He paseado hoy bajo los tilos
al amparo de la aurora, cuando los cafés
no condensaban aún el olor caliente
del desayuno apresurado ni del recuerdo.
Al amparo del ramaje imperturbable no hallé
ningún dibujo en la corteza, ningún corazón trazado
y ni ninguna inicial de antiguos amantes,
sólo un tronco con savia vieja y herida.
La sinrazón se escapó por Brandemburgo,
por la sombra de las flores y del combate
y construyó un muro altísimo entre las caricias.
El amor fue pisado bajo los tilos
y la voz de Marlene que aún suspira
por las flores blanquecinas de los carteles morados.
domingo, 6 de marzo de 2011
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"el amor fue pisado bajo los tilos", me encantó esto... me llevó tu poesía a un viejo recuerdo que tu poesía salvaba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Francesc:
ResponderEliminarEste paseo bajo los tilos estimula intensamente el dolor del amor pisado (metáfora maravillosa, coincido con concepto-aparte),
"la sinrazón se escapó por Brandemburgo,
por la sombra de las flores y del combate
y construyó un muro altísimo entre las caricias".
Me parece una estrofa deliciosa, tan hermosa como terrible es una caricia imposible pues la mano que apenas roza y la piel invocada se encuentran en dos lados distintos. Caricia pisada bajo los tilos. Cuántos gritos debieron escucharse entre los tilos, cuánta savia herida murmuraba su pena con solo los tilos de testigos, y algún que otro poeta que escuchó los gritos, que aún resuenan a lo largo del tiempo.
Los muros... debería explicarnos el geómetra cuál es la razón de su construcción. Hermosa Puerta de Brandemburgo, cuántas lágrimas te tocó derramar.
Precioso poema. Besazos.
Salud.
Concepto-aparte, Sí, sí y sí. Fue pisado.
ResponderEliminarsalud
Elena Clásica.
ResponderEliminarMientras florezcan los tilos...
Así lloraba Marlene Dietrich
Salud