Cada día podemos enterrar las ruinas, pero quedan, sin embargo, restos de cimientos enterrados en nuestra mente y sobre ellos edificamos la ciudad ideal. La de Vitrubio o la Usonia de Wright o ninguna de ella sino la más ideal.
Recluimos un urbanismo inmenso entre los muros de nuestras creencias y nos parece inmenso. Trazamos avenidas suntuosas entre dos encrucijadas, entre el sueño y la emoción. Todas nos parecen suntuosas, pero los edificios que configuran las avenidas serán ruinas mañana, pues ensoñaciones y emociones ceden ante el arte y la razón.
Construimos palacios de invierno en nuestro pensamiento. Son palacios enormes como enorme nos parece nuestra imaginación, pero el invierno acaba con el equinoccio de primavera y alguien toma aquel palacio de invierno sin esperar a septiembre.
Recluimos un urbanismo inmenso entre los muros de nuestras creencias y nos parece inmenso. Trazamos avenidas suntuosas entre dos encrucijadas, entre el sueño y la emoción. Todas nos parecen suntuosas, pero los edificios que configuran las avenidas serán ruinas mañana, pues ensoñaciones y emociones ceden ante el arte y la razón.
Construimos palacios de invierno en nuestro pensamiento. Son palacios enormes como enorme nos parece nuestra imaginación, pero el invierno acaba con el equinoccio de primavera y alguien toma aquel palacio de invierno sin esperar a septiembre.
construimos para destruir, es parte del juego humano.
ResponderEliminarNacemos creativos, así lo pienso luego de ser padre (y ahora abuelo) porque creamos formas de aprender. Luego creamos formas de admirar y porqué no formas de construir.
ResponderEliminarEn este caso amigo tú construyes con palabras, conceptos que resultan de 'observar' lo que nos rodea.
Un abrazo
Pero es tan hermoso ese templete pintado... (como la pervivencia de distintos estratos de ruinas, el aprovechamiento de las antiguas ruinas para otras también ruinas antiguas)
ResponderEliminarPuigcarbó amigo, construir para derribar o al revés, derribar y construir de nuevo, esto es, como tu dices parte del juego humano y yo añado, una bendición para los arquitectos, ja, ja, ja.
ResponderEliminarSalut amic Puigcarbó
Enletrasarte, agradezco esto que dices de construir con la palabra, yo estaba más acostumbrado a construir con estructuras de hormigón y acero, te aseguro que esto de las letras es más etéreo y algo más fácil.
ResponderEliminarUn abrazo
Salud
Amigos de la Sociedad, construimos sobre ruinas os lo digo por propia experiencia profesional.
ResponderEliminarSalud
hermoso y terrible el engaño, que en ese invierno nos congela como a ciertos árboles en el lugar equivocado...
ResponderEliminarConcepto-aparte. El fuego del invierno y el arrebato de la razón son los que conducen el delirio.
ResponderEliminarSalud
Construimos sólo ruinas.
ResponderEliminarEso lo sabían bien los romanos. Por eso aguantan tan bien sus monumentos (esos acueductos que más que un desafío son un pecado de Ybris).
Otros aún piensan que construyen para la eternidad, y así ha acabado su obra.
Estimado Abraham, coincido completamente, construimos ruinas, lo sé por experiencia y añado que quienes piensan que construyen para la eternidad fundamentan su obra sobre los estratos arcillosos de la vanidad.
ResponderEliminarSalud