¿Dónde debo buscar los otros mundos
si el vuelo de la alondra sólo señala el cobijo de las estrellas
y esos ojos no miran más allá del istmo
....................................................................grotesco?
Esta es la tierra fértil, la que da el fruto jugoso,
donde recibo de los dioses el primer verso
y, con estas palabras en el corazón,
me acerco, para continuar, al dolor centenario
y lo hago como puedo,
a tientas pisando el asfalto,
para llegar al medio del sueño.
original en catalán
On he de cercar els altres mons
si el vol de l’alosa assenyala l’aixopluc de les estrelles
i aquests ulls no esguarden més enllà de l’istme
............................................................................. grotesc?
Aquesta és la terra fèrtil, la que dóna el fruit sucós,
on rebo dels déus el primer vers
i, amb aquests mots al cor,
m’apropo, per continuar, al dolor centenari
i ho faig com puc,
a les palpentes trepitjant l’asfalt,
per arribar al mig del somni.
entra al mitjà del somni, on és segur estan els altres mons, els coneguts i -fantasia mitjançant- els per conèixer
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Espero esté correcta la traducción
Un abrazo
Amigo Enletrasarte, agradezco muchísimo tu esmero y valentía por enfrentarte a un idioma complicado como es el catalán. La traducción es bastante acertada.
ResponderEliminarExactamente podríamos decir:
"Entra al mig del somni, on segur que hi ha altres móns, els coneguts i -mitjançant la fantasia- els per conèixer".
Además agradezco el sabio consejo, el que muestra el camino aquel que la alondra no supo señalar.
Salud
El cobijo de las estrellas, qué misterioso lugar representa esa imagen desde la que despliegas tus palabras. Y quieres llegar al medio del sueño, eso ya es rizar el rizo.
ResponderEliminarBona nit.
un poema de gran belleza, francesc.
ResponderEliminarde puntillas por la náusea repetida, y el aroma
final calderiano.
salud
Amiga Amaltea, de esto se trata, de llegar al medio del sueño aunque sea recorriendo un camino que parte desde el dolor centenario. Aunque con esta voluntad a cuestas tenga que rizar el rizo, lo prefiero antes que hablar de utopía, concepto este que me ruboriza bastante, un día tendré que meterle mano a la utopía, quizás haya que desinflarla.
ResponderEliminarSalud
Kynikos, de puntillas, efectivamente, así es como vamos andando, intentando ir pisando entre los vidrios puntiagudos de este pavimento.
ResponderEliminarSalud
Ese camino, el de el dolor centenario que lleva al medio del sueño, solo puede recorrerse cuando uno ha bebido el delicioso jugo de los frutos y los ha hecho palabras en su corazón, porque es allí, en el medio del sueño donde tras andar a tientas, a veces clavándonos los vidrios del pavimento, llegaremos para depositarlas y guardarlas, allí, en el medio del sueño dónde las estrellas son su cobijo.
ResponderEliminarSin recorrer éste camino es muy difícil que las palabras digan lo que tienen que decir, serían infértiles.
Delicioso Francesc
Estimada Viajera mas lenta, celebro que te haya gustado el poema. Del sentir a la experiencia y así, un camino sobre suelos abrasivos hasta llegar al núcleo de los sueños.
ResponderEliminarSalud
¿Dónde debo buscar los otros mundos
ResponderEliminarque un día se escaparon de mis manos?
Un grito de muñones cirujanos
puso en la alondra cantos nauseabundos.
Todo mi amor duró sólo segundos,
juego de roces del dolor humanos,
dados al cielo en lengua de gusanos,
fértiles llanos de saber fecundos.
Todo salió de un cofre sin su dueño,
ciego tapiz de estrellas y gusanos,
jugo de voces sobre las que ando.
Puedes buscar conmigo en este sueño
que tengo sin idiomas. O, si quieres,
bien podemos hablar soneteando.
Abraham, te felicito. Sólo por tu soneto ya mereció la pena que escribiera este cobijo de las estrellas.
ResponderEliminarSalud