martes, 21 de enero de 2014

Faig del paisatge...



 Joan Miró
Litografía 1974


Faig del paisatge l’autobiografia
i amb les cançons em venen al record
antigues notes que van deixar una petja
i un clar dibuix a les hores cuir.

Des les capçades fins la vall abundosa
s’estén el llenç, que amb les concessions
i privilegis del temps passat, usurpen
el clar present i pinten el meu cel.

La murtra avara d’avui tot s’ho apropia,
cims i muntanyes grisenques de Giorgione,
el fullatge orfe dels arbres manieristes,
i les arquetes daurades de Bizanci.

Les caderneres imiten les tonades
de Liszt i Mahler i ben a prop del bosc
es desfà l’ombra sota les oliveres
en un marc gèlid de records i sandàlies.

Els passos fan a la terra abundosa
pelegrinatges de gravats coneguts,
xilografies que, impreses en paper
blau de Venècia, s’exposen als museus.

Les profecies de garrigues i cingles
fa temps que foren pintades als retaules,
van ser llavors, auguris de granit
que es proferien des del púlpit obscur.

Els daurats gòtics, els llenços florentins,
els angelets i les Venus jacents
que pudoroses al mirall s’oferien,
són el paisatge de la forma i la dada.

Els cims d’avui són un calc de feldspat
que, sota els raigs de sol, cremen amb foc
dels capitells i murs dels edificis
de Brunelleschi a la riba de l’Arno.

Alineat dintre el seny, en un ordre
de perspectives que confonen rieres,
i olis flamencs, rau la bellesa oculta
i el mal negoci dels laberints ambigus.

Tot el paisatge és el retrat novell
pintat al fresc a les parets de l’ànima
i la natura és l’acte teatral
de les cançons de les joves de Mísia,

de les cariàtides i dels versos perduts
al mar Tirrè i de les melodies
a boca closa entonades de nit
sota lluernes íntimes d’art i rauxa.

I veig el savi que s’enfila al cloquer,
encara avui, a contemplar l’extens
camp de roselles! Alternativa exacta
del color roig dels olis de Tiziano,

Olis de Turner d’una tempesta encesa
són la imatge única que el meu magí coneix
del mar incògnit, de l’illa de tenebres
i l’oceà que s’estén fins la nit.

Ocells i dones en el cel de Montroig
i un clar silenci de constel·lacions,
són les cançons que la natura imita
i el pensament les manté en la raó.
 
traducción


Del paisaje hago la autobiografía
y me vienen al recuerdo las notas
de las canciones antiguas que dejaron
su huella marcada en las horas de cuero.

Desde las copas de los árboles hasta el valle ubérrimo
se extiende el lienzo que, con las concesiones
y privilegios del tiempo pasado, usurpan
el presente iluminando de mi firmamento.

El mirto avaro de hoy se lo apropia todo:
los cerros y las montañas grises de Giorgione,
el follaje huérfano de los árboles manieristas,
y los arcones dorados de Bizancio.

Los jilgueros imitan las tonadas
de Liszt y Mahler, y muy cerca del bosque
se deshace la sombra bajo los olivos
en un marco helado de recuerdos y sandalias.

Los pasos hacen de la tierra fértil
un peregrinaje de reconocidos grabados,
xilografías que, impresas en papel azul
de Venecia, se exponen en los museos del mundo.

Las profecías del sotobosque y la maleza
ya hace tiempo que fueron pintadas en retablos,
fueron entonces, augurios de granito
que se proferían desde el púlpito oscuro.

Los dorados góticos, los lienzos florentinos,
los angelotes y las Venus yacentes
que pudorosas al espejo se ofrecían,
son el paisaje de la forma y el dato.

Las colinas de hoy son un calco de feldespato
que, bajo la luz solar, arden con el fuego
de los capiteles y de los muros de los edificios
de Brunelleschi a la orilla del Arno.

Alineado dentro de mi mente, con el orden
de las perspectivas que confunden los torrentes
y los óleos flamencos, yace la belleza oculta
y el mal negocio de los laberintos ambiguos.

Todo el paisaje es un retrato novel
pintado al fresco sobre las paredes del alma
y la naturaleza es el acto teatral amenizado
con las canciones de las jóvenes de Misia,

de las cariátides y de los versos hundidos
en el mar Tirreno y de las melodías
entonadas en la noche a boca cerrada
bajo los candiles íntimos del arte y el arrebato.

¡Y hoy, aún veo al sabio que sube
al campanario para contemplar el extenso
campo de amapolas! Alternativa exacta
del color rojo de los óleos de Tiziano.

Óleos de Turner de una tempestad encendida
son la única imagen que mi mente conoce
del mar incógnito, de la isla de las tinieblas
y del océano que se extiende hasta el confín de la noche.

Pájaros y mujeres en el cielo de Montroig
y un claro silencio de constelaciones,
son la música que la naturaleza imita
y mi pensamiento las mantiene en la razón.

10 comentarios:

  1. Pájáros y mujeres, como si lo uno fuera el nexo de lo otro , el enlace...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Miquel, la unión del cielo con la tierra, el silencio de las constelaciones y el bullicio de la vida.
      Salud

      Eliminar
  2. ¡Quin bon gust!, deu ser pel rodatge.
    salut.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amic Dapazzi, continuo amb la meva manía antiga, vaig buscant com ens influeix la bellesa.
      salud

      Eliminar
  3. El verdadero misterio del mundo es lo visible,no lo invisible.La muerte y la vulgaridad son las dos únicas realidades que no se pueden explicar.

    Muchos creen que la belleza es sólo superficial(...).Pero no es tan superficial como el pensamiento que todo lo puede desformar.

    Preciosa poesía!

    Feliz miércoles Francesc.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amiga Bertha, el verdadero misterio es lo visible, yo creo que no hay otro. Sólo aspiro a poder entender la realidad y mi dependencia de la materia. Y repito lo que dice mi escritor preferido: la piel es lo más profundo que tiene el ser humano.
      Salud

      Eliminar
  4. Al leerte te he visto paseando por el cuadro de tu vida, realidad y arte y todo lleno de música y belleza. La realidad del arte y el arte que hay en lo experimentado. Un poema precioso Francesc, gracias!!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amiga Tati, no es otra cosa que ir contemplando la naturaleza con la artificial visión que me ha dado mi amor por el arte. Al final, dentro de mi mirada, no hay otra cosa que una constatación de que la naturaleza imita al arte.
      Celebro que te haya gustado. Un abrazo.

      Eliminar
  5. Te leo y veo en tí al poeta latino - pongamos que hablo de Lucrecio- que se arroba ante la magnificencia que regala a los ojos -de quienes saben mirar- los prodigios que se levantan con cada salida del Sol.
    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Amaltea, ¿es que cacaso sabías que en este momento estoy leyendo "La naturaleza de las cosas"? del mismísimo Lucrecio.
      Sí, amiga mía, levantarse y contemplar el prodigio de la naturaleza y su afán obstinado por ir imitando el arte.
      Salud

      Eliminar