sábado, 10 de marzo de 2012

Nijinsky




El salón era amplio y una atmósfera cargada envolvía los movimientos de Nijinsky, sus saltos desafiaban la gravedad, ningún otro bailarín evolucionaba en pointe como lo hacía Vaslav Fomich Nijinsky (Вацлав Фомич Нижинский). Impostaba su cuerpo de manera perfecta, desde su cadera hasta gli scarpette da punta toda su musculatura dibujaba una fuerza estelar.

La coreografía de L'après-midi d'un faune, el cuerpo en movimiento del bailarín y su estertor erótico se sobreponían a los efectos de la absenta que Claude Debussy y sus amigos consumían mientras contemplaban la danza.

Los movimientos angulares trazaban polígonos en el aire, eran las figuras sexuales del sueño del fauno. El bailarín se confundía entre las náyades, enloquecía, danzaba y danzaba; tomó el pañuelo de la hermosa de las ninfas y cayó en el delirio, mientras la música prolongaba el éxtasis.

Con la cuchara perforada en una mano y en la otra su copa de Pernod Fils, Debussy observa el prolongado éxtasis de Nijinski y dice:

... este es el escenario donde se mueven los sueños y los deseos del fauno en el calor de la siesta; cansado de perseguir las despavoridas ninfas y náyades, cae en un sueño embriagador donde ve realizados sus deseos.

Nada de esto es impresionista, nada es impresionista en el Preludio por la siesta de un fauno de Claude Debussy  (1862-1918).

Esta obra temprana de Claude Debussy tiene una duración no superior a diez minutos, con esta brevedad de tiempo el compositor da un paso de gigante hacia la modernidad.

Las revoluciones llegan como los pasos de una paloma, dijo Nietzsche, y esto se puede aplicar a esta siesta del fauno que fue estrenada en diciembre de1894 bajo la dirección de Gustave Doret.

Entusiasmado, después del estreno, Mallarmé dijo con rotundidad:
... esta música prolonga la emoción de mi poema... consigue ir más allá en la nostalgia y en la luz.

La orquesta se limita a un conjunto de instrumentos de cuerda, el conjunto de madera, las trompas y dos arpas, acentuado todo ello con el sonido de cristal de una percusión de campañoles Bruselas y címbalos antiguos.

Detrás de un manantial yace el fauno, se duerme al son de una flauta que tiembla lánguidamente, sus notas se elevan hasta lo más alto del mediodía de verano.

Ni el fauno, ni la danza, ni la música ni nada de lo que allí sucedía era impresionista.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Amigo Miquel, se trata de un dibujo para un programa de mano, a mi también me pareció de Matisse aunque éste usa la curva y la contracurva de una manera más grácil, aquí son más robustas.
      Buen ojo, amigo mio.
      Salud

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  2. Excelente recordatorio para desayunar mañana con la música de Debussy.

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    1. La danza con el desayuno es una combinación magnífica. Igual que con la lubina, te deseo "bon apetit"
      Salud

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  3. ESE FAUNO ES IMPRESIONANTE.
    CON SIESTA O SIN SIESTA.
    SALUDOS.

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    1. Dapazzi, este es imprsionante, no es impresionista, igual que la música de Debussy, no es impresionista.
      Salud

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