Catedral
de Colonia.
Arquitecto
Juan de Colonia
Agujas góticas.
Pináculos
que sirven de contrapeso a tanta carga descompensada.
Púlpitos de piedra muy altos.
Grifos y monstruos en las fachadas y santos en el
interior.
Torres piramidales con aristas
dentadas como la espalda de un dragón.
Todo
apuntando al cielo como cabezas de misiles.
De tanto mirar para arriba las vértebras
cervicales se resienten.
De tanto escuchar
los sermones que se lanzan desde el púlpito y que resuenan en las
paredes el oído queda dañado.
De tanto frío
en la nave gótica los músculos se entumecen.
De
tanta luz tamizada por los colorines de los vitrales la vista se
confunde.
De tanta teología de piedra la
razón se muere.
de la observación a la conclusión,
ResponderEliminarporque tu decir, ilustra inteligentemente
salut amic
Sí, Omar, a veces las piedras nos hacen sacar conclusiones.
Eliminarsalud
Mira los chopos de plata ¡Míralos en tu sinrazón! ¡Quinientas dragones bicéfalos por los aires!
ResponderEliminarAmigo Manuel, estos góticos lanzaron por los aires dragones bicéfalos y la sinrazón se expandió desde el interior de las naves hasta las calles, las plazas y los pueblos enteros.
ResponderEliminarSalud
ya empezamos ¡¡¡¡¡ eres terrible ¡¡
Eliminaramén...
Eliminar¡Caray! pero si has publicado dos entradas.No me ha actualizado tu blog.
ResponderEliminarBicéfalas gárgolas, vitrales y pináculos, pues me gustan más por lo que sugieren que por lo que son.
Estoy contenta de que hayas regresado, pedazo de descreído.
Querida Amaltea, la informática juega malas pasadas.
EliminarTodo esto del gótico es una cuestión de contrapeso, parece complicado pero no lo es tanto como aparenta, por allí donde pasa una fuerza se coloca una columna, para contrarrestar la gravedad que producen las imágenes de los ángeles se pone un demonio como contrapeso, cuando las fuerzas de los santos empujan contra los muros se coloca un arco arbotante cargado con dragones, es cuestión de ir encontrando el equilibrio entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal.
Salud amiga
Lo peor es que, bajo esa adusta arquitectura, también la pasión muere. Abrazos.
ResponderEliminarAmiga Salomé, bajo estas arquitecturas murió la pasión y la razón.
ResponderEliminarSalud
Lo queda siempre es la piedra, de ahí tanta prepotencia.
ResponderEliminarSalud
Sí, querida Isabel, cuanto más duro es el soporte, más tarda en desaparecer. Desaparecerán los archivos informáticos, antes que el papel, y este desaparecerá antes que las tablillas de arcilla o lo que se esculpió en piedra; de todas maneras todo se degrada y las construcciones humanas, por más graníticas que sean, acaban convertidas en áridos.
EliminarSalud.
"De tanto frío en la nave gótica los músculos se entumecen"
ResponderEliminarQue buena manera de llevar las palabras. Todo un arte.
Complacida de visitarte.
Virginia, celebro que te guste. Estos góticos entumecen, yo creo que lo hacían aposta.
EliminarSalud