Tablilla rota de arcilla. Museo de Asurbanipal
La cosa está clara, cierran la librería porque no se venden libros y el negocio no funciona. Abren un MacDonald's por que se consume mucha comida-mierda y el negocio funciona.
La cosa esta clara, un pueblo que no lee y que come mierda, un pueblo que, con este alimento, después vota y tiene el gobierno que merece.
un pueblo que come mierda...vota mierda.
ResponderEliminar"Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto y ... ni en España hay locos. Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo."
ResponderEliminar¿cuándo si no es ahora?
La mierda ya es una dinastía.
siempre un placer leerte
salud
si, Francesc, esta casta de políticos y su mayoría absoluta nos va a enviar a todos al fondo del abismo.
ResponderEliminarUn saludo
Si, Francesc... esta casta de políticos corruptos y ladrones nos va a llevar al abismo, amparados en su mayoría absoluta.
ResponderEliminarUn saludo
Es imposible no estar de acuerdo con tus palabras. Triste destino el de un pueblo que no lee y le gusta la mierda. Eso será lo único que tendrá toda su vida.
ResponderEliminarSalud.
Bravo, Francesc.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Bravo, Francesc.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Una pena. Y muy bien el post
ResponderEliminarLa mierda nos envuelve de tal manera que la acabamos recibiendo por todas partes.
ResponderEliminarHa dado usted en el clavo, señor Cornadó.
Un saludo.
Muy lamentable.
ResponderEliminarUn Saludo.
No lo podías haber dicho mejor. Cada vez que cierra una de las viejas librerías, de las de toda la vida, me entristezco.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo más abominable del asunto es que el cambio tiene el valor de símbolo de nuestro tiempo. Un estableciemiento de comida rápida, industrial y clónico de otros miles repartidos por el planeta.
ResponderEliminarLa civilización del siglo XXI refleja la universalidad del consumo, breve y volátil como engullir una hamburguesa.
Una escenificación perfecta de que lo demorado, reflexivo, la contemplación ensimismada, el placer de actividades no lucrativas está en franca retirada.
Un abrazo
Hemos perdido la brújula y ya se van perdiendo las exquisiteces, en el buen sentido de la palabra.No me refiero a cosas caras, inalcanzables, me refiero, a darle tiempo a nuestro cuerpo para gozar de una comida sosega con una buena conversación y el disfrute de una lectura en nuestros momentos de calma.Este es el precio de la globalización.Que pena: nos estamos embruteciendo...
ResponderEliminarSaludos.
som el que mengem i on comprem.
ResponderEliminarqué asco y qué tristeza
ResponderEliminar