Largo soy como dos millones de microbios ordinarios
y ordinario como seis millones de hombres.
Estoy a mitad de camino entre la estrella y el átomo
y puedo reventar un átomo para hacer volar todo esto
por los aires, hasta más allá de las estrellas.
viernes, 20 de abril de 2012
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Cabrón ¡¡¡¡ es esta una de las mejores y más infames paradojas a las que me han sometido ¡¡¡
ResponderEliminarCago en todo....es que es muy buena ¡ Salut
Te he enviado otro correo, y no ha salido....muy buena entrada ..muy buena...muy buena...muy buena............¡ canalla ¡
ResponderEliminarGracias, Miquel, hay paradojas chocantes.
EliminarA veces entre la maraña de microbios y de seres humanos se pierden los correos y las comunicaciones. Yo te mandé un correo sobre la localización de la arquitectura iluminista y tampoco veo que haya llegado a destino.
Salud
un eje filosófico difícil de tener oposición, es que uno cuando transita los alambres del hueco de la incertidumbre, se siente poca cosa
ResponderEliminarsalut amic
Amigo Omar, cuando nos encontramos con los pies puestos sobre un suelo que debajo tiene quilometros de masa desconocida y sobre nuestras cabezas hay tanto polvo de estrellas, no podemos sino rendirnos a la incertidumbre.
EliminarSalud
Quizá el problema sea, fundamentalmente, que el hombre no tiene muy claras las medidas... Abrazos.
ResponderEliminarLa cinta métrica que usamos es muy corta.
EliminarSalud
Tengo un lio enorme con esto de las entradas y salidas del nuevo google ¡¡ envíame otra vez lo de los iluministas , creo que se ha borrado parte de los correos ¡¡¡ salut
ResponderEliminarTe lo envio por correo electrónico.
EliminarSalud
Punzante poema, de esos que piden leerse en voz alta para vibrarse más en él.. rabiando y rindiéndose...
ResponderEliminarQuerida Mareva. Es una cuestión de ir repasando, las potencias de diez.
EliminarSalud
Tdo un pensamiento, toda una posibilidad, toda una verdad, pero si en verdad es tan ordinario como seis mil millones de hombres, nunca reventará un átomo, porque su empatía con sus semejantes se lo impedirá.
ResponderEliminarUn saludo, y un abrazo.
Muy bien Carlos, tu reflexión es de segundo o tercer grado, en efecto siendo tan ordinario sólo puedo aspirar a la dulce, feliz y eficaz mediocridad, siendo así jamás podré reventar un átomo, que eso es cosa mala, sólo al alcance de los que son más que los demás.
EliminarUn abrazo mi querido amigo.
Salud
...polvo de estrellas o solamente polvoriento polvo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Javier, ocurre que nosotros que somos tan poquita cosa tenemos ánsias de transcendencia y a lo que es un verdadero polvoriento polvo, nos da por llamarle polvo de estrellas, menuda vanidad.
EliminarSalud
Ya lo está haciendo aunque sólo sea en la tierra, algo ínfimo en comparación con el universo.
ResponderEliminarLa tremenda venidad, como bien dices.
Salud
Sí, Isabel, sí, el hombre se empeña en ir reventar todo lo que se le pone por delante.
ResponderEliminarSalud
Magnífico análisis sobre la construcción de los templos góticos, además de muy aprovechables para las clases. Con tu permiso, lo guardo para poder utilizarlo. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos.
ResponderEliminarAmigo Paco, me halaga el hecho que puedas utilizar mis textos para tus clases.
EliminarSupongo que te refieres al "post" referente a la construcción de una catedral gótica.
Salud