos Aliados.

Por las aulas.
De día y de noche, son escarabajos  
cuyos élitros de charol humillador
hieren las pupilas del pupilo
obligado a andar de rodillas
para alcanzar el privilegio
de futuro doctor envanecido.

Por el río.
Aquellas cucharas de palo
serán vuestros remos
para navegar por las aguas
procelosas del río de oro,
rumbo al pretérito perdido,
hacia la isla del vasallaje.

Tríptico de Oporto (1)



 

I

Llueve.
Las gotas contra los muros
no diluyen el achaque                
de molduras y azulejos
y tu barroco decrépito
persiste bajo el orvallo.

Venusto Oporto.
Sobre rúas empinadas
aún guardas el recuerdo
de marineros valientes
y tesoros importados
que arribaron de ultramar.

Poniente.
Se fueron tus navegantes
por las rutas del océano
y un silencio dejó el fado
en la voz de tus mujeres
y en el gris de tus fachadas.

La ciudad es bella.
Aromas de vinho verde
y lavanda sobre el Duero
ahora arriba, ahora abajo,
perfuman el acarreo
de la memoria hasta el mar.

junto a estos versos agradezco la mirada del sur 
que me ha proporcionado Manuel Marcos

jueves, 18 de octubre de 2012

Músicos futuristas

Luigi Russolo en el laboratorio Intonarumori en Milán.



Luigi Russolo, el músico futurista italiano, escribió en 1913 a su amigo el compositor Francesco Balilla Pratella y le decía:

Busca aquellas combinaciones de tonos que resulten muy disonantes, extrañas y ásperas al oído. Así nos acercaremos cada vez más a la máquina del ruido.
Nosotros, los futuristas, hemos amado siempre la música de los grandes maestros. Beethoven y Wagner conmovieron, por espacio de años, nuestros corazones. Pero ahora nos depara mayor satisfacción, la combinación ideal de los ruidos de tranvías, motores de explosión, automóviles y multitudes presurosas; preferimos esto antes que volver a oír, por ejemplo, la Heroica o la Pastoral.
Nos ocuparemos de orquestar espiritualmente los ruidos de las cortinas metálicas, de los que se golpean, de las multitudes que se deslizan o atropellan, de estaciones ferroviarias rumorosas, de fundiciones, fábricas, imprentas y subterráneos. Tampoco deberían ser olvidados los nuevos ruidos de la guerra moderna.

Las gentes escucharon estas músicas y años más tarde, enfervorizadas, cuando pasaba il Duce gritaban:

                          Mussolini ha due palle cosí.
                          Mussolini ha due coglioni cosí.

miércoles, 17 de octubre de 2012

José Florencio Martínez



 

Scherzo de Florencia
Ponte Vecchio

Y desde el Ponte Vecchio
la luna que desdeñan en el Arno
los joyeros.


Via Ghibellina

Todas las lilas de un jardín cerrado
daban su aroma al huerto, satisfechas.
Pero en la tapia alguna saludaba
-gracias por escapar de la clausura-
también al viandante, sonriendo.


En la terraza de un café

-¿Sabes, Firenze? A veces, la belleza
no es sino un espejismo circular
abocado al abismo de la nada;
y al borde de ese abismo ahora doy vueltas
a esa nada sorbiendo un cappuccino
en la terraza de un café en que el tiempo
(que ha aparcado un momento sus corceles)
se deslíe como un terrón de azúcar.
Firenze, a veces, ¿sabes?, la tristeza
fluye bajo tus puentes como el Arno.

José Florencio Martínez
del libro Tríptico italiano
XXIX Premi de Poesia, Vila de Martorell 2004

martes, 16 de octubre de 2012

La dimensión del grito

Boca- Perejaume


¿Cuál es la dimensión del grito?


¿Alcanza las más altas torres o se adentra en el subsuelo?

Su intensidad atraviesa las mamposterías graníticas. Muchas veces, sin embargo, no llega al corazón. Definitivamente hay pieles muy duras.

Naufragio


Sello de coralina. 1450-1300 a.C Knossos

Que no se tornen rancias. Es preciso que las lágrimas, aún las más antiguas, salgan del saco lacrimal y que, a pesar del llanto, podamos ver más lejos y más claro.

Nunca se presenta sola, la muerte se acompaña de expatriación y en el filo de su guadaña se reflejan los paisajes patrios.

Aunque sobrevuele el albatros y las sirenas entonen sus dolosos cantos, en el naufragio, la muerte es una idea de ausencia.

Pasaremos horas delante del mar en calma escuchando el grito de las golondrinas.

Los ausentes no regresarán, permanecerán en el fondo.

Del libro
El Caminante y la Urraca

lunes, 15 de octubre de 2012

Variaciones Goldberg

Claude Gellée, llamado Claude Lorrain (1600?-1682)
Paisaje con Eneas en Delos (1671-1672)

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Goldberg Variationen  BWV 988    
Aria mit 30 Veränderungen 
Johann Sebastian Bach (1685-1750)

Existen unas obras de arte que nacen de la reflexión más abstracta, que son un puro entramado de lógica, de cálculo y medición.

En música podemos hablar de armonía y de contrapunto, de fugas, cánones etc. todo ello estructurado con inteligencia y sin el lastre de la emoción. El goce de estas obras es puramente intelectual, es apolíneo, sereno y permanente; no está afectado por los estados de ánimo ni por las nieblas románticas que espesan el magín. A esta estética pertenecen las Variaciones Goldberg y toda la música de Bach, que la disfrutamos con la inteligencia. En esto radica el goce.

En contraposición con este arte de la inteligencia nos  encontramos con la estética romántica, esta que se embelesa con los claros de luna, con la emoción y el sentimiento. Sin desdeñar, ni mucho menos a Schubert, Tchaikovsky o Wagner podemos decir que la aprehensión de la música romántica es más superficial -en el mejor sentido de la palabra- quiero decir que se encuentra más a flor de piel, cosa que tampoco está nada mal, pues la piel es lo más profundo que tiene el ser humano.

domingo, 14 de octubre de 2012

La línea vertical



La línea vertical va de arriba a abajo sin ladearse. No tiene ninguna inclinación.

La línea vertical sublima como sublimó Leonardo.

viernes, 12 de octubre de 2012

Los principios de la propaganda


Los principios de la propaganda -por Joseph Goebbels-

  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

  1. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

  1. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con un ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”

  1. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

  1. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando el nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión es escasa; además, tienen gran capacidad para olvidar.

  1. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto, sin fisuras ni dudas. De aquí viene la frase: si una mentira se repite suficientemente, acaba convirtiéndose en verdad.

  1. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

  1. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

  1. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de los medios de comunicación afines.

  1. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

  1. Principio de unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que piensa “como todo el mundo”, creando la falsa impresión de unanimidad.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Santa Maria Novella

Iglesia de Santa Maria Novella. Florencia. Arquitecto Leon Battista Alberti

Santa María Novella es un paradigma de equilibrio geométrico casi sin precedentes, los trazados regulares de su fachada y de la organización del espacio son precisos y absolutamente armónicos,  obedecen a un rigor matemático en el que todo cuadra. Quedaba cómo solucionar en fachada la diferencia de alturas que se produce entre las naves y solucionarlo de forma que no fuera ficticia o contradictoria, es decir que aquello que se viera en fachada fuera la expresión de lo que había detrás -esta es la cuestión.

He pasado horas, muchas horas, ante la fachada de Santa María Novella, con un cuaderno en la mano dibujando e intentando resolver la unión de las diferentes alturas que encontramos en el alzado, y hacerlo mediante un elemento distinto de las volutas que diseñó Alberti, he emborronado hojas y más hojas y al final he tenido que concluir que aquellos elementos arquitectónicos, aquellas volutas que parecen orejas, tan extraordinarias y raramente usadas anteriormente, eran la solución mejor y la más expresiva para resolver la entrega del cuerpo central con las naves laterales, para expresar la verdad del espacio.

Dibujaba en mi cuaderno buscando la forma precisa y pensé que en literatura ocurre casi lo mismo, y ocurre en muchas obras canónicas y en escritores de campanillas. Sucede que la expresión se cae, que lo escrito, en su aspecto formal, no se corresponde con  el sentido de su contenido. En la arquitectura hay riesgo de ruina, pero en literatura si se produce  un desequilibrio puede pasar desapercibido y esto ocurre con mucha frecuencia.

Es interesantísimo plantear los problemas de la creación literaria en términos reales, casi matemáticos, para evitar que la expresión se caiga; escribir con rigor, buscando la adjetivación precisa y tener mucho cuidado con la armonía y el ritmo. No olvidemos que la literatura es contenido, pero también es FORMA, y deben solucionarse los problemas formales. Un escritor que no comprenda esto, no es más que un escribiente, quizás óptimo para hacer anotaciones en el registro de la propiedad o para trabajar en una multinacional. Si en la literatura se desatiende la forma, todo queda reducido a puro dato.

martes, 9 de octubre de 2012

Anónimo de Xàtiva




Museo de Sant Pius de Valencia
Retablo de Sant Vicenç de Xàtiva.
1521  -autor anónimo-

Fue pintado en los días de la guerra de las Germanías

Se les despertó a los plebeyos el antiguo odio que tenían con los moros de la tierra.

Bautizábanlos con escobas y ramos mojados en una acequia.

El retablo muestra un grupo de cristianos forzando al moro (forçant el moro).

Es una acción de violencia que recibe la bendición de una figura aureolada.
Detrás de los plebeyos iracundos, un personaje viejo, inquietante, de barba blanca, parece contemplar alguna escena que se produce más allá del retablo.

No tengo constatación de que Giorgone -el pintor veneciano del renacimiento- hubiera pisado las tierras de Xàtiva.

domingo, 7 de octubre de 2012

Contemplo la aurora


 Isidre Manils. Luz contrastada

Contemplo l’aurora desfent-se entre els salzes
i darrera el cim, restes de la nit
han deixat petjades, clams i rostolls d’ombres.
La por continguda ha gravat les pedres.

És tan fosc el somni com orca la por
i tan clara l’alba com el vol de l’òliba
que al matí s’encega amb la llum isarda.
El desig nocturn ha barrat el pas.

Tan fals el desig com n’és d’aspre el fang
de la terra eixorca, on cap magraner
donarà magranes de tessel·les roges.

Darrere els penyals ja no sentirem
els mots abrasius del cínic Diògens,
només la bellesa mostrarà el seu rostre.


traducción

Contemplo la aurora que se escapa entre los sauces
y detrás la colina, restos de la noche
han dejado sus huellas, clamor y rastrojos de sombras.
El miedo contenido ha grabado las piedras.

Tan oscuro es el sueño como enajenado es el miedo
y tan clara el alba como el vuelo de la lechuza
que por la mañana se deslumbra con la luz salvaje.
El deseo nocturno ha vallado el camino.

Tan falso es el deseo como áspero es barro
de la tierra baldía, donde ningún granado
dará frutos de teselas encarnadas.

Detrás de las peñas, ya no se oirán
las voces abrasivas del cínico Diógenes,
sólo la belleza mostrará su rostro.

sábado, 6 de octubre de 2012

Lo prefiero



No me gustan las playas solitarias, deben gustar a muy poca gente, pues por esta razón están solitarias.
Prefiero las playas con niños que juegan.

El gorrión vivaz, sencillo e inquieto me gusta más que las aves exóticas que lucen su plumaje de colores en los parques zoológicos o en los reportajes de National Geographic.
Prefiero el pájaro vulgar.

Detesto lo exótico, los paisajes abruptos con depresiones terribles y rocallas peligrosas. Los paisajes lejanos y  todo lo que está más allá, me resulta incomprensible, está demasiado lejos.
Prefiero el paisaje cercano.

No me interesan las extravagancias ni la magia de un suspiro, ni lo que hablan los silencios, ni un aliento imaginado, ni lo oculto.
Prefiero todo aquello que se ve.

Más ocultas aún me parecen las creencias del más allá, los espíritus y las almas en pena.
Prefiero lo que es material.

Me gustaría que las bellezas interiores afloraran a la superficie. Lo que queda dentro de la piel me resulta demasiado profundo.
Prefiero la belleza palpable.

El snobismo y la exclusividad producen en mi ánimo el mismo efecto que me produce el olor agrio de las cosas rancias.
Prefiero lo común, lo corriente y lo vulgar.

Y a todo esto añado la frivolidad del arte por el arte.
Estas formas artísticas no las prefiero.


jueves, 4 de octubre de 2012

Dos llibres de poemes

El proper dia 18 d'octubre a les 19.30 h tindré la satisfacció de participar, juntament amb la poeta Mònica Miró-Vinaixa i l'editora M. Lluïsa Samaranch, en la presentació dels dos llibres de poemes de la poeta Maite Muns Cabot.

MATÈRIA CONGÈNITA i TOT LAMENT ÉS FANG 

editats per S.D. Edicions
 



Matèria congènita / Tot lament és fang
autora:  Maite Muns

Són poemes que exhorten a viure sense cap convicció absoluta i conviden a la negligència, aquella que permet viure la poesia per fer-la existència, moment a moment, sense admetre cap altre sacrifici que aquell que permeti la seva lliure expressió.
Per a l’autora, la paraula, cal fer-la present, treure-la de qualsevol nociu amagatall, arrencar-la del silenci, que mai resol res, ni ha fet feliç ningú, ni ha alliberat cap esclau.
Matèria congènita i Tot lament és fang és l’ús de la paraula per fer-la arma carregada que participa en el duel entre el destí i la natura. En el fons, tots confiem en una treva.

martes, 2 de octubre de 2012

Estimulación de la sensibilidad humana


Claude Monet 1840-1926
Nenúfares (Las nubes) 1903

Mejillones al vapor
Deben degustarse a la sombra de una sombrilla de colores claros. Mejor en horas soleadas, servidos con vajilla blanca en mesa de madera. El aroma del mejillón debe llegar al olfato de forma muy suave, por lo que deberemos situarnos al sesgo de tramontana. Las vistas del comensal deben ser extensas, por ejemplo mirando al mar, nunca nuestra visión debe quedar interrumpida por grandes masas (montañas, edificios, etc.). Con el mejillón se toleran los vinos suaves y las vistas a pinares añejos.

Huevo frito
El aceite debe ser de poca acidez, mejor de aceituna arbequina, la que a buena hora llegó de Palestina. Los bordes de la clara deben quedar levemente churruscaditos.
Se acompañará el huevo con pan tierno pero nunca recién salido del horno. No importa degustar el huevo frito tras unos cristales empañados y regado con un gracioso Chavignol, imaginando al otro lado de la ventana la mirada adormecida de Marlene.

Filete de anchoa
Debe presentarse dispuesto sobre una rebanada de pan con tomate. La anchoa debe proceder de una salazón caramelizada, sometida a la presión adecuada durante el tiempo mínimo de tres solsticios. 
El vino que acompañe la anchoa debe ser joven.
La mesa tendrá mantel con dibujos geométricos no demasiado grandes (pequeños cuadros, listas estrechas poco contrastadas, cenefas sencillas, nunca arabescos)

Jamón
Un levísimo cambio de temperatura, un vientecillo a destiempo, un cambio a veces imperceptible de la humedad del aire, o el rumor de las golondrinas afectan al proceso de curado del jamón. Es vianda sensible como el corazón de una doncella, como el de Ofelia o el de Laura.
La loncha de jamón no será más gruesa que una cortina de terciopelo, pero nunca más fina que la oreja de un gato.
Con el jamón, livianas rebanas de pan con aceite y un champagne cuvée, puede ser un Laurent Perrier. 

Jardín botánico
Su mejor ubicación es mirando al mar, con suaves desniveles. Es de suma importancia que las plantas grasas se reúnan en pequeños parterres.

Lo dicho y alguna otra destilación de la sensibilidad humana, eso sí, sin caer nunca en exclusividades o sofisticadas delicatessen.



lunes, 1 de octubre de 2012

Lo advirtió Petrarca



Petrarca ya advirtió del peligro, decía que entre Escila y Caribdis había perdido sus dos bienes: el arte y la razón.

Siempre son peligrosas las aguas del estrecho de Mesina. La nave fletada con una carga tan delicada debe sortear los escollos y preservarse del canto de las Sirenas.

El arte y la razón navegan entre Escila y Caribdis, pero nosotros desconocemos hacia qué puerto se dirigen.

La creación artística debe liberarse de cargas pesadas, de vanidades e insignificancias de artista, de afectaciones y garambainas, de monsergas y bobadas. El arte como expresión de la existencia humana debe estar despojado de todo aquello que sea superfluo y así, sin ninguna carga pesada, podrá expresar sin limitaciones toda la emoción y toda la verdad humana.

Todo, aún así, tiene sus limitaciones. Desnudar irracionalmente la forma artística, sin intervenir en los contenidos, tiene un peligro, lo comprobamos en el Minimal art donde se empobrece la forma pero se mantiene un contenido ostentoso, de esta forma se llega a una contradicción que anula todo el sentido de la expresión artística reduciéndola a un juego de manipuladores ociosos.

A toda depuración formal debe seguir una depuración de contenidos. Y al revés, es peligroso que se confunda la gravedad y la austeridad cartujana con la negación total de la forma.

Analizado el cargamento de la nave que ha de cruzar entre Escila y Caribdis y habiendo lanzado por la borda todo el lastre inútil, aún nos quedan otros fardos húmedos y voluminosos que estorban y que ponen en peligro la estabilidad de la barcaza. Se trata de la sensiblería; el peso de las lágrimas y su humedad se cuela en el tuétano de la osamenta, entonces corremos el riesgo de que la vitalidad y el raciocinio que provienen del mundo antiguo, de nuestra cultura clásica, queden afectados y que todo se convierta en un crepúsculo triste lleno de ensoñaciones. La sensiblería ñoña empobrece la mente y la expresión artística.

Se trata de atravesar entre los escollos, dirigir bien el timón y disponer perfectamente los remos de la poesía, de eso se trata. ¡Qué difícil es encontrar el límite de la carga para llegar al puerto de la expresión sin sufrir un naufragio!

Dejaremos, pues, que la poesía allane la mar embravecida y nos proteja del canto de las Sirenas.

Nada de esto es romántico ni se aoja con la oscuridad de la noche.