Fueron siglos oscuros. El hambre y la miseria
se extendieron por los pueblos y las ciudades fueron reducidas a pequeños
villorrios. El arte cayó en un profundo abismo donde no había voluntad -voluntad de arte.
A la búsqueda de una trascendencia extra-física,
el arte descendió del púlpito al subsuelo. Los artistas románicos, o mejor
dicho los artesanos, quisieron expresar miedos, mensajes y sermones; para ello
pintaron martirologios y Pantocrators o esculpieron capiteles delirantes y
desproporcionados. La forma se puso al servicio de los símbolos y desapareció
engullida por la superstición.
Románicos primero y góticos después
llenaron las toscas arquitecturas con murales y retablos de colorines o con
maderas doradas, con arquetas repujadas, con vírgenes de cabezas grandes y rostros
inexpresivos.
Sobre las superficies de los muros pesados y de las bóvedas de cañón aparecieron, como si de calcomanías se tratara, un sinfín de ángeles y demonios, de figuras hieráticas, de representaciones de martirios y de santos de manos y caras planas.
Sobre las superficies de los muros pesados y de las bóvedas de cañón aparecieron, como si de calcomanías se tratara, un sinfín de ángeles y demonios, de figuras hieráticas, de representaciones de martirios y de santos de manos y caras planas.
El arte de la Edad Media carece de voluntad
estética. Desde el pre-románico hasta el gótico no encontramos más que el sometimiento
de la forma, el servilismo de la belleza y la servidumbre de la creación
artística.
El embeleso y el papanatismo que hoy se
manifiesta ante los estilos bárbaros provienen sin duda del afán de buscar
asunto donde no hay más que sermón. Pero es peor aun, deducir conclusiones
simbólicas y moralinas donde sólo debiera de existir la manifestación de la
belleza o la comunicación estética, que esto es el arte.
Se estaban gestando las luces del Renacimiento. La geografía sentimental del Románico está plagada de leyendas que no son oscuras. Era época también de disensión y herejía, y esto al arte le conviene. Impecable reflexión de todas maneras, teñida por el profundo conocimiento de la historia y de la arquitectura. Gracias, señor Cornadó.
ResponderEliminarAmigo Manuel Marcos. Faltó la Kunstwollen que dicen los historiadores alemanes. Tuvo que llegar el quattrocento con Piero della Francesca, Donatello, Masacio, Boticelli y el dolce stil nuovo de Petrarca para decir que la belleza constituía columna central que soportaba el entramado del arte.
EliminarSalud
Los colorines, como tú dices, las representaciones más o menos toscas y simbólicas, cumplían la función de aleccionar al común de la gente, en su mayoría analfabeta, en las enseñanzas cristianas. El arte estaba sometido a una exclusiva visión religiosa.Para los que construían y coloreaban, la belleza ¿Che chos'è?
ResponderEliminarQué bien te explicas.
Querida Amaltea, con colorines es como también enseñan a los párvulos, les enseñan psicomotricidad, el nombre de las cosas y les enseñan también quien es el que manda, las representaciones del arte bárbaro de la Edad Media persiguen una finalidad didáctica, adoctrinamiento, persiguen infundir miedo, sierviendo de telón de fondo de los sermones lanzados desde el púlpito y no tenía, este arte, ninguna voluntad de comunicación estética.
Eliminar"les choses étaient ainsi"
Salud
Soc nou per aquí, però si m’ho permets en mes de una ocasió em deixaré caure.
ResponderEliminarFas be es distingir l’artista del artesà. Solen ser dues entitats diferents i no obstant, quasi sempre es classifiquen en el mateix grup. La creació per necessitat pròpia es una i aquella que està sotmesa a la voluntat del que paga, es un altre. Crec.
Una abraçada
Benvingut Jan, agraixo molt la teva visita. Es freqüent la confusió dels valors de les paraules això que passa amb artesà-artista, passa amb altres coses:
Eliminarfutbol-esport, espavilat-intel·ligent, trepa-tenaç, etc.
Salut
es que volvemos a estar en tiempos de bárbaros, Francesc.
ResponderEliminarAmic Puigcarbó, passen els anys i la barbarie es perfecciona.
EliminarSalut
Cuánta lucidez mi queridod Francesc, es un placer y und hermoso ejercicio intelectual leerte.
ResponderEliminarmuchos saludos desde Guayaquil,
fer
Gracias Fefi, el placer es mútuo, a mí me encantan tus versos desde Guayaquil.
EliminarNos leemos
Salud
Francesc, yo he pasado horas en San Martín de Frómista y en San Isidoro de León, me encanta el románico precisamente por su falta de adornos. Hoy nos permite conocer que en aquella época oscurantista, a la incapacidad de leer y escribir se le sumaban los temores, el apocalipsis y las oscuras venganzas.
ResponderEliminarSalud y feliz semana
Querida Loli, yo tengo vínculos familiares con esas tierras de León. Interesantísimo, desde el punto de vista histórico, San Isidoro de León donde he podido acceder a algunos espacios y a la biblioteca gracias a estos vínculos familiares que he dicho.
ResponderEliminarSalud