domingo, 18 de septiembre de 2011
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jo ni ho intento, m'acabaria barallant amb mi mateix.
ResponderEliminarMi estimado : Una de las preguntas que hacía cuando dirigía (lo he hecho en tres empresas) el departamento de personal, era : ¿ Ud. se casaría con ud mismo ?...Solo admitía el si o el no, obviando lo demás. Pocos se atrevían a decir no, pero quien lo decía estaba seguro de conocerse. Ese era un buen principio para empezar a trabar relación contractual. Por cierto, yo...tampoco. Salut
ResponderEliminarEstos griegos es lo que tenían, un concepto de la vida demasiado aventurero... Conocerse a uno mismo, ¡menuda bomba!
ResponderEliminarAmic Puigcarbó, hauriem de trencar tots els miralls, són un perill. ¿què és això de mirar-nos i descobrir aquesta figura esperpéntica?
ResponderEliminarSalut
Miquel, esto que dices és terrible, mira que casarse consigo mismo, divorcio a los tres días, y después ¿como arreglas los papeles?
ResponderEliminarSalud
Sir John, hay bombas que nos estallan delante de nuestras narices, cuando nos miramos al espejo.
ResponderEliminarRealmente los griegos eran unos aventureros, sus epopeyas son precisamente aventuras.
Salud amigo.
De verdad, eh!!!????
ResponderEliminarAmiga Andri, hay que tener cuidado con los espejos, los humanos nos vemos reflejados en ellos y podemos acabar aborreciéndonos al contrario que los dioses, por ejemplo Narciso, que al verse reflejado en las aguas del estanque se enamoró de sí mismo.
ResponderEliminarSalud