“Luz, más luz” exclamaba Goethe en su hora suprema.
Luz es lo que presiente el ser humano
cuando está atado a las paredes de la caverna de Platón. La luz es un presentimiento.
Las sombras pasan y pasan. En la oscuridad oímos el chirriar del eje de la noria del tiempo. Esa rueda que no cesa y que las Horas, Eirene, Dice y Eunomia, hijas de Zeus, la van moviendo.
¡Clepsidra eterna! ¡Giro eterno de las esferas amigas!
Todos continuamos en la caverna de Platón y las hijas de Zeus nos observan mientras mueven la rueda. Allí atados en las paredes, las sombras son la conciencia de que al final todo acaba en una sombra profunda.
(Por cierto, tengo una vecina, reconocidísima y extraordinaria poeta, que quiere matar a Platón)
Oscuridad y transcurso de las estaciones del año. No me extrañaría que Demócrito, aquel matemático presocrático que nos hablaba de las partículas mientras paseaba por la orilla del río Nestos, sintiera la oscuridad profunda que se encierra en la naturaleza.
Yo añadiría que la oscuridad de las partículas es la misma que la que hallamos en un cuerpo enamorado. Con mi ironía, mi escepticismo y mi humor un poco rabioso, permitidme que pase de las sombras de las partículas a las sombras del universo.
Parece ser, según los cálculos recientes, que la materia bariónica, que es la luminosa, sólo constituye el 4% de la masa del universo. El resto, el 96%, es oscuridad. Este 96% se reparte entre un 73% que es energía oscura y un 23% que es materia oscura.
Con estos porcentajes no es de extrañar que la historia de los pueblos, la barbarie, la indigencia intelectual, el odio, las venganzas y la condición humana sean lo que son: pura oscuridad.
De todas maneras, siempre llega el momento de relativizarlo todo, o de poetizar sobre ello, que son las formas más inteligentes que posee el ser humano y que le permiten enfrentarse a la realidad ya sea luminosa o negra como el carbón.
El universo es muy oscuro y está muy vacío. Lo que predomina es la distancia. Y aquí no tenemos manera de que la gente se separe un poco en los bares y en el transporte público.
ResponderEliminarSaludos.
Estamos entre las sombras del universo y no hay manera de que la gente aparte su sombra de nosotros, siempre juntos, pegados, formando aglomeraciones contagiosas.
EliminarSaludos
Tras esta lectura realmente enriquecedora, me ha venido a la memoria una frase del autor de La conjuntura de los necios; puso en boca de Ignatius, el protagonista, aquello de "ver las cosas desde la perspectiva de un túnel de metro".
ResponderEliminarÉs una frase que no he podido borrarla de mi memoria porque me sucede algo parecido.
Un abrazo
Sí Miquel, cuando he mirado el túnel del metro siempre he sospechado que un fuerte olor a metano invadiría los convoyes y los andenes.
EliminarSalud
Poetizar me parece bien y yo estoy con tu vecina me cargaría a muchos filósofos: pero ya ellos están en otra oscuridad ,o, en otra luz...y eso que Platón se basaba en las ideas y no en la materia.
ResponderEliminarBuen comienzo de semana con esta forma de suavizar la oscuridad que nos amenaza.
Un abrazo y feliz semana
Amiga Bertha, hay filósofos que buscan la oscuridad y poetas que buscan la luz y viceversa, no me extraña que surja algún conflicto y aunque la poeta vecina sea una mujer delicada y muy sensible, puede ser capaz de soltar un verso afilado y la cosa puede acabar mal.
EliminarAbrazos.
Qué interesante es lo que has escrito. La caverna de Platón siempre me ha parecido fascinante y le doy la razón, consensuamos la realidad según nuestras circunstancias. Pienso que en función de la luz (información) de la que disponemos, te puedes acercar un poco más a la realidad, porque entiendes mejor las cosas. En cualquier caso, aunque cada uno vive su propia realidad, una buena parte de ella viene condicionada por la sociedad en la que se mueve.
ResponderEliminarBesos y buen día por delante.
Querida Ana, es una breve reflexión sobre la luz y el paso del tiempo. Platón tuvo una ocurrencia oscura e inventó el mito de la caverna, aplaudo la invención del filósofo, pero me disgusta pensar que podamos estar atados en el interior de una cueva para entender el mundo de las ideas.
EliminarYo también reclamo ¡luz, más luz! cómo decía Goethe.
Abrazos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn flagelo en una bacteria en la pata de un pulga que se aferra a un perro que navega en un barco que surca el mar reflexionaba sobre las cualidades del mar, los impulsos que le mueven y sus orígenes.
ResponderEliminarAsí veo yo al hombre respecto al Universo, somos tan pequeños, tan minúsculos, tan prescindibles...Solo nos queda hacernos preguntas a las que nunca encontraremos respuesta quizás porque esta "gimnasia mental" nos ayude a comprender cosas más humanas y más asequibles.
Es razonable temer a la oscuridad, es humano, lo que es condenable es temer a la luz, creo yo.
Un saludo desde Burgos donde una gélida noche que acuesta el agua en la tierra ha limpiado el aire y ha dado paso un luminoso y espectacular día.
Un saludo.
Amigo Daniel, todo esto sirve para que nos demos cuenta de nuestra insignificancia, es una cura de humildad.
EliminarAbrígate mucho, que hace un frío que pela. Aquí el tiempo es más plácido, lo demás no lo es.
Saludos.
La mucha luz también ciega.
ResponderEliminarLa buena penumbra en una tarde de verano, esa sí.
Amigo Pedro, tenemos que protegernos contra el deslumbramiento y el asoleo. Podemos hacerlo a la sombra de un pino comiendo unas anchoas y bebiendo un buen buen vinito.
EliminarSalud.
Somos una mota de polvo, y la luz es un estado transitorio, un paréntesis en la oscuridad.
ResponderEliminarAmigo Rodericus, somos muy poca cosa, venimos de una sombra y a la sombra volvemos.
EliminarSalud
ResponderEliminar...a veces, la oscuridad es apetecible y te envuelves en ella para no deslumbrarte, o no deslumbrar...
Saludos poéticos.
Querida Soco, hay que tener cuidado con el deslumbramiento y evitar el brillo. Veo que hay muchas personas que tienen ganas de brillar y de esta manía se aprovechan los vendedores de purpurina.
EliminarSaludos
Lo que hace la luz es entretenernos dando forma y color a lo inanimado aún incierto en las sombras. Como bien dices con los porcentajes que refieres... la verdad aún no vio la luz.
ResponderEliminarAbrazo agradecido.
Amigo Carlos, la soledad y tedio siempre acompañan al ser humano; la luz puede ser una forma de entretenimiento como tú dices.
EliminarSaludos