Clepsidra. Escultura de basalto. Época tolemaica, Tolomeo el Filadelfo (285-246 a.J.C.)
Todo aquello que verás estando en la cueva, serán sólo unas sombras. Te encontrarás encadenado con los grilletes que lastimaran tus tobillos y verás cómo pasan unas sombras. Será un movimiento constante.
Clepsidra eterna.
Las sombras suaves de los árboles y las flores con sus aromas serán las imágenes de algo real que se mueve en un espacio sin huellas.
No pisarás la realidad, sólo oirás el chirriar del eje de la noria, mientras las sombras te mostrarán el camino incierto de la belleza.
Frondi tenere, e belle del mio platano amato.
Las Horas te observarán mientras mueven la rueda del tiempo.
-¿Qué ganarás desconfiando?
¡Cómo pasa el tiempo!, parece que fue ayer y tú sigues con los grilletes.
Seguirás contemplando el paso de las sombras mientras envejeces.
-Maldito seas, tú y maldita la historia que seguirás escribiendo.
No te tapes los oídos, aquí no hay palabras locas. En esta cueva todo es verdad.
Nota: tengo una vecina poeta, reconocida y extraordinaria poeta, que quiere matar a Platón.
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Lo malo no es que pase el tiempo; sino que, cuando lo hace, mueve la rueda -que anda algo desengrasada-, que se parece cada más a los molinillos de pimienta, de esos que, al girar, trituran los granos como si fueran nuestros pobres huesos.
ResponderEliminarSaludos, Francesc. También a tu vecina poeta.
Amigo Cayetano, queramos o no, el tiempo pasa y la rueda del tiempo chirría y aquel ruido terrible nos ensordece. Eunomia, Dice y Temis, hijas de una unión divina, van dando vueltas a la noria que va erosionando el aire y las voluntades.
EliminarSalud
No es la única.
ResponderEliminarPlatón nos adentra a la reminiscencia de las almas. Y nos hace ver que el Tiempo corre, que todo es vano y que las cadenas ya las tenemos en la mente, antes de nacer.
Salut
Miquel, la rueda del tiempo gira sin cesar. La rueda es pesada y su engranaje es viejo. Desde Cronos hasta hoy.
EliminarEn el eje de la noria el tiempo es inmóvil. Pasa. Gira el circunloquio de las estaciones, solsticio de invierno, solsticio de verano. Y los días pasan, y a ti y a mi, no nos está permitido tumbarnos en la cueva para contemplar el transcurso de la noria, pues tú irremediablemente giras también con la rueda y ves pasar el día como se escurre por la estrechez de la vida y la muerte llega con sus pasos sobre la ceniza de un viejo fuego.
En el eje de la noria, las Horas te verán pasar, no guiarán ni tu paso, ni tu destino. Ahora eres tú quien está en el tiempo y eres, por las Horas, la imagen del tiempo que pasa.
En el eje de la noria, en medio del tiempo, no hay realidad, ni muerte.
Salud
¿Hay un más allá de la cueva?
ResponderEliminarNo lo sé amigo mío, no lo sé.
EliminarA lo mejor resulta que vivimos dentro de la barriga de una ballena que va nadando por un océano de silencio. Nosotros desconocemos las olas y no sabemos qué hay sobre ellas.
Un abrazo