Perseo con la cabeza
de Medusa (1797-1801)
Antonio Canova
El triunfo apacible y la relajación de la tensión han
sucedido a la ira y nervio del combate. Ahora satisfacción petrificada.
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Perseo (1553) Benvenuto Cellini
Después de la lucha descansa el espíritu del héroe
victorioso. Perseo se distancia de la sangre de la cabeza de Medusa y de las
serpientes que se retuercen. Belleza del cuerpo en reposo, sólo un fruncimiento
del ceño expresa la emoción contenida del héroe.
me gustan ¡¡¡¡ salut
ResponderEliminarSi, Miquel, son preciosas.
EliminarEl culto al cuerpo ya viene de antiguo, como bien se puede apreciar en la belleza y perfección de estas estatuas, mucho más respetuosa con la mitología, y perfeccionista, en el caso de Cellini que en el neoclásico Canova.
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo.
Amigo Carlos yo también prefiero Cellini.
EliminarOtra cosa: no consigo poner comentarios en tu blog, en la casilla aparece una especie de link y cuando intento escribir me redirecciona a un sitio raro.
Salud
¿Héroe? Tengo mis dudas. Manténganse, señoras, a distancia prudencial del cruel Cazador. Abrazos.
ResponderEliminarQuerida Salomé, hay muchas cabezas cortadas en la historia, quienes usaron el cuchillo fueron llamados a veces héroes, otras santos y otras, parece que con más propiedad, fueron llamados asesinos. Judith cortó la cabeza de Holofernes, Guzmán el Bueno ofreció su puñal a los sitiadores; a Salomé le llevaron una bandeja con la cabeza del bautista. En el caso de esta estatua que nos ocupa, Perseo levanta la cabeza de Medusa, esa diosa inclemente -como corresponde a cualquier dios- que tenía víboras por cabellos.
ResponderEliminarSalud
Esa mujer traicionada, querido Francesc, como tantas otras, por una sociedad patriarcal: violada y abandonada por Poseidón. En el mejor de los casos, esa mujer hermosa y joven que tanto recelo infunde en el inseguro imaginario masculino. Si hubiese más comunicación y menos "cuchillos" entre los sexos, más afán de comprender al diverso (porque en algunos sentidos, lo queramos reconocer o no, lo somos), la mitología estaría poblada por menos héroes de una determinada especie, el inconsciente colectivo no habría dado forma a cierto género de arquetipos femeninos monstruosos y castradores (en el sentido amplio del término), existiría menos desconfianza entre los sexos... Claro que los mitos hubiesen resultado mucho más aburridos. Si escucho a la voz profesional de la escritora, en efecto me digo que hemos salido ganando. Si escucho a la señora de mediana edad... ya no lo tengo tan claro. Abrazos.
ResponderEliminarPS. Por cierto, no es verdad que, como querían dar a entender los clásicos con la imagen de la cabellera ofídica, la furia femenina sea especialmente violenta. Yo, sin ir más lejos, tengo muy buen carácter y soy de gustos sencillos: jamás iría haciendo rodar cabezas.
Amiga Salomé, jamás se justifican los cuchillos, desgraciadamente la mitología y la historia está plagada de ellos, como está plagada de héroes masculinos y muchas diosas, semidiosas y mujeres reducidas a arquetipos negativos, esto es lo que nos ha llegado y sobre estas miserias se contruye nuestra sociedad. La historia, mi querida Salomé, es un mal negocio, un mal negocio real y sufrido, pero la mitología es un mal negocio imaginado. Agradezco tu comentario y admiro tu finura de análisis, coincido contigo y me esfuerzo en no dejar pasar ni una, a veces, sin embargo, uno se deja seducir por la belleza aunque sea de mármol o de bronce.
EliminarSalud