Albert Durero. Melancolía (grabado) 1514
Melancolía, una de las tres Estampas Maestras de Albrecht Dürer, está datada en 1514; probablemente Michelangelo Buonaroti ya la conocía unos meses antes de morir cuando escribió lo siguiente:
Estoy, como el tuétano del hueso, aprisionado, pobre, solitario, aguardiente embotellado. Una morada que semeja sepulcro me impide el vuelo, las arañas y sus hermanas tejen aquí su obra de oscuro polvo. Quienquiera que haya comido o tomado medicinas, caga delante de mi puerta. Yo aprendo a distinguir el olor de las distintas clases de orines en el desaguadero, la pestilencia de los locos, que aquí deambulan por las noches, de los gatos y de la carroña, de los orinales y de los cazos de la basura, quienquiera que tenga que vaciar esta clase de objetos viene a mi casa. Mi alma lleva, con todo, la mejor parte con relación a mi cuerpo, pues si ella percibiera todo esto, no podría soportar yo cosa alguna, ni pan ni queso. La tos y el frío me hacen estremecer; si pudiese respirar “profundo” , pronto dejaría de salir aliento de mi boca. estoy agotado, destrozado, quebrantado, por la multitud de preocupaciones y muerto han todos los mesoneros donde yo un tiempo comí. Mi alegría es la Melancolía, mi descanso los tormentos. El amor, las musas, las florecientes grutas, todo se ha ahogado en inmundicias. ¡De qué sirve el haber construido tantos muñecos, para acabar como quien, queriendo atravesar el Océano, se hunde en el pantano!
Esta desolación, amigos míos, embargó al más grande de los artistas.
d'aixó se'n diu ser realista. Vas creant art, bellesa, mentre el teu cos es degrada fins al final.
ResponderEliminara vueltas con el ni-hil...Dese un poco de tregua, ahora nos viene una campaña especulativa, a ver quien de todos lo va ha hacer mejor...ya verá lo que reiremos ¡¡¡
ResponderEliminarNo se andaba con falsos lirismos ni complacientes excusas ante lo que se le avecinaba. Admirable.
ResponderEliminarPor cierto, Francesc, esa melancolía de Durero la endilgué en mi blog, hace unso meses, creo que a cuenta de una entrada sobre Jünger.
No puedo sentir pena ni por Michelangelo ni por mí. Hace un tiempo se me fue, y cuanto más me compadezco de mí, me entiendo menos. Y me amo y me odio como si yo fuera el mundo entero.
ResponderEliminarUn abrazo mi querido Francesc.
Ps: Usted no necesita galardón ni altar, está por encima de ellos. Pero si yo fuera de los que otorgan el Nobel, votaría por usted. Y no me haga caso, ya sabe que soy la de todos los pecados y no es extranio que peque de exagerada; pero hay un lujo del que gozo y es que me he quedado CASI con las mejores casas para visitar por aquí, y sin obligación ni carreras. Vengo a vuestro sitio a disfrutar de lo bueno, porque lo bueno usted lo da, así se le multiplica y así deseo que se le multiplique. Lo digo por lo del espejo. Y trataré de no reiterarle más mi ahora de la nada devoción, no sea que quien observa le de por pensar que mis intenciones van por donde se le ocurre o se le ocurra (se equivocaría siempre)...pues yo no tengo intenciones. Las odio todas.
Andri Alba
La postura del grabado denota la típica melancolía (hoy llamada depresión), con la cabeza apoya en la mano izquierda en actitud pensativa, pero su cara tiene una expresión más de furia que de tristeza, que se desprende también del escrito, que es toda una protesta contra la situación que padece, en que la "Melancolía" (sus ensoñaciones) son su única alegría.
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo.
Sí, Puigcarbó, en Michelangelo era absolutament realista, cap fantasía ni cap emboirament, per això el seu art arriba a aquestes cotes tant altes.
ResponderEliminarSalut
Amigo Miquel, yo insisto, pero siempre al lado del buen humor,que no de la rabia.
ResponderEliminarSalud
Querida Amaltea, jamás Michelangelo se anduvo con lirismos, es un auténtico clásico. El grabado de Durero ya lo vi en tu blog y yo creo que lo había puesto también en otra ocasión, se trata de un icono de los más enigmáticos, parece que hay muchas interpretaciones de él, algunas verdaderamente esotéricas que al leerlas te dan ganas de apagar y marchar.
ResponderEliminarSalud
Mi estimada Andri, ocurre y no es cosa rara que nos embarga una ambivalencia de sentimientos, amamos y odiamos al mismo tiempo, el tiempo pasa y poco a poco vamos deslindando la compasión, el deseo, las ansias, la admiración y la melancolía, al final conocidos o no los lindes se forma un "totus revolutum" donde nos encontramos metidos y asi vamos medrando.
ResponderEliminarSalud
Amigo Carlos, melancolía, furia, tristeza y "otros trazados geométricos" parece que son aflicciones y desventuras que no cesan, que forman parte de la condición humana y del mismo modo que machacaron al gran artista, también hoy nos acompañan.
ResponderEliminarSalud
Desoladoras palabras las de Miguel Ángel, pero a esas alturas de su vida, ¿podían haber sido diferentes? Y eso de ver calificados como muñecos a su David o a su Moisés, por ejemplo, tremendo. "Vanitas vanitatis", Francesc, pensó tal vez l'amico Michelangelo.
ResponderEliminarSalud
Melancolía, plomo en el alma.
ResponderEliminarCaminaron y caminan bajo el signo de Saturno poetas, locos, visionarios, soñadores y alquimistas...
Estimado transcriptor, la calificación de "muñecos" que hace Michelangelo de su Moises, de su Pietà o de su David, es lo que más me ha turbado, para mí es un "choc" tremendo.
ResponderEliminarsalud
Amiga Clea, las palabras de Michelangelo son pura desesperación.
ResponderEliminarSalud