Una pachanga arquitectónica
En el margen derecho de este blog ya lo digo: estoy convencido de que
la arquitectura debe estar al servicio del hombre.
La arquitectura bien
hecha, ha de servir para procurar un habitat
digno a todo ciudadano y además, como una de las bellas artes que es, debe
configurar nuestro conocimiento estético y expresar el signo del tiempo en que ha
sido construida.
Pero también es cierto que la arquitectura, constantemente y en casi todos los periodos de la historia, ha sido una herramienta en manos del poder. Algunos dicen que esta es una manera de expresar el signo de su tiempo, naturalmente será el signo del poder de su tiempo.
Antes de esta maldita crisis, en los años de la ostentación, se construyeron muchos disparates arquitectónicos, aquella arquitectura expresó el lujo y la presunción, obras que se levantaban sólo para satisfacer la vanidad y bolsillos de los gobernantes, de los poderosos y de los arquitectos mediáticos de "campanillas". Ni que decir tiene, que también se levantaban para generar plusvalías más o menos fraudulentas y para crear bolsas de especulación y de corrupción. Este fue el signo de aquellos tiempos que ahora nos toca sufrir.
Aquellas obras ostentosas se construían con una normativa que exigía sobredimensionados en las instalaciones y en las estructuras y que, justificadas por la seguridad y el confort, obligaban al diseño de unos edificios carísimos que tuvimos que pagar. Parece que de aquella lección se haya aprendido poco, pues la normativa de entonces continúa vigente. Una reglamentación que parece obligarnos a comer caviar todos los días.
¿Por qué tenemos normas de un país rico siendo, como somos, un país pobre; un país empobrecido?
"Normas" Fosters ¡¡¡¡
ResponderEliminarMuy bien Miquel, normas presuntuosas.
EliminarSalud
Como en todas las manifestaciones estéticas, artísticas y culturales, como la literatura, la música, la pintura o el cine, la función es múltiple: un instrumento del poder faraónico o absolutista/ propagandístico, etc.; una obra de arte para deleitarse (el arte por el arte); una herramienta para hacer más feliz a las personas (mentalidad de la Ilustración); un negocio de unos cuantos canallas (capitalismo puro y duro, del peor); una manera de esquilmar al contribuyente si, como en los caso que comentas, todo sale del dinero público (sinvergonzonería política sin ideología)...
ResponderEliminarEn fin, para no parar.
Si por lo menos nos quedara el consuelo de que hablamos de obras con un sentido de calidad estética y de perdurabilidad en el tiempo, como las pirámides... Algo de consuelo tendríamos.
Un saludo.
Cayetano, coincido en que cualquier manifestación artística puede contener elementos réprobos y malvados de propaganda, de manierismo, mirándose el ombligo, de moralismo, de especulación económica, como instrumento de enagenación o estafa, etc. El arte, como otras formas de expresión humana puede utilizarse de forma perversa, pero vamos a quedarnos con aquellas obras que han supuesto un acercamiento a la belleza o una trascendencia en la expresión humana. A parte de todo esto, que es válido para la arquitectura, debo decir, sin embargo, que ésta mueve mucho dinero y mucha significación política y electoralista y los políticos se valen de su "competencia" para dictar normas e influir en el proceso propagandístico y económico. Mientras tanto nos toca a todos apechugar con una normas que nos cuestan mucho dinero.
EliminarSalud
Contestando a la pregunta que dejas diré: Porque la incoherencia se ha convertido en seña de identidad en este tiempo en el cual vivimos.
ResponderEliminarEmpezamos a ver como cada vez más de esos magestuosos proyectos, que pretendieron ser iconos de un lugar y un tiempo, se hallan abandonados, víctimas de su incoherencia.
Sí Desastre manifiesto, la incoherencia en el caso de la arquitectura tiene un precio muy elevado.
EliminarEstos iconos arquitectónicos se han convertido en los monstruos de la era de la ostentación, su mantenimiento es carísimo, lo cual acelerará su decrepitud.
Salud
No puedo estar más de acuerdo.
ResponderEliminarYo creo, respondiendo a tu pregunta, que los países son pobres precisamente por eso, porque son los ricos los que imponen las normas.
Salud!
Amigo Loam, esto de las normas funciona como un embudo, voy a explicarme: todas las administraciones públicas tienen capacidad normativa y esta capacidad la ejercen, de esta forma muestran cuanto mandan. Resulta que cuando una administración local redacta una norma lo hace en el sentido más restrictivo que una administración regional pues no puede hacerla más ámplia ya que no tiene facultad para hacer la manga más ancha que la del rango superior; cuando una administración regional redacta su norma ésta será más restrictiva que la norma estatal. De manera que una norma redactada por el nivel más alto de la administración se va haciendo más restrictiva a medida que vamos bajando y así lo que el ministerio permite, lo estrecha la autonomía y después viene el ayuntamiento y todavía lo estrecha más. Total que tenemos que pasar por el tubo más estrecho. Te diré que al hacer un proyecto te vuelves loco.
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No se puede decir mejor. La sobreabundancia de normas, reglamentos, ordenanzas y leyes en las que la ambigüedad alimenta todo tipo de absurdas y contradictorias actuaciones. El resultado es más burocracia y confusión para mejor entorpecer la vida ciudadana.
ResponderEliminarQuerida Amaltea, las normas las hacen los que mandan y como que hay muchos que mandan resulta que hay muchas normas; las normas las hecen unas administraciones que son absurdas, ambiguas y contradictorias y lo que hacen tienen estas mismas características, y tu ya lo dices bien, el resultado de todo esto es burocracia y confusión y esto se traduce en un coste excesivo que nos toca pagar.
EliminarSalud
Francesc, no se si tiene algún parecido tu estupendo artículo con un reportaje que vi el otro día. Tu final es que hemos edificado bonito o fatal según los gustos en un país pobre con edificios ricos (por lo menos de dinero)
ResponderEliminarEl reportaje trataba de la riqueza que hay entre las callejuelas de pueblos y ciudades de la India. En realidad era increíble ver al cámara andar entre cerdos comiendo las basuras de la calle, incluso de las cloacas al aire libre. Y entre estas callejuelas una casa de algún rico. Sin olvidarme que muchos talleres de joyería o tiendas de ropa cara, entre mendigos....
Amic Josep, en este blog ya he denunciado en muchas ocasiones el despilfarro y el uso ostentoso que se hace de la arquitectura, esto es algo que he detestado siempre, lo he dicho en diversos foros y no me canso de repetir.
EliminarAqui puedes leer una crítica de los concursos de arquitectura
http://francesccornado.blogspot.com/2010/04/projectes-sota-la-llum-de-les-halogenes.html
Sobre el cariz que esta tomando la arquitectura
http://francesccornado.blogspot.com/2010/06/quan-larquitectura-canvia-didioma.html
Sobre personalismos y vanidades
http://francesccornado.blogspot.com/2010/07/edificis-amb-cognom.html
Una reflexión
http://francesccornado.blogspot.com/2011/06/balcones.html
Lo que nos cuestan las arbitrariedades de ciertos arquitectos o políticos
http://francesccornado.blogspot.com/2011/10/memez-y-notoriedad.html
Insisto
http://francesccornado.blogspot.com/2011/10/arquitectura-sentimiento.html
Sobre los postizos en las fachadas
http://francesccornado.blogspot.com.es/2012/07/la-hojalata-de-toyo-ito.html
Sobre edificios singulares
http://francesccornado.blogspot.com.es/2012/11/edificios-cuatro-vientos.html
No me cansaré
Salud
Técnicamente se denomina manías de grandeza. Hay algún ejemplo especialmente desbocado por ahí... Cada país escoge, quizá, su propio reflejo para representarle. Abrazos.
ResponderEliminarQuerida Salomé, aires de grandeza, vanidad del arquitecto o del político de turno y en definitiva unos edificios que pagamos entre todos.
EliminarSalud
tal vez una malformación de aquello que "hay que serlo, o por lo menos parecerlo"
ResponderEliminarsalut amic
Sí amigo Omar, el caso es demostrar que mandan y para ello redactan normas y también las redactan en ocasiones para favorecer algunos intereses. Que conste que soy de la opinión de que deben existir normas: para asegurar el buen construir, la solidez, la funcionalidad... pero hay que ser cauto, racional y austero pues pecar en algo de estos aspectos nos cuesta muy caro.
EliminarSalud
El comentario de enletrasarte me gustó.
EliminarSaludo.
Andri Alba
Querida Andri, los comentarios del amigo y admirado poeta Omar, siempre son muy sustanciosos.
EliminarSalud
Les coses estenen de fer com la Sagrada familia, poc a poc i quan hi han diners. Les preses don sospitoses i els preus tant desorbitats mes.
ResponderEliminarSalut
Genetticca, posa qualsevol altre exemple, però no em diguis res de la Sagrada Familia, cal recordar que les obres de la Sagrada Familia s'estan fent sense llicència, mai no han demanat permís i que s'estàn fent sense el projecte original.
EliminarSalut
Genetticca, jo també soc de l'opinió que les presses poden tenir males conseqüències.
EliminarSalut
El ego de los poderosos no tiene freno cuando el pueblo no tiene libertad ni cultura para lograr una democracia en la que pueda oírse su voz que le es robada con su voto.
ResponderEliminarSi a esto le sumamos que todo se hace con dinero del ciudadano y que hay arquitectos que se prestan al juego por ganar "prestigio" aún a costa de permitir que se hagan chapuzas, tenemos el cuadro completo del desastre y despilfarro pasado en los últimos años.
Salud.
Carlos, estoy de acuerdo con lo que dices, faltaría más. Pero que se queden quietos, que no fastidien con tanta norma y dejen de poner palos en las ruedas, que nos compliquen la vida.
Eliminarsalud
I do, no ho sabia. El meu exemple pero, es refería a la lentitud, volia dir que les coses que es fan a presa acaben sent una mer....
ResponderEliminarSalut