Lucio Fontana. Concetto Spaziale, Attesa (1949)
Para que su eficacia sea mortal de necesidad,
la afilada hoja de la herramienta
debe tener una hendidura no muy honda.
la afilada hoja de la herramienta
debe tener una hendidura no muy honda.
La puede tener la hoja del sable robusto,
también el alfanje curvado, y la daga,
la gumia del moro, la cimitarra plateada
y el puñal del traidor, ya que lo admiten,
con facilidad, la anchura de sus aceros.
La hendidura deja pasar un hilo de aire
al corazón de la herida y como un aliento,
el oxígeno provoca una necrosis
que corrompe los tejidos poco a poco
y entonces, tu carne se va deshaciendo
en purulenta y mórbida gangrena.
también el alfanje curvado, y la daga,
la gumia del moro, la cimitarra plateada
y el puñal del traidor, ya que lo admiten,
con facilidad, la anchura de sus aceros.
La hendidura deja pasar un hilo de aire
al corazón de la herida y como un aliento,
el oxígeno provoca una necrosis
que corrompe los tejidos poco a poco
y entonces, tu carne se va deshaciendo
en purulenta y mórbida gangrena.
Traducción del poema Fenedura, de Eines del tall
DOBLE TALL
Francesc Cornadó
Muy bueno, señor Cornadó. Esa minuciosidad en el detalle inesperado, esa manera de dar lirismo a elementos aparentemente prosaicos. Qué plasticidad truculenta en la descripción de arma y herida. Qué modo de fundir texto instructivo y poesía. Pieza muy original (lo cual no es un mérito en sí mismo) y extraordinariamente bien resuelta (lo cual sí es un mérito, enorme).
ResponderEliminarMe ha encantado.
Único matiz: no sé si mis oídos acaban de asimilar bien la paronomasia "hendidura no muy honda". No se preocupe, tengo un oído quisquilloso. Y el poeta es usted. Así que lo digo desde mi ignorancia.
Abrazos.
Celebro, amigo Ivan, que le haya gustado.
EliminarPercibí y soy consciente de la paronomasia, también ocurría en el original en catalán "fenedura no molt fonda" quise modificarlo, después, sin embargo, me pareció que la poca hondura de la hendidura era como la huella de un "ir pasando el dedo" como si se tratara de una caricia repetida sobre un acero de Damasco.
Salud
Muy beuno, amigo Cornadó...my bueno
ResponderEliminarGracias Miquel, este es uno de mis poemas lacerantes.
EliminarSalud.
eres un exquisito, un detallista, un gran decidor (permítaseme el término),
ResponderEliminarme deleité,
aún cuando quisiera leeros sobre el filo de la lengua, pucha, que corta y abre heridas
un abrazo mi buen amigo
Gracias Omar, lo del detalle me viene de mi práctica profesional, a veces se cae en un exceso de "objetualidad".
EliminarSalud
Eso es lo más terrible, que la herida es, en apariencia, superficial. Nadie diría que los daños internos son irreparables, y crecen día a día. Abrazos.
ResponderEliminarEstimada Guadalupe,este poema está contenido en mi libro DOBLE TALL, en este blog ya he puesto alguna traducción de los poemas.
ResponderEliminarSalud
Hay hendiduras casi superficiales que causan verdaderos estragos , son esa que llamamos tragedias, que no son sino un simulacro de llagas muy hondas que no se ven a simple vista.
ResponderEliminarEstoy navegando por Doble Tall con el aliento contenido, disfrutando para mi capote de estas imágenes teñidas de un sabor antiguo y eterno.
Salud.
Amigo Manuel, y cuando la hendidura se encuentra en la hoja de la herramienta provoca un desastre anatómico que resulta mortal.
EliminarTe agradezco la lectura de Doble Tall, lo que encuentras en el blog son traducciones.
Salud