Joan Miró
Litografía 1974
Faig del paisatge l’autobiografia
i amb les cançons em venen al record
antigues notes que van deixar una petja
i un clar dibuix a les hores cuir.
Des les capçades fins la vall abundosa
s’estén el llenç, que amb les concessions
i privilegis del temps passat, usurpen
el clar present i pinten el meu cel.
La murtra avara d’avui tot s’ho apropia,
cims i muntanyes grisenques de Giorgione,
el fullatge orfe dels arbres manieristes,
i les arquetes daurades de Bizanci.
Les caderneres imiten les tonades
de Liszt i Mahler i ben a prop del bosc
es desfà l’ombra sota les oliveres
en un marc gèlid de records i sandàlies.
Els passos fan a la terra abundosa
pelegrinatges de gravats coneguts,
xilografies que, impreses en paper
blau de Venècia, s’exposen als museus.
Les profecies de garrigues i cingles
fa temps que foren pintades als retaules,
van ser llavors, auguris de granit
que es proferien des del púlpit obscur.
Els daurats gòtics, els llenços florentins,
els angelets i les Venus jacents
que pudoroses al mirall s’oferien,
són el paisatge de la forma i la dada.
Els cims d’avui són un calc de feldspat
que, sota els raigs de sol, cremen amb
foc
dels capitells i murs dels edificis
de Brunelleschi a la riba de l’Arno.
Alineat dintre el seny, en un ordre
de perspectives que confonen rieres,
i olis flamencs, rau la bellesa oculta
i el mal negoci dels laberints ambigus.
Tot el paisatge és el retrat novell
pintat al fresc a les parets de l’ànima
i la natura és l’acte teatral
de les cançons de les joves de Mísia,
de les cariàtides i dels versos perduts
al mar Tirrè i de les melodies
a boca closa entonades de nit
sota lluernes íntimes d’art i rauxa.
I veig el savi que s’enfila al cloquer,
encara avui, a contemplar l’extens
camp de roselles! Alternativa exacta
del color roig dels olis de Tiziano,
Olis de Turner d’una tempesta encesa
són la imatge única que el meu magí
coneix
del mar incògnit, de l’illa de tenebres
i l’oceà que s’estén fins la nit.
Ocells i dones en el cel de Montroig
i un clar silenci de constel·lacions,
són les cançons que la natura imita
i el pensament les manté en la raó.
traducción
Del paisaje hago la
autobiografía
y me vienen al recuerdo las
notas
de las canciones antiguas
que dejaron
su huella marcada en las
horas de cuero.
Desde las copas de los
árboles hasta el valle ubérrimo
se extiende el lienzo que,
con las concesiones
y privilegios del tiempo
pasado, usurpan
el presente iluminando de mi
firmamento.
El mirto avaro de hoy se lo
apropia todo:
los cerros y las montañas
grises de Giorgione,
el follaje huérfano de los
árboles manieristas,
y los arcones dorados de
Bizancio.
Los jilgueros imitan las
tonadas
de Liszt y Mahler, y muy
cerca del bosque
se deshace la sombra bajo
los olivos
en un marco helado de
recuerdos y sandalias.
Los pasos hacen de la
tierra fértil
un peregrinaje de reconocidos
grabados,
xilografías que, impresas
en papel azul
de Venecia, se exponen en
los museos del mundo.
Las profecías del
sotobosque y la maleza
ya hace tiempo que fueron
pintadas en retablos,
fueron entonces, augurios
de granito
que se proferían desde el
púlpito oscuro.
Los dorados góticos, los
lienzos florentinos,
los angelotes y las Venus
yacentes
que pudorosas al espejo se
ofrecían,
son el paisaje de la forma
y el dato.
Las colinas de hoy son un
calco de feldespato
que, bajo la luz solar,
arden con el fuego
de los capiteles y de los muros
de los edificios
de Brunelleschi a la orilla
del Arno.
Alineado dentro de mi
mente, con el orden
de las perspectivas que
confunden los torrentes
y los óleos flamencos, yace
la belleza oculta
y el mal negocio de los
laberintos ambiguos.
Todo el paisaje es un
retrato novel
pintado al fresco sobre las
paredes del alma
y la naturaleza es el acto
teatral amenizado
con las canciones de las
jóvenes de Misia,
de las cariátides y de los
versos hundidos
en el mar Tirreno y de las
melodías
entonadas en la noche a
boca cerrada
bajo los candiles íntimos
del arte y el arrebato.
¡Y hoy, aún veo al sabio
que sube
al campanario para
contemplar el extenso
campo de amapolas!
Alternativa exacta
del color rojo de los óleos
de Tiziano.
Óleos de Turner de una
tempestad encendida
son la única imagen que mi
mente conoce
del mar incógnito, de la
isla de las tinieblas
y del océano que se
extiende hasta el confín de la noche.
Pájaros y mujeres en el
cielo de Montroig
y un claro silencio de
constelaciones,
son la música que la
naturaleza imita
y mi pensamiento las
mantiene en la razón.
Pájáros y mujeres, como si lo uno fuera el nexo de lo otro , el enlace...
ResponderEliminarMiquel, la unión del cielo con la tierra, el silencio de las constelaciones y el bullicio de la vida.
EliminarSalud
¡Quin bon gust!, deu ser pel rodatge.
ResponderEliminarsalut.
Amic Dapazzi, continuo amb la meva manía antiga, vaig buscant com ens influeix la bellesa.
Eliminarsalud
El verdadero misterio del mundo es lo visible,no lo invisible.La muerte y la vulgaridad son las dos únicas realidades que no se pueden explicar.
ResponderEliminarMuchos creen que la belleza es sólo superficial(...).Pero no es tan superficial como el pensamiento que todo lo puede desformar.
Preciosa poesía!
Feliz miércoles Francesc.
Amiga Bertha, el verdadero misterio es lo visible, yo creo que no hay otro. Sólo aspiro a poder entender la realidad y mi dependencia de la materia. Y repito lo que dice mi escritor preferido: la piel es lo más profundo que tiene el ser humano.
EliminarSalud
Al leerte te he visto paseando por el cuadro de tu vida, realidad y arte y todo lleno de música y belleza. La realidad del arte y el arte que hay en lo experimentado. Un poema precioso Francesc, gracias!!
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga Tati, no es otra cosa que ir contemplando la naturaleza con la artificial visión que me ha dado mi amor por el arte. Al final, dentro de mi mirada, no hay otra cosa que una constatación de que la naturaleza imita al arte.
EliminarCelebro que te haya gustado. Un abrazo.
Te leo y veo en tí al poeta latino - pongamos que hablo de Lucrecio- que se arroba ante la magnificencia que regala a los ojos -de quienes saben mirar- los prodigios que se levantan con cada salida del Sol.
ResponderEliminarAbrazo
Querida Amaltea, ¿es que cacaso sabías que en este momento estoy leyendo "La naturaleza de las cosas"? del mismísimo Lucrecio.
EliminarSí, amiga mía, levantarse y contemplar el prodigio de la naturaleza y su afán obstinado por ir imitando el arte.
Salud