martes, 6 de septiembre de 2011
Marco Aurelio
Marco Aurelio era un estoico convencido.
La vida del hombre dura un instante y se parece en esencia a las aguas que corren. La sensación es oscura, los tejidos del cuerpo entero tienden a la descomposición, el alma es un trompo, su destino un enigma, el epílogo del hombre es confuso en fin. Lo que es del cuerpo, es una corriente, lo que al alma pertenece, es sueño y humo; la vida es una lucha y un viaje por un país extraño, la gloria póstuma, es el olvido.
¡El mundo un cambio incesante; la vida, un frenesí!
Lo dijo marco Aurelio en el siglo II.
En efecto, todo está en los clásicos.
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Y por eso nos producen esa extraña sensación de contemporaneidad, más viva aun que la de algunos contemporáneos de carne y hueso.
ResponderEliminarSalud
Qué belleza!!!
ResponderEliminarEstimado Transcriptor, la vigencia de los clásicos es debida a que nada ha cambiado, continuamos con los mismos anhelos, cuitas e inquinas que hace más de dos mil años, y aquello que dijeron entonces sirve para hoy.
ResponderEliminarNihil novum sub sole.
Un abrazo amigo Pedro.
salud
Andri, celebro que te guste el estoico de la cara cortada.
ResponderEliminarSalud
A la vista de la escultura, alguien debió partirle la cara por decir estas cosas.
ResponderEliminarJ. Aubert
¡El mundo un cambio incesante; la vida, un frenesí! Heráclito nos decía que : "todo fluye", o sea todo era un cambio constante...y Calderón , mucho tiempo después algo así como : ¡ qué es la vida, un frenesí, una ciencia, una ficción ¡¡¡ con lo consabido de los sueños...Marco Aurelio era un sabio. Salut
ResponderEliminarAmigo Miquel, hay paradojas inexplicables, Heráclito dice que todo fluye y sin embargo nos encontramos en el mismo sitio de siempre, en todo caso debe fluir hacia abajo.
ResponderEliminarSalud