Una exhalación fue el pasó de Afrodita y dejó, como en el paño de la Verónica, su rostro impregnado, pero no nos permitió levantar el velo y no pudimos conocer más que su representación.
La belleza nos alimenta con su trampa y con la mueca amable del trompe d’oeil nos acompaña por los senderos más sugestivos y nos conduce por los caminos más graciosos hasta el borde del acantilado donde un castillo asoma sobre el mar embravecido.
Así nos advirtió Rilke desde su castillo de Duino:
... Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente desdeña destrozarnos.
En los diversos periodos de la Historia del Arte, las almas sensibles de los artistas, con sus obras, nos han mostrado diferentes aspectos de la belleza, sólo fragmentos de ella.
Pedacitos dispersos de la belleza que los artistas nos permiten cazar al vuelo como si fueran estorninos que vuelan en círculo sobre nuestras cabezas, pero jamás intentemos recoger los fragmentos del suelo y recomponer el rompecabezas.
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coincido, amigo francesc,
ResponderEliminarpor dos motivos:
a/ por lo fútil de la acción
b/ por la insoportable imagen que se esconde detrás.
saludos
Prometo no hacerlo. También creo que uno es generoso con la persona amada y no confiesa que a grupas del tiempo su belleza se regresa de donde vino...pero son cosas del amor, ese irracional y no científico sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo
Kynikos, detrás puede llegar a ocultarse una imagen putrefacta, y aunque así no fuera un halo de tragedia puede llegar a filtrarse hasta lo más profundo de la misericordia de nuestro corazón, por cierto, vaya lugar tan recóndito.
ResponderEliminarSalud
Amigo Omar, esto de que la belleza pueda trasladarse a grupas del tiempo es una imagen poética que solo a un poeta como tu se le podía ocurrir, sólo tu podías haberla dibujado. Me has dejado admirado y patidifuso.
ResponderEliminarsalud
Será que la belleza es efimera y por eso fracasa quien la recompone.
ResponderEliminarSalud
Querida Isabel, la belleza pasa fugaz y se desvanece después de pasar el puente. Así lo sufrió Dante durante su vida.
ResponderEliminarSalud