Psyche in the Temple of Eros, Edward John Poynter (1836-1919)La belleza de Psique era sobrehumana, de los confines más lejanos acudían a contemplarla.
Psique, hija de un rey, tenía dos hermanas que se habían casado, pero a Psique nadie la quería por esposa, pues su belleza era tal que asustaba a los pretendientes.
amigo francesc,
ResponderEliminarcuando la belleza llega a esas altitudes adopta una curva que bien podría confundirse con la del espanto venido de lo más horrendo.
Así mismo nos asusta la realidad, y por eso preferimos remedos, unos provenientes de nuestro fértil y paranoide subconsciente, y otros más materiales, construidos a medida sobre el llanto de quienes nos rodean.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡igual que mi esposa!! jeje
ResponderEliminarPero...si es cierto, es la gallega más hermosa de esta tierra y nada más un insensato como yo podría acercárcele.
Esas bellezas, cual Psique existen.
Los hombres que usan la conciencia racionalmente, jamás las conquistarán. Abrumados con su belleza y con la suposición de que 'no están a la altura'
Un abrazo
suele ser así, un exceso de belleza asusta y si encima hay un exceso de inteligencia, aún asusta más a los pretendientes.
ResponderEliminarBella entrada, bella Psique. ¿Su belleza o su inteligencia les asustaba?
ResponderEliminarUn saludo
Amigo Kynikos, no parece que nos sea permitido traspasar el límite, nos tenemos que conformar con su cara externa, pues más allá de la representación está lo terrible.
ResponderEliminarSalud
Javier, esta estirpe que ha llegado a construir el Concorde para imitar a Ícaro, esta "raza de Caín" que es capaz de reventar un átomo y mandarlo todo ha hacer puñetas, es una raza que teme a la Realidad, a la Verdad y por supuesto a la Belleza, cuando se nos presentan así, todas con mayúsculas.
ResponderEliminarSalud
Mi austral amigo Omar, está claro que existen estas bellezas, algunas sólo están en nuestra imaginación, otras sólo aparecen un atardecer del mes de mayo cuando el aire tiene un aroma poco denso, el cielo está en calma y el rumor de las hojas de los árboles es suave como una canción entonada a media voz, entonces la belleza pasa con andares muy ténues y se desvanece enseguida.
ResponderEliminarSalud
Puigcarbó, entre la belleza y la inteligencia hay quien se inclina por lo de en medio. Si no es así, se asustan y se van.
ResponderEliminarSalut amic
Mar, amiga. Aquí tal como lo cuenta Ovidio parece que se asustaban por la belleza, lo de "mujer inteligente" a algunos, además de asustarles, les cabrea.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Salud